Miedo a los piratas
Profesores y estudiantes han utilizado como astillero una f¨¢brica de sellos abandonada. Muy pronto se difundi¨® la noticia del "brillante ejemplo de innovaci¨®n alemana". El primer ministro del Estado, Erwin Teufel, patrocin¨® el proyecto. El Ministro federal de Defensa, Volker Ruhe, envi¨® un helic¨®ptero del ej¨¦rcito para transportar el trimar¨¢n a Wilhelmshaven, donde iban a darse los ¨²ltimos toques.El barco est¨¢ listo para su viaje inicial de una duraci¨®n prevista de 45 d¨ªas. Dos de los dise?adores van a ir a bordo para vigilar las cosas de cerca en unas condiciones espartanas. Comer¨¢n pan y calentar¨¢n raviolis en un hornillo. No tienen cocina ni aseo.
Despu¨¦s de la escala en Lisboa, el barco iniciar¨¢ su traves¨ªa no tripulada hacia los oc¨¦anos del mundo. El tramo m¨¢s largo, desde Nueva Zelanda, hasta Chile, tendr¨¢ m¨¢s de 9.750 kil¨®metros. Justo antes de llegar a cada puerto subir¨¢ a bordo una tripulaci¨®n. En caso de emergencia el centro de control en Furtwangen puede anular el piloto autom¨¢tico y hacerse con el gobierno del buque.
Los datos de los sensores en la nave y las im¨¢genes de las c¨¢maras de a bordo se transmiten v¨ªa sat¨¦lite. Si se cruza con un superpetrolero, el ordenador activa unas l¨¢mparas de se?ales intermitentes y hace sonar la sirena. Las cosas podr¨ªan complicarse en las aguas tormentosas que se encuentran alrededor de los 40 grados de latitud, al sur de ?frica. Sin embargo, hay un problema que preocupa a estos marineros inform¨¢ticos: los piratas. "Estamos indefensos ante esos ataques", reconoce Rolf Katzsch, un miembro del equipo.
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