La firma malague?a reivindica los caf¨¦s m¨¢s exquisitos Una apuesta por lo selecto
La revoluci¨®n que propone la empresa malague?a Caf¨¦s Castel en el mundo del caf¨¦ es comparable a la que protagonizaron hace a?os algunos bodegueros espa?oles para inscribir sus vinos entre los mejores de Europa: una apuesta por la calidad y la selecci¨®n. Y es que en Caf¨¦s Castel, una empresa familiar fundada por el malague?o Sim¨®n Castel en 1875, tanto el actual presidente, Ignacio L¨®pez Bru, como los 27 empleados que tiene en la actualidad comparten una misma man¨ªa: son enamorados de esta bebida. "Nosotros no aspiramos a vender m¨¢s caf¨¦ que nadie, sino a educar el gusto de ciertos consumidores y ofrecerles a los amantes del caf¨¦ la posibilidad de degustar las mejores variedades del mundo", comenta L¨®pez Bru, y el presidente de Caf¨¦s Castel a?ade: "En Espa?a, el 70% del caf¨¦ que se consume pertenece a la variedad robusta, m¨¢s basta y amarga que la variedad ar¨¢bica. En otro tiempo eso no era as¨ª, pero l¨®gicamente la variedad robusta, al ser m¨¢s barata, ha ido ganando mercado en los ¨²ltimos 15 a?os a una velocidad tremenda". Castel tuesta y envasa tambi¨¦n caf¨¦s de la variedad robusta, pero su apuesta fuerte la dirige a ese 30% de espa?oles amantes del coffea ar¨¢bica. Hace unos a?os lanz¨® su gama de Caf¨¦s Gourmet, que re¨²ne seis variedades de ar¨¢bicas lavados de Jamaica, Puerto Rico, Nueva Guinea, Java, Guatemala y Colombia, m¨¢s un descafeinado de m¨¢quina. Y este a?o han invertido 160 millones en la compra de dos m¨¢quinas envasadoras que les permitir n llevar la producci¨®n a la cumbre de la exquisitez y a lo que constituye su apuesta m¨¢s arriesgada: las monodosis envasadas individualmente y al vac¨ªo. La empresa malague?a ser¨¢ pionera en Espa?a en este tipo de envasado. "El sistema de las monodosis lo descubrimos en Italia, en uno de los viajes que hacemos con frecuencia para probar el caf¨¦ que se consume fuera", narra L¨®pez Bru. El invento consiste en envasar el caf¨¦ molido en una peque?a bolsita-filtro que se presenta en un sobre aislante cerrado al vac¨ªo y que sirve para hacer un solo caf¨¦. La pega, o la segunda parte del negocio, seg¨²n se mire, es que hace falta una cafetera especial, o al menos un adaptador, para elaborar la exquisita bebida. Castel tambi¨¦n ha decidido distribuir las cafeteras, que son el¨¦ctricas, del tipo expr¨¦s, y vienen a costar unas 14.000 pesetas en la calle. El producto se lanz¨® hace dos meses y medio, y L¨®pez Bru no est¨¢ descontento de su funcionamiento. "Es pronto para evaluar, pero de momento estamos implantando las cafeteras y las monodosis en restaurantes, bares y oficinas y no est¨¢ funcionando nada mal". Para llevar el producto a las casas hay que poner en marcha la segunda parte del plan, que consiste en la creaci¨®n de una red de franquicias donde se vender¨¢n los caf¨¦s gourmet, las cafeteras y dem¨¢s artilugios destinados a mejorar la excelencia de la bebida. El nuevo proyecto es ambicioso y, entre otras cosas, obligar a la empresa a aumentar su personal. "Con esta inversi¨®n ha crecido la capacidad de producci¨®n. Con las dos m¨¢quinas trabajando durante los dos turnos llegaremos a producir 45 millones de monodosis al a?o. Esto implicar¨¢ la contrataci¨®n de 15 empleados m¨¢s en un a?o", asegura el presidente de Caf¨¦ Castel, que adelanta cu¨¢l ser¨¢ la l¨ªnea de expansi¨®n de la empresa: "Con la red de franquicias calculamos que crearemos entre 150 y 200 nuevos puestos de trabajo en el primer a?o, y otro tanto en el segundo". De momento, la mayor¨ªa de los empleados de Caf¨¦s Castel se concentran en el ala comercial y de distribuci¨®n. La nave de producci¨®n la controlan apenas tres personas, aunque la labor requiere la m¨¢xima concentraci¨®n. "Somos muy exigentes con el punto de tueste. Para obtener el mejor punto de cada variedad se hacen pruebas y pruebas", comenta uno de los operarios. En el proceso se mira todo: color, aroma, sabor, calidad y estado de la cosecha recibida. "Lo de los caf¨¦s es como lo de los vinos. Hay grandes cosechas, grandes a?adas y cada una hay que mimarla", tercia L¨®pez Bru. La preparaci¨®n y el momento del consumo tambi¨¦n se miran hasta la obsesi¨®n. En el edificio de Castel hay cafeteras por todas las esquinas. "?Quiere un caf¨¦?", ofrece el presidente de la compa?¨ªa. La elaboraci¨®n es toda una ceremonia. Para que tenga la temperatura id¨®nea hay que tirar la primera taza s¨®lo con agua. Despu¨¦s se pone la monodosis y se vuelve a colocar la taza, caliente ya del agua primera, para recibir el caf¨¦ que vale. "Para que desarrolle todo su aroma hay que poner s¨®lo una pizca de az¨²car", advierte el experto. "?Tiene algo que ver con el caf¨¦ que ha tomado hasta ahora? Yo vendo el caf¨¦ que me gusta so?ar. Es lo que me interesa", concluye el presidente de Caf¨¦ Castel.Direcci¨®n Avda. de Washington, 57. Pol¨ªgono El Viso. 29006, M¨¢laga. Empleos 27 Facturaci¨®n 450 millones Producci¨®n Tueste, molienda y envasado de caf¨¦.
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