JUAN RAM?N REMENTER?A JUGADOR DE CESTA PUNTA "Hice las am¨¦ricas, pero la vida en Euskadi es mejor"
Despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas como profesional de la cesta punta, Juan Ram¨®n Rementer¨ªa, Remen, que ayer cumpli¨® 43 a?os, disput¨® la pasada semana su ¨²ltimo partido. Para la ocasi¨®n eligi¨® la catedral de este deporte, el Jai Alai de Gernika. All¨ª, en compa?¨ªa del zaguero de moda, F¨¦lix Espilla, cay¨® por un solo tanto de diferencia ante dos j¨®venes, Alberdi II y Enbil, a los que deja un futuro incierto, a tenor de la fotograf¨ªa que hace de la realidad de la cesta: "En Estados Unidos la pelota va fatal y aqu¨ª tampoco marcha bien". El p¨²blico, que tendr¨¢ ocasi¨®n de corresponder a su intachable trayectoria deportiva en el homenaje previsto para el mes de agosto, despidi¨® con la ovaci¨®n merecida a este poderoso delantero. Con Remen se va tambi¨¦n una larga experiencia americana que dur¨® 25 a?os a caballo entre los frontones de Miami (Florida) y Hartford (Connecticut) de los que se trajo a su esposa, Terry, y el idioma ingl¨¦s que le convierte en triling¨¹e. Remen pone as¨ª el punto final a una carrera jalonada de ¨¦xitos en Estados Unidos y que tuvo su consagraci¨®n en Euskadi tras gabar ganar en 1991 y 92 sendos campeonatos del mundo de manera consecutiva. El zorro plateado de Bermeo ha sido un delantero de descomunal derecha que no ha podido cumplir su deseo de jugar frente a su hijo antes de decir adi¨®s a la profesi¨®n que ha sido toda su vida. Pregunta. ? Qu¨¦ representa para Remen la cesta punta? Respuesta. Empec¨¦ a jugar en Gernika con diez a?os y debut¨¦ con 17. Desde ah¨ª hasta ahora no he hecho otra cosa. Creo que est¨¢ clara la importancia de la cesta punta en mi vida. La verdad es que he pasado por momentos malos, pero si volviera a nacer de nuevo querr¨ªa ser pelotari. P. Con una carrera tan dilatada seguramente habr¨¢ tenido buenos y malos momentos. R. Mi mejor recuerdo procede de la juventud; casi acababa de llegar a Estados Unidos y con apenas 20 a?os qued¨¦ m¨¢ximo ganador de quinielas en Miami. Para m¨ª fue un paso important¨ªsimo en mi carrera. En cuanto al peor recuerdo, est¨¢ bien claro: la huelga que nos tuvo durante tres a?os sin jugar mientras ve¨ªamos c¨®mo se acababa la cesta punta en Norteam¨¦rica. Al principio las reivindicaciones eran justas pero casi todo se hizo mal y acab¨® convirti¨¦ndose en una completa equivocaci¨®n. P. Parece que la huelga fue el comienzo del fin de la popularidad de la cesta punta en los frontones de EE UU. R. Al menos yo lo veo as¨ª. Adem¨¢s, all¨ª gusta mucho apostar y, hoy por hoy, cada vez tienen m¨¢s opciones de hacerlo. P. ?C¨®mo ve el futuro de la especialidad en los frontones vascos? P. El pasado, tanto all¨ª como aqu¨ª, fue muy bueno, pero la verdad es que el futuro no parece pintar igual. En Estados Unidos la pelota va fatal y aqu¨ª tampoco va bien, sobre todo por la falta de p¨²blico a los frontones. Me da mucho que pensar el que la media de edad del poco p¨²blico que acude a los frontones de cesta est¨¦ por encima de los 50 a?os. P. En varias ocasiones ha comentado que le hubiera gustado retirarse jugando con su hijo, pero no ha sido posible. R. Por una parte, es a¨²n demasiado joven y todav¨ªa est¨¢ un poquito verde para debutar en el campo profesional. Por otra, unas molestias en las rodillas debido al crecimiento tambi¨¦n lo han impedido. Me hubiera gustado enfrentarme a ¨¦l, pero ya es hora de dejar paso a los j¨®venes. P. Jug¨® durante 25 a?os en Estados Unidos, ?fue demasiado tiempo fuera de casa? R. En parte s¨ª, pero como nunca pas¨¦ m¨¢s de dos a?os sin volver ten¨ªa bien frescos los recuerdos. P. Si tuviera que elegir, ?d¨®nde preferir¨ªa vivir? R. No tengo ninguna duda,prefiero esto. All¨ª fui ¨²nicamente a ahorrar, lo que llaman hacer las am¨¦ricas, pero la vida en Euskadi es la mejor que he conocido. Vivir all¨ª es muy tranquilo y adem¨¢s disfrutas de un mont¨®n de comodidades, pero me sigo quedando con lo de aqu¨ª, pues es mucho m¨¢s familiar. Pese a todo sigo manteniendo el contacto con los muchos y buenos amigos que he dejado en aquel pa¨ªs. Hay que tener en cuenta que jugu¨¦ durante 10 a?os en Miami y otros 15 en Hartford. En aquella ¨¦poca nos trataban muy bien, ¨¦ramos aut¨¦nticos personajes. Luego, con la cantidad de barbaridades que se han hecho, han dejado de querernos tanto.
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