Una ley de Salud para todos los andaluces
Andaluc¨ªa est¨¢ de enhorabuena. Esta semana el Parlamento andaluz ha dado su aprobado final al proyecto de Ley de Salud de Andaluc¨ªa, con lo que se culmina un proceso iniciado hace algunos a?os y que supone uno de los compromisos m¨¢s importantes para la sanidad de cuantos fueron expresados por el presidente Chaves en su discurso de investidura hace ahora dos a?os, en la sesi¨®n inaugural de la presente legislatura. Y digo que est¨¢ de enhorabuena porque es una buena noticia para todos los ciudadanos de nuestra comunidad aut¨®noma, con independencia de las posiciones pol¨ªticas que los diferentes grupos representados en nuestro Parlamento adopten cara a la galer¨ªa para ir manteniendo su particular estrategia, en unos casos constructiva y positiva y en otros de confrontaci¨®n o destructiva con toda iniciativa que no parta de su seno. La Ley de Salud de Andaluc¨ªa aprobada el pasado 27 de mayo es una ley progresista y de futuro, con vocaci¨®n de perdurabilidad. Dudo mucho que ning¨²n ciudadano residente en nuestra comunidad, con independencia de su vocaci¨®n o afiliaci¨®n pol¨ªtica, est¨¦ en desacuerdo con una ley que universaliza una asistencia sanitaria para todos, gratuita en el acceso, financiada con fondos p¨²blicos, donde el Estado garantiza el aseguramiento de todos, que integra todas las prestaciones incluidas las de promoci¨®n de la salud y prevenci¨®n de riesgos, que ampl¨ªa el panel de derechos ciudadanos ante los servicios de salud, que ampl¨ªa los m¨¢rgenes de elecci¨®n y participaci¨®n ciudadana como no lo est¨¢n en todo el Estado espa?ol, que garantiza la protecci¨®n p¨²blica de la salud y que, en definitiva, garantiza el acceso de todos a unos servicios sanitarios modernos y de alta calidad. El resultado final es consecuencia del importante trabajo de consenso y acercamiento que desde el Gobierno se ha tenido con los diferentes agentes sociales, los sindicatos m¨¢s importantes y representativos, los empresarios andaluces, las organizaciones ciudadanas, consumidores, colegios profesionales, municipios y, c¨®mo no, con los propios grupos pol¨ªticos que integran el arco parlamentario de Andaluc¨ªa, integrando, en un largo periodo negociador, much¨ªsimas de las iniciativas que desde todos los colectivos se han planteado al proyecto. Desde mi punto de vista, el hecho de que el Partido Popular de Andaluc¨ªa e Izquierda Unida hayan manifestado p¨²blicamente que, a pesar de todo ello, ¨¦sta no es "su Ley", me indica dos cosas: la primera es el alejamiento de estas formaciones pol¨ªticas de lo que supone hoy la realidad social de nuestra comunidad, y la segunda -consecuencia inevitable de la primera- es que el enfoque progresista e innovador que esta ley aporta a nuestra sanidad es el adecuado, sin concesiones a mercantilizar nuestra salud y sin dogmatismos trasnochados que no conducen a ninguna parte. La nueva ley es un salto cualitativo muy importante en el desarrollo de las competencias estatutarias de Andaluc¨ªa en materia de sanidad, que se aborda desde el respeto m¨¢s absoluto a la legislaci¨®n b¨¢sica del Estado, en particular con la Ley General de Sanidad de 1986, con la que el partido socialista se siente -como es l¨®gico- plenamente identificado. Con ella se van a profundizar y reforzar los componentes del actual sistema p¨²blico de salud, preservando sus principales valores, que no son otros que la equidad y la solidaridad, a la vez que se modernizan los par¨¢metros que lo regulan, preparando al sistema sanitario p¨²blico de Andaluc¨ªa para enfrentarse, en mejores condiciones, a las nuevas demandas que la sociedad andaluza nos va a exigir en las puertas del pr¨®ximo siglo XXI. En el breve espacio que permiten estas l¨ªneas es dif¨ªcil desgranar todas las novedades que aporta la ley, tanto de cara al ciudadano como a los profesionales y a la propia organizaci¨®n de los servicios sanitarios, pero me gustar¨ªa destacar algunas de ellas por su importante componente de proyecci¨®n social. En primer lugar, es la primera ley del Estado que universaliza la atenci¨®n primaria a toda la poblaci¨®n, desvincul¨¢ndola definitivamente de su pertenencia o no a la Seguridad Social; es la primera ley que ampl¨ªa los derechos de los ciudadanos de una forma tan importante, incorporando el derecho a la segunda opini¨®n m¨¦dica, al acceso a su historial cl¨ªnico, a la libre elecci¨®n en todo el territorio de la comunidad, etc.; es la primera ley que garantiza a los ciudadanos que los tiempos de espera van a estar definidos por unos m¨¢ximos definidos seg¨²n prioridad asistencial y procesos patol¨®gicos; que abre el marco de cooperaci¨®n con los municipios de una manera tan importante y, en definitiva, es la primera vez, desde la aprobaci¨®n de nuestro Estatuto de Autonom¨ªa, que los andaluces disponen de una norma sustantiva de derechos en un tema tan importante para todos nosotros como es la salud y la sanidad. Es por ello que, desde las nuevas perspectivas que se abren en nuestra sanidad con la presente ley, el Gobierno va a seguir trabajando con la m¨¢xima ilusi¨®n en la l¨ªnea de m¨¢ximo consenso con todos los que quieran mejorar nuestro sistema sanitario p¨²blico desde un enfoque de reforzar nuestro Estado de bienestar. Me gustar¨ªa que nadie se autoexcluyera, porque es una labor de todos el conseguir reforzar esta conquista social de todos los andaluces, pero si alguien insiste en hacerlo, que no dude que el Gobierno andaluz har¨¢ todo lo posible por que los desarrollos que tienen que derivarse de esta norma contribuyan de forma real a que los andaluces nos sintamos orgullosos de nuestra sanidad. En esta tarea, nuestra mano estar¨¢ siempre tendida para todos.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa de Arboleya y Tornero es consejero de Salud de la Junta de Andaluc¨ªa.
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