Socialismo con manguitos
Se sabe que el PSOE andaluz hace tiempo que se olvid¨® de las utop¨ªas. Lo que resulta alarmante es ver c¨®mo cada d¨ªa se aferra m¨¢s a los reglamentos. Ya no aspira a cambiar la realidad, ni siquiera ambiciona la eficacia modernizadora de los ochenta, aquel pragmatismo al que daba igual que el gato fuera blanco o negro mientras cazara ratones. Parece que ahora se contenta, simplemente, con el mec¨¢nico cumplimiento de la norma, por absurda e injusta que sea. Como siga as¨ª, la Junta puede imponer un nuevo modelo de socialismo para el siglo XXI: el socialismo con visera y manguitos, el socialismo burocr¨¢tico. Despu¨¦s de la cat¨¢strofe de Do?ana un consejero hizo unas declaraciones que resultaban a¨²n m¨¢s catastr¨®ficas que la propia rotura de la presa. El consejero, buen bur¨®crata, dijo estar muy tranquilo porque todo se hab¨ªa hecho seg¨²n los reglamentos: se acababa de hacer la inspecci¨®n reglamentaria y no hab¨ªa ning¨²n problema. No le afectaba que los reglamentos fueran err¨®neos o que no bastaran para evitar el desastre. Lo importante es que se hab¨ªan cumplido los reglamentos. A eso se le llama sensibilidad pol¨ªtica. Pero aquello no fue un caso aislado. Se ve que es ¨¦ste el esp¨ªritu que est¨¢ de moda entre los que nos gobiernan. La semana pasada, la comisi¨®n provincial de urbanismo de M¨¢laga, con mayor¨ªa socialista, daba la raz¨®n a Gil y le exoneraba de tener que realizar una evaluaci¨®n sobre los efectos que tendr¨ªa sobre el medio ambiente el nuevo plan general de ordenaci¨®n urbana de Marbella. Todos los miembros de la comisi¨®n que son militantes socialistas votaron a favor de las tesis de Gil dando por bueno el informe jur¨ªdico que le daba la raz¨®n y rechazando otros informes que defend¨ªan la necesidad del estudio de impacto ambiental. S¨®lo se ten¨ªan en cuenta unos dudosos tiquismiquis jur¨ªdicos, no el sentido com¨²n ni el derecho constitucional a la mejora de la calidad de vida y a la defensa del medio ambiente. La pol¨¦mica se hac¨ªa en t¨¦rminos casi m¨¢s teol¨®gicos que jur¨ªdicos: un plan que se dice que es la revisi¨®n de otro plan sigue siendo una revisi¨®n y no necesita ning¨²n informe ecol¨®gico porque el plan es anterior a la ley que obliga a este tipo de estudios, aunque aumente en un 20% el suelo urbanizable, aunque acabe con unos bosques y con unas dunas que ya son ¨²nicas. En caso de duda, cualquier persona razonable proteger¨ªa los derechos de los administrados pidiendo el estudio de impacto ambiental, que no hace mal a nadie y supone una garant¨ªa m¨¢s. Pues no, la comisi¨®n provincial de urbanismo vot¨® a favor de las tesis de Gil y se opuso a los argumentos de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que hab¨ªa remitido informes jur¨ªdicos que daban suficientes argumentos en contra pero no fueron tenidos en cuenta. Ya se sabe que esto del medio ambiente no es m¨¢s que una man¨ªa de los ecologistas, esos aguafiestas que se empe?an en vaticinar cat¨¢strofes y que, con frecuencia, como sucedi¨® en Do?ana, terminan acertando. Pero, qu¨¦ m¨¢s da. Lo importante es cumplir al pie de la letra los reglamentos. Y, en caso de duda, darle la raz¨®n a Jes¨²s Gil, que tampoco hay que disgustar a este hombre, tan generoso, que es capaz de lograr milagrosas conversiones pol¨ªticas.
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