Mastodontes en la universidad
Un grupo de paleont¨®logos descubre un yacimiento en el campus de Somosaguas
Lo de que la Complutense es una universidad mastod¨®ntica se viene diciendo de largo. Nunca se hab¨ªa sospechado, sin embargo, que la aseveraci¨®n resultar¨ªa cierta en su literalidad. Un grupo de alumnos de quinto curso de la Facultad de Ciencias Geol¨®gicas se ha encargado de demostrar que el campus de Somosaguas, a la vera de su Facultad de Pol¨ªticas, es un cementerio en toda regla de fauna antediluviana. O casi. Los primeros huesos de genuino mastodonte del mioceno ya han comenzado a aflorar a la superficie, 17 millones de a?os despu¨¦s. Y lo mejor de todo, barruntan los expertos, a¨²n est¨¢ por llegar.
Las prospecciones arrancaron este viernes bajo la mirada expectante de Nieves L¨®pez, catedr¨¢tica de Paleozoolog¨ªa de Vertebrados, y de un buen n¨²mero de alumnos de la facultad vecina, ansiosos por determinar qu¨¦ relaci¨®n hab¨ªa entre la historia del pensamiento pol¨ªtico y aquel inusitado frenes¨ª de picos y palas. La primera pieza de entidad que emergi¨® de las entra?as terrestres result¨® ser un hueso de unos 75 cent¨ªmetros de longitud; a¨²n no est¨¢ claro si f¨¦mur o h¨²mero, pero, sin duda, mastod¨®ntico. De los de verdad.
Las sospechas sobre la riqueza paleontol¨®gica en los dominios de Somosaguas vienen de cuatro a?os atr¨¢s. Un antiguo alumno de Geol¨®gicas, que se hab¨ªa acercado por el campus a esperar a una amiga a la salida del examen de selectividad, se tropez¨® con lo que cualquier otro habr¨ªa tomado por vulgar piedrecilla, y advirti¨®, ?caramba!, que se trataba un f¨®sil en toda regla.
Restos fragmentados
Al muchacho le falt¨® tiempo para dar noticia de su hallazgo en la facultad y en el Museo de Ciencias Naturales, pero el programa de yacimientos entonces en vigor estaba tan saturado que no hubo oportunidad de confirmar aquellos indicios. Ahora, Nieves L¨®pez y su equipo de j¨®venes colaboradores est¨¢n dispuestos a trabajar con la mayor intensidad hasta el pr¨®ximo 2 de julio. A partir de ese momento, y en funci¨®n de lo que haya aparecido, ya se ver¨¢.Los presagios son prometedores, pero L¨®pez no quiere caer en la euforia. "Tranquilidad, que de aqu¨ª no va a salir ning¨²n Parque Jur¨¢sico", reconviene a sus estudiantes cuando el entusiasmo les embriaga. Y aclara: "Los primeros restos est¨¢n apareciendo muy fragmentados, como era de sospechar. Eso significa que en alg¨²n momento han sido arrastrados por alguna corriente de agua, seguramente desde la sierra".
Estas palabras coinciden con el descubrimiento de una mand¨ªbula de mastodonte, celebrado entre gritos, al que siguen nuevas muestras ¨®seas de rumiantes, suidos -los antepasados de cerdos y jabal¨ªes- y alg¨²n que otro anquiterium, un caballo con tres dedos por pezu?a. A lo que se ve, aquella llanura remota en la que florec¨ªan las palmeras y otras plantas tropicales estaba la mar de concurrida. Lo atestiguan esas piezas polvorientas que han resistido, imperturbables, el paso de m¨¢s de 150.000 siglos.
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