La savia del ¨¢rbol
?Est¨¢ Espa?a condenada a ser un pa¨ªs de servicios, como aseguran sesudos consejeros de la Unesco? Perm¨ªtanseme las siguientes proposiciones al respecto: no hay innovaci¨®n tecnol¨®gica posible sin una ciencia fuerte y una investigaci¨®n de calidad (en eso quiz¨¢ estamos todos de acuerdo); la investigaci¨®n depende directamente de la creatividad de los investigadores (tambi¨¦n todos de acuerdo, pero algo empieza a sonar inc¨®modo), y... (ahora vienen las ampollas) la creatividad cient¨ªfica no suele durar m¨¢s de 15 a?os (entre los 25 y los 40) y empieza a declinar a continuaci¨®n. Hay excepciones (a todos nos gustar¨ªa ser una), pero es una gran verdad estad¨ªstica. Conclusi¨®n: si queremos desarrollar una capacidad estrat¨¦gica de innovaci¨®n, debemos ofrecer las mejores oportunidades a los cient¨ªficos j¨®venes. Es ¨¦ste un secreto a voces que los estadounidenses conocen bien y sobre el que se basa su sistema cient¨ªfico-t¨¦cnico.He conocido profesores de Harvard y directores de empresas de biotecnolog¨ªa americanas con 30 a?os, algo impensable por estos lares. Estoy convencido de que ¨¦sa es la causa de la tremenda ventaja de EE UU en transferencia tecnol¨®gica frente a Europa, ventaja de la que se quejan los planificadores de la UE. Watson identific¨® junto con Crick la estructura de la doble h¨¦lice del ADN (el mayor descubrimiento de la historia de la Biolog¨ªa) a los 25 a?os. Aunque el icono de Einstein sea el de un viejecito venerable, sus cuatro art¨ªculos de 1905 en Annalen der Physik que revolucionaron la F¨ªsica iban firmados por un joven de 26 a?os. Joan Massagu¨¦ encontr¨® con menos de 30 el factor de crecimiento tumoral TGF-beta, uno de las mayores descubrimientos de la investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer. La inmensa mayor¨ªa de los Premios Nobel realizaron sus grandes aportaciones cuando no hab¨ªan llegado a los 40 a?os.
?Casos aislados de genialidad? No. La creatividad florece en el ambiente adecuado. A partir de los 40 puede haber m¨¢s experiencia, contactos, criterio, visi¨®n de futuro y la capacidad organizativa que se precisa para la empresa cient¨ªfica. Pero la creatividad investigadora disminuye con la edad y, por eso, la locomotora de la innovaci¨®n se tiene que alimentar constantemente de mentes mucho m¨¢s j¨®venes. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n aqu¨ª? La media de edad de los cient¨ªficos espa?oles en plantilla supera los 50 a?os, y el sistema est¨¢ en general muy jerarquizado.
Mientras muchas universidades practican una endogamia escandalosa, existe una bolsa de j¨®venes doctores en su mejor momento creativo, con un curr¨ªculum excelente e incluso con experiencia y reconocimiento internacional pero con unas condiciones de trabajo precarias que no permiten explotar su potencial en el momento que el pa¨ªs m¨¢s lo necesita. De entre los mejores, 120 entrar¨¢n este a?o en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y m¨¢s lo har¨¢n en los a?os venideros si se cumplen las previsiones. Con ellos habr¨¢ nueva savia en el ¨¢rbol que simboliza la instituci¨®n y se inyectar¨¢ futuro en nuestro sistema de ciencia y tecnolog¨ªa. Pero hace falta mucho m¨¢s.
Es imprescindible que la inversi¨®n p¨²blica en I+D suba al 2% del PIB y que la comunidad cient¨ªfica espa?ola siga creciendo a un nivel comparable al franc¨¦s o al alem¨¢n. Es esencial que la universidad reclute cient¨ªficos de otras procedencias. Y sobre todo, es menester mimar y dar oportunidades a los investigadores j¨®venes. Y oportunidades no es autom¨¢ticamente igual a plazas de funcionario. Hay que animar al sector empresarial a incorporar j¨®venes doctores a sus plantillas para generar innovaci¨®n. Y (?por qu¨¦ no?) hay que fomentar tambi¨¦n la creaci¨®n de empresas de nuevas tecnolog¨ªas por los propios cient¨ªficos, algo casi heroico con la legislaci¨®n actual, las barreras culturales y la escasez de capital-riesgo. Pero no es una utop¨ªa. Las dos empresas espa?olas de biotecnolog¨ªa de m¨¢s ¨¦xito (Ingenasa y Biokit SA) fueron pilotadas en sus comienzos (y a¨²n lo son en buena medida) por cient¨ªficos m¨¢s cerca de los 25 que de los 40.
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