Los ¨¢rbitros hacen caso a Blatter
Las palabras de Sepp Blatter han surtido un efecto inmediato. El martes, el nuevo presidente de la FIFA, sali¨® a la palestra y dijo que los ¨¢rbitros hab¨ªan mostrado pocas tarjetas rojas, que actuaban por su cuenta sin atender a sus instrucciones originales. Michel Platini, el presidente del Comit¨¦ Organizador del Mundial, a?adi¨® que el colegiado que no fuera duro ya pod¨ªa ir haciendo las maletas. Ambos se quejaron de que no se estaba cortando el juego sucio, que se estaban tolerando acciones violentas y que tampoco se estaba siendo rigurosos con las entradas por detr¨¢s. Y anunciaron que hablar¨ªan seriamente uno a uno con cada trencilla para invertir la tendencia.Efectivamente, el panorama ha cambiado: en los tres ¨²ltimos partidos del campeonato (Italia-Camer¨²n, Dinamarca-Sur¨¢frica y Francia-Arabia Saud¨ª) se han producido ya seis expulsiones; en los 19 encuentros anteriores, s¨®lo tres. El criterio ha cambiado, no hay duda, y la media se ha disparado.
Los seis equipos afectados tienen razones para sentirse perjudicados. En medio del campeonato, sin previo aviso, han subido el list¨®n. Pero es cierto tambi¨¦n que la dureza se estaba apropiando del campeonato. Y basta con recordar el encuentro Brasil-Marruecos, que se sald¨® sin una sola tarjeta roja pese a las brutales entradas que realizaron los futbolistas africanos.
Pero el mi¨¦rcoles por la noche los criterios castigadores cambiaron: Kalla realiz¨® una entrada con los tacos por delante contra Di Biagio y fue expulsado. Chiba hab¨ªa hecho exactamente lo mismo 24 horas antes en el muslo de Ronaldo y no fue ni amonestado.
El fen¨®nemo se recrudeci¨® ayer. En el partido de las cinco, se registraron tres expulsiones: Molnar, por pisar a un surafricano en una acci¨®n con pinta de inevitable; Phiri, por lanzar un manotazo a un dan¨¦s que exager¨® el golpe, y Wieghorts, por una leve entrada por detr¨¢s.
Y por la noche, en el Francia-Arabia, otras dos tarjetas rojas. Primero, a Al Khilawi por una entrada a ras de suelo para parar la carrera de Lizarazu. Y despu¨¦s, la m¨¢s sonada, en una demostraci¨®n que el cambio de tendencia no entiende privilegios, a Zidane, que fue mandado a los vestuarios por pisar a su marcador. Hasta nueva orden, pues, llover¨¢n las expulsiones.
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