Cuatro detenidos por ama?ar bodas de conveniencia entre inmigrantes y espa?olas

Agentes del Grupo de Extranjeros del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de Barcelona han detenido a cuatro paquistan¨ªes acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores al favorecer la inmigraci¨®n ilegal. Los arrestados, a cambio de unas 300.000 pesetas, concertaban con mujeres espa?olas bodas de conveniencia con ciudadanos paquistan¨ªes e indios, que de esta manera legalizaban su situaci¨®n en Espa?a. Los cuatro detenidos, que viven en Barcelona, formaban dos organizaciones dedicadas a lo mismo pero que no ten¨ªan que ver entre s¨ª. Se trata de cuatro paquistan¨ªes con residencia legal en Espa?a -uno es carpintero, otro tiene un bar- que ten¨ªan tendidas sus redes en los bajos fondos de Barcelona con el objetivo de captar mujeres dispuestas a casarse de verdad con paquistan¨ªes e indios a cambio de dinero. La polic¨ªa cifra en cien este tipo de matrimonios blancos (no consumados) en la provincia de Barcelona s¨®lo en lo que va de a?o. Las mujeres eran reclutadas entre los submundos de la prostituci¨®n y la droga. Se da la circunstancia de que una madre y dos de sus hijas se han prestado a estos casamientos. En ocasiones la organizaci¨®n ha llegado a correr con los gastos del divorcio de las mujeres que estaban separadas. La novedad de este caso respecto a otros similares de bodas de conveniencia es que los paquistan¨ªes e indios se casaban con espa?olas en Espa?a, cuando hasta ahora lo normal era que las bodas se celebraran en el pa¨ªs de origen del inmigrante. Bodas cat¨®licas Los casamientos se celebraban en juzgados de paz de peque?as poblaciones de los alrededores de Barcelona para no concentrarlas en pocos juzgados y levantar sospechas, aunque choca grandemente que tres o cuatro bodas se realizaran por la Iglesia cat¨®lica, ya que los novios eran de religi¨®n musulmana. Con el libro de familia espa?ol en su bolsillo, los inmigrantes regresaban a su pa¨ªs y desde all¨ª solicitaban en consulados y embajadas de Espa?a el visado de reagrupaci¨®n familiar, que, pese al evidente fraude de ley de la boda de conveniencia, les era entregado indefectiblemente. Con el libro de familia y el visado en la cartera, los inmigrantes regresaban a Espa?a, donde obten¨ªan un permiso de residencia de al menos cinco a?o por el hecho de ser familiares de una ciudadana de la Uni¨®n Europea. A sus esposas, l¨®gicamente, no las volv¨ªan a ver nunca m¨¢s. La polic¨ªa fue alertada de este alud de bodas blancas por las autoridades consulares espa?olas en Pakist¨¢n y la India, que, extra?adas, ve¨ªan que les llegaban paquistan¨ªes o indios casados con espa?olas y no hablaban castellano, no sab¨ªan d¨®nde est¨¢ Barcelona y a duras penas sab¨ªan describir las caracter¨ªsticas f¨ªsicas de su mujer. La organizaci¨®n corr¨ªa con todos los gastos. A las 300.000 pesetas que cobraban las novias y a las 5.000 o 50.000 pesetas que se pagaba a los testigos, hay que a?adir los gastos de papeleo y montaje, lo que sumaba alrededor de medio mill¨®n de pesetas. Con estas cifras, la polic¨ªa sospecha que los detenidos cobraban a los inmigrantes un mill¨®n de pesetas por su boda.