"Esto es m¨ªo y no lo cambio por nada"

"Esto es m¨ªo. Me dicen que me dan una finca, Los Alburejos, y no. Esto es m¨ªo. De nadie m¨¢s. No lo cambio por nada". En el hotel, Antonio Chenel, Anto?ete, saborea su tarde. Despacio, sin euforia. "Hubo oro en el segundo toro". ?sta es la siguiente frase que dice rotundo entre los ayes que le arranca el ayuda al quitarle el postizo. "Tanto con los toros y ahora por el pu?etero a?adido monta el l¨ªo", responde el aludido por los lamentos.Momentos antes, congestionado, zarandeado, el Maestro sal¨ªa a hombros. No quer¨ªa. El p¨²blico lo exig¨ªa. "En los festivales no me gusta". "Que no, Maestro, que esto ha sido una corrida de toros, ?qu¨¦ digo, la corrida de toros!", respond¨ªa la atestada habitaci¨®n a una voz. Antes, en la plaza, ni una garganta ajena a lo que hab¨ªa pasado: "?Torero, torero!"

"?Qu¨¦ ocurre?", preguntaba un taxista. "?Que qu¨¦ ha pasado? Un milagro, buen hombre, un milagro", contestaba un individuo que exhib¨ªa ufano un macho reci¨¦n arrancado. Camino del hotel, m¨¢s voces de paseantes sorprendidos.

"Esta ma?ana me miraba al espejo y me dec¨ªa: "T¨² est¨¢s loco". Por favor, una coca-cola. Tengo la boca como una alpargata", dice Anto?ete d¨¢ndose tiempo para pronunciar una frase que no termina de salir: "T¨² est¨¢s loco. Lo he pasado mal pero tengo mi recompensa. Esto es m¨ªo".