Ghery remodela el Guggenheim de Nueva York para una gran exposici¨®n de motos
La muestra ha convertido el edificio de Lloyd Wright en una especie de feria del motor
El museo Guggenheim de Nueva York parece estos d¨ªas la feria del motor. Mediante una alianza con la marca BMW, el pasado viernes se inaugur¨® una ambiciosa exposici¨®n de 113 motocicletas en su sede de la Quinta Avenida. El edificio de Frank Lloyd Wright ha sido remozado por el arquitecto Frank Ghery, responsable de la instalaci¨®n, quien ha llenado la famosa rotonda del Guggenheim de acero. Motos de todas las marcas, dimensiones y texturas, fabricadas entre 1868 y 1998, se trasladar¨¢n a la sede de Bilbao el pr¨®ximo oto?o.
As¨ª que ya lo saben todos los mensajeros del mundo: esa m¨¢quina que usan para llevar a cabo su oficio es nada menos que un objeto de arte. Al menos esa es la idea que quiere transmitir Thomas Krens, director del Guggenheim, al afirmar que "la motocicleta representa muchos temas de este siglo: tecnolog¨ªa, velocidad, rebeld¨ªa, transformaci¨®n", y que, por tanto, ese medio de locomoci¨®n es un "veh¨ªculo id¨®neo" para "explorar la cultura del siglo XX en todas sus manifestaciones".Se puede desconfiar de esto y tambi¨¦n de la pretenciosidad del cat¨¢logo de 600 p¨¢ginas, donde se afirma entre otras cosas que "los tubos de escape representan para la identidad del motociclista lo mismo que el inconsciente para el sujeto freudiano: un enorme c¨²mulo inaccesible de sentimiento y significado, un resto del esp¨ªritu colectivo".
Pero ni estas hip¨¦rboles, ni el hecho de que el Guggenheim est¨¢ embarcado en una ya larga y reconocida pol¨ªtica de crear montajes de impacto para generar publicidad, pueden restar peso al enorme espect¨¢culo que resulta visitar el Guggenheim de aqu¨ª al 20 de septiembre. Era quiz¨¢ la primera vez que los ?ngeles del Infierno de Nueva York acud¨ªan a una inauguraci¨®n m¨¢s arriba de la calle 14 de Manhattan.
Esp¨ªritu industrial
Para empezar, Ghery parece haber querido trasladar a Nueva York el esp¨ªritu industrial de su edificio de titanio en Bilbao, y ha recargado con osad¨ªa la n¨ªvea estructura de Wright con acero, madera y goma, como si quisiera transformarlo en un enorme carburador, aparte de crear algunas estructuras originales para el soporte de las motos. No es raro que uno de los asesores de esta exposici¨®n sea un profesor de f¨ªsica; lo raro es que no hayan tra¨ªdo a un ingeniero de aparcamientos.El recorrido se inicia con el modelo Michaux-Perreaux de 1868, un motor de vapor con ruedas que se considera el pionero de una industria que se desarrollaba paralelamente al nacimiento del cine, el ferrocarril y la electricidad. A partir de ah¨ª se hace un recorrido cronol¨®gico que pasa por lo que el Guggenheim llama "la era de la m¨¢quina", el periodo de entreguerras, donde la moto alcanza su dimensi¨®n moderna; la posguerra; la contracultura (hay una Harley Davidson como la que Peter Fonda llevaba en Easy Rider) y la actualidad.
En vez de t¨¦cnica, tipo de pintura y dimensiones, en esta exposici¨®n se manejan datos como la clase de v¨¢lvula, potencia en caballos y cilindrada.
Pero al igual que no hay que ser necesariamente un experto en arte para apreciar un lienzo de Kandinsky, tampoco se requiere ser mec¨¢nico para apreciar objetos de dise?o completamente ins¨®lito como la MV Augusta F4 o la Aprilia Moto 6.5 dise?ada por Philippe Starck, y reconocer que, como tales piezas de dise?o, se enmarcan en un g¨¦nero muy presente en los museos de arte contempor¨¢neo de todo el mundo.
Aut¨¦nticas maravillas como la Kreidler Florett de 1965 provienen de hecho de las colecciones de otros museos (en este caso, el Deutsches Zweirad de Alemania). Y lo mismo puede decirse de las Vespas, las Indian o las Triumph, enormes iconos contempor¨¢neos.
La muestra del Guggenheim tambi¨¦n pone el ¨¦nfasis en una Hildebrand & Wolfm¨¹ller hecha en Alemania en 1894; en una Harley Davidson de ocho v¨¢lvulas de 1911; en una BMW de 1923 y en una Honda de 1970, ¨¦stas dos ¨²ltimas representativas de giros clave en la tecnolog¨ªa.
Hay adem¨¢s una sorprendente moto Bohmerland checa de 1925, con un sidecar de madera del tama?o de un coche y con espacio para seis pasajeros. Pese a ser el principal patrocinador, BMW s¨®lo ha puesto seis de sus modelos en la exposici¨®n
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