No ser¨¢ un paseo por el parque Francia espera aprensiva el desaf¨ªo de la inquietante Paraguay en octavos
De Paraguay le llegan a los jugadores franceses como ecos guerreros. El mito de un cacique invencible llamado Chilavert ("ah, pens¨¦ que ¨¦se era Higuita, estoy un poco liado", dice Desailly), que al frente de 10 aguerridos luchadores traza una l¨ªnea de hierro delante de su ¨¢rea, infranqueable, y que a un grito de ¨¢nimo avanzan en ola incontenible hasta dar con un par de puntas afiladas que perforan al desprevenido enemigo. A Paraguay, de Francia le llegan otros ecos: voces de elegancia y finura t¨¦cnicas combinadas con valor atl¨¦tico, velocidad y decisi¨®n, y que no est¨¢ Zidane. El rival menos medi¨¢tico de los 16 que quedan vivos le espera a los organizadores, los m¨¢s vistosos. Y en un partido sin vuelta de hoja. El que falle, fuera.Los jugadores franceses no saben m¨¢s de Paraguay porque a¨²n no han recibido el correspondiente informe de su t¨¦cnico, el meticuloso Jacquet. Ni siquiera los Barthez, Deschamps, Djorkaeff y compa?¨ªa han tenido la curiosidad de ver por televisi¨®n los partidos que ha disputado. "Nosotros somos los protagonistas, no los espectadores", dicen. Jacquet, s¨ª. El t¨¦cnico los ha visto, grabado y revisto. En su ordenador, el artilugio de moda, tiene introducidos los datos que le han proporcionado sus esp¨ªas (en cada partido del Mundial, dos t¨¦cnicos de Francia han apuntado todos los detalles). Sus conclusiones p¨²blicas son bastante generales: "No es un equipo t¨ªpicamente suramericano, pero tiene ciertas cualidades: es compacto, s¨®lido, riguroso, duro en los duelos y buen recuperador de balones".
En privado les habr¨¢ dicho algo m¨¢s: sus l¨ªneas de pase (siempre cortas, llevadas por Acu?a en el centro), sus hombres importantes y sus virtudes (Ayala y Gamarra en el juego a¨¦reo; Ben¨ªtez, para jugar a la contra), sus variantes ofensivas (centros cruzados, balones largos, faltas al borde del ¨¢rea).
Los jugadores franceses han llegado a una conclusi¨®n. "No va a ser un paseo por el parque", advierte Djorkaeff. Y la aprensi¨®n crece. Recuerdan que los paraguayos son agresivos, que les pueden dormir, que ellos, los franceses, tienen que marcar el ritmo de juego para sacarles de sus rutinas, que hay que desconfiar, desconfiar, desconfiar. "Paraguay ha entrado en una din¨¢mica de ¨¦xito peligrosa".
Y Francia sin Zidane. Contra Dinamarca, el ensayo de Djorkaeff con el 10 depar¨® un equipo de menos vuelo que cuando lo dirige el juventino, pero Jacquet no tiene otra elecci¨®n. "Me siento m¨¢s aprovechado jugando al lado de Zizou", dice Djorkaeff, "pero sin ¨¦l, me tengo que adaptar a este puesto y no es ning¨²n problema". Y menos teniendo delante a Henry y Trezeguet para aprovechar sus pases.
Mientras, Chilavert, en su rinc¨®n, sigue absolutamente convencido de que no abandonar¨¢ este Mundial sin marcar un gol. Tiene que seguir dici¨¦ndolo. Sabe que sin su personalidad para galvanizar a sus compa?eros, ¨¦stos pueden sucumbir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.