Suena el tel¨¦fono
DE PASADAEs una pena que Celia Villalobos no tuviera el tel¨¦fono de Christine Picasso ni una gu¨ªa telef¨®nica para haber podido invitarla a la reinauguraci¨®n de la Casa Natal de Picasso el lunes pasado. All¨ª hab¨ªa una muestra de aguafuertes sobre G¨®ngora, donada hace seis a?os por la nuera del pintor. La excusa es incuestionable, claro, pero es una pena que nadie del Ayuntamiento haya tenido la idea de pedirle el tel¨¦fono tras seis a?os de continuas visitas a M¨¢laga, ni siquiera cuando la nuera del pintor, antes de iniciar su trato con la Junta para la donaci¨®n de su colecci¨®n pretendi¨® al Ayuntamiento. Celia se justifica diciendo que le prometi¨® primero a Mart¨ªn Delgado y luego a Carmen Calvo que no iba a meterse en los asuntos del Museo Picasso. Y ella, fidel¨ªsima, no le tira los tejos al novio de una amiga. Y a la amiga de una enemiga, menos todav¨ªa. Semejante lealtad es que no se ve en estos tiempos de transfuguismos y hedonismo amoral. Celia es que no mira ni de reojo a Christine -ya decidi¨® no saludarla en su ¨²ltima visita, aludiendo que ella o recibe sola o no recibe- vaya ser que le suban las ganas y acabe llam¨¢ndola por tel¨¦fono para proponerle una cita loca en M¨¢laga. La alcaldesa se conoce bien y teme que a Christine se le ponga cuerpo de gaviota. Calvo deber¨ªa comprender que su rival le ha perdonado la vida. Lo malo de estas cosas del protocolo, que no dejan de ser normativa arbitraria, es que la gente las interpreta y saca conclusiones. Dec¨ªa el ex aspirante a alcalde socialista por Malaguilandia, Mart¨ªn Toval, que cosas como las de Celia con Christine, que hoy vendr¨¢ a M¨¢laga a ver la Casa Natal con su hijo Paolo y con Carmen Calvo, en lo que se espera sea un nuevo di¨¢logo propio de los hermanos Marx, se pagan. Y da verg¨¹enza ajena. M¨¢xime cuando no es la primera vez. A las personas normales no les cuesta entender que Christine Picasso, que ha decidido entregar a M¨¢laga su colecci¨®n por la cara, merezca todas las atenciones de la ciudad beneficiada y de sus responsables institucionales. Y a Christine se le ha tratado mucho con mal¨ªsima educaci¨®n: es la ¨²nica protagonista del famoso reencuentro entre M¨¢laga y Picasso. Ni los Reyes, ni los alcaldes, ni los candidatos, ni los periodistas, ni los consejeros, ni los presidentes. A ver si hoy en un descansito, alguien pide el tel¨¦fono de marras. Antes, claro, que Celia decida llamarle a cobro revertido y cuelgue porque le contestan en franc¨¦s. "Cherchez le C¨¦lie". H?CTOR M?RQUEZ
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