La intervenci¨®n
Las negociaciones en torno a Kosovo no est¨¢n dando los frutos esperados, pese a que muchos se agitan en este empe?o, y que se celebran bajo la presi¨®n de la amenaza de una intervenci¨®n militar. El tiempo comienza a agotarse y la situaci¨®n empeora. Por eso hay que tomar cada vez m¨¢s en serio la posibilidad de una acci¨®n militar por parte de la OTAN. El planeamiento en la Alianza va avanzando, y ya est¨¢ en el nivel de "contingencia preliminar". Para seguir, los militares piden que los diplom¨¢ticos desarrollen un concepto pol¨ªtico-militar para guiar esta posible intervenci¨®n.Toda acci¨®n militar, en terminolog¨ªa de Clausewitz, tiene que tener a la vez un fin militar (Ziel) y un objetivo pol¨ªtico (Zweck). Y ah¨ª empiezan los problemas, pues en la escala de acciones que contempla la OTAN, algunas podr¨ªan acabar haciendo el trabajo sucio para Milosevic -sellando, por ejemplo, las fronteras con Macedonia y Albania, lo que dificultar¨ªa el paso de armas a los kosovares insurrectos-, mientras que otras podr¨ªan facilitar las acciones del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK). No es cuesti¨®n de equidistancia. No la hay. Pero s¨ª de evitar que la intervenci¨®n se convierta en moneda de cambio para las partes.
El objetivo militar es parar la guerra, con una cierta proporcionalidad ante un conflicto que se viene a llamar de baja intensidad. Pero si Milosevic sigue en sus trece o el ELK ganando posiciones -ya controla una tercera parte del territorio-, probablemente habr¨¢ que intervenir en toda regla, lo que puede implicar bombardeos -y por tanto la destrucci¨®n de las defensas a¨¦reas serbias, ?tambi¨¦n en Montenegro?-, e incluso, en un despliegue de tropas en tierra. Hay que saber en lo que nos podemos meter. Pues las opiniones p¨²blicas reclaman intervenciones, pero no est¨¢n dispuestas a que los contigentes de sus pa¨ªses sufran bajas.
El objetivo pol¨ªtico es que, en un primer momento, se inicie una negociaci¨®n entre Belgrado y los kosovares para fomentar un proceso de paz, una especie de Dayton para Kosovo. En ese sentido han ido los esfuerzos internacionales esta semana: presiones de Mosc¨² sobre Milosevic, de Solana sobre el kosovar moderado Rugova, y de Holbrooke -tras meter la pata en su anterior mediaci¨®n unas semanas atr¨¢s-, sobre ambas partes y el ELK, con el que ha conversado, d¨¢ndo as¨ª al movimiento armado una capacidad de interlocuci¨®n de la que hasta ahora carec¨ªa, pero reconociendo tambi¨¦n su realidad. Los l¨ªderes del ELK ya se han mediatizado y son un elemento del efecto CNN. Los kosovares radicales se sienten reforzados y no quieren negociar. Incluso buscan que la OTAN les saque las casta?as del fuego. No va a ser as¨ª, pues segundo objetivo pol¨ªtico de la OTAN, y en general de la comunidad internacional, es mantener la integridad territorial de la actual Rep¨²blica Federal de Yugoslavia. Es decir, que se apoya un alto grado de autonom¨ªa, pero no la independencia, para Kosovo; aunque dentro de la provincia d¨ªa a d¨ªa gane terreno la causa de la separaci¨®n. Condici¨®n para negociar es que Milosevic retire sus fuerzas especiales de Kosovo, a lo que el dictador se resiste no s¨®lo porque es su verdadera arma de limpieza ¨¦tnica, sino porque teme perder as¨ª el control del territorio y favorecer esa independencia. Por eso, quiz¨¢s alcanzar el objetivo pol¨ªtico requiere un despliegue preventivo de la OTAN en Kosovo pactado con las partes.
Finalmente, est¨¢ la legitimaci¨®n legal, que no moral, de tal acci¨®n militar. Ahora que las relaciones de Mosc¨² con la OTAN no van mal y que los rusos han hecho un esfuerzo de interlocuci¨®n, tampoco se trata de enajenar a Rusia, y ignorar que tiene derecho de veto en el ¨®rgano legitimador que es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Por eso avisaba la semana pasada el secretario general de la OTAN que si fuera necesaria una intervenci¨®n parar evitar una carnicer¨ªa, quien vetara una decisi¨®n del Consejo de Seguridad deber¨ªa asumir sus responsabilidades. Pues si la situaci¨®n empeora, el clamor para una intervenci¨®n va a crecer.
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