"Italia no toca su identidad"
Cesare Maldini gestiona con habilidad la pol¨¦mica con los periodistas
"Italia va a entrar en la boca del lobo". Dicho as¨ª, asusta. Uno se imagina que quien as¨ª se exprese debe estar vestido de explorador. O si no tanto, un hombre reservado y preocupado, nervioso y mani¨¢tico. Y como se habla de f¨²tbol, de los cuartos de final de un Mundial, nada menos, y se habla de un seleccionador, pues deber¨ªa ser un hombre nervioso, suspicaz, distante con la prensa, autoritario con sus jugadores. Pero no, uno se encuentra con Cesare Cesarone Maldini, un abuelo coqueto (66 a?os) c¨®mplice de la prensa (gui?a el ojo a los periodistas a modo de saludo), amable y sonriente. Es un encantador nato. Es seleccionador de Italia, ha soportado cr¨ªticas dur¨ªsimas, ha tenido que lidiar con el gran dilema Baggio-Del Piero, ha hecho callar a su primer ministro, defiende un f¨²tbol que pocos aprecian. Argumentos que a otros le llevar¨ªan directamente a pedir el divorcio, al enfrentamiento y hasta al insulto. Y, sin embargo, ¨¦l ha logrado que todos los italianos sean c¨®mplices de su aventura. Hasta que Italia quede eliminada, dir¨¢ un c¨ªnico. O no.Maldini no es como su antecesor, Arrigo Sacchi. Maldini es, en cambio, un hombre simpl¨ªsimo, que desprecia las sutilezas desde su experiencia, que est¨¢ ya acorazado para todo lo que pueda suceder. Lo suyo es llevar las pol¨¦micas adonde le interesa. Las maneja como nadie. Ayer dio una nueva demostraci¨®n. No hay distancias: su mesa no es imponente ni est¨¢ sobre una tarima, marcando las distancias con los que le preguntan, al estilo espa?ol, sino pegada a la primera fila de sillas, con los periodistas ech¨¢ndole el aliento. No dicta una clase, sino que dialoga.
Ya nadie le pregunta por Baggio y Del Piero. Victoria aplastante de Maldini: jugar¨¢ Del Piero y todo el mundo lo acepta. Juega en casa: le har¨¢n las preguntas que a ¨¦l le gustan.
Por ejemplo: "?Lo m¨¢s delicado ante Francia ser¨¢ el marcaje de Zidane?"
Los periodistas son suyos. No le preguntan c¨®mo impondr¨¢ Italia su estilo o su juego, c¨®mo jugar¨¢ al ataque. Los periodistas son italianos: antes de cada partido, se pregunta s¨®lo c¨®mo anular al mejor del rival, c¨®mo dejar al otro sin juego.
Pero Maldini se zafa de ¨¦sa. "Zidane es uno m¨¢s entre muy buenos jugadores". Se siente seguro Cesarone. Siente que el desarrollo del Mundial est¨¢ dando la raz¨®n a sus prevenciones. "Nos han criticado m¨¢s de lo que merec¨ªamos por nuestro partido contra Noruega, pero miren c¨®mo est¨¢ el patio, lo que tienen que sufrir las selecciones grandes para ganar, lo que sufri¨® Alemania con M¨¦xico o Francia con Paraguay. Todos los equipos est¨¢n f¨ªsicamente muy puestos". Y de ah¨ª a alabar a las selecciones s¨®lo por su juego defensivo, un paso: "Paraguay hizo un partido muy, muy bueno, aunque perdi¨® con justicia ante una Francia que ataca de un modo incre¨ªble. Y Alemania me gust¨® tambi¨¦n mucho".
Y tambi¨¦n dio una sorpresa. "He le¨ªdo en la prensa...", comenz¨®, y le interrumpieron. "Ah, ?pero no dec¨ªa que no le¨ªa los peri¨®dicos?", exclaman los periodistas "Leo lo que me interesa", corta, y prosigue. Inicia una nueva pol¨¦mica. En este caso con el entrenador sub 21 franc¨¦s, Raymond Dom¨¦nech, que le acusaba de ser un cantama?anas en el banquillo y al que contest¨®. "Bueno, pues he le¨ªdo lo que ha dicho y s¨®lo puedo decir que nunca en mi vida me he permitido hablar mal de alg¨²n jugador de otro equipo y que ¨¦l s¨®lo es bueno para hacer de reventa [al parecer, Dom¨¦nech le intent¨® vender unas invitaciones para un partido] y eso dice el tipo de persona que es".
?l, Cesare Maldini, es como es. Ayudante de Bearzot en el Mundial 82, ha sido siempre un t¨¦cnico de la federaci¨®n. Ahora conduce a Italia a la boca del lobo (el viernes ante Francia) y lo hace sin temblar. "Nuestro comportamiento en el campo siempre ha sido igual. No cambiamos. Sufrimos pero ganamos, y no tocamos nuestra identidad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.