Tietmeyer quiere canalizar menos dinero p¨²blico y m¨¢s privado hacia Asia

Una petici¨®n y una advertencia dej¨® ayer en Madrid Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank. La petici¨®n consiste en que, para sacar a flote a los pa¨ªses en crisis, como los del sureste asi¨¢tico, se eche menos mano de fondos p¨²blicos y se involucre m¨¢s al capital privado. La advertencia es que los fondos de cohesi¨®n no pueden ser empleados para amortiguar el impacto en las regiones menos pr¨®speras de la zona euro de las malas rachas econ¨®micas. El doble mensaje lo lanz¨® ayer en la sede madrile?a de la Fundaci¨®n Ortega y Gasset.

A 48 horas del "estreno" en Francfort del Banco Central Europeo (BCE), Tietmeyer acudi¨® a Madrid para pronunciar un discurso con motivo de la concesi¨®n del Premio Juan Llad¨® a Jos¨¦ Ferrer Sala, de 73 a?os, presidente del Grupo Freixenet. Patrocinado por la Fundaci¨®n Ortega y Gasset y el Instituto de Empresa, el premio quiere recompensar la labor de los empresarios en pro de la cultura y en a?os anteriores ha sido concedido a, entre otros, Pl¨¢cido Arango, Juan March, Isidoro ?lvarez y Jes¨²s de Polanco.A juicio de Emilio de Ybarra, que tambi¨¦n ha recibido el galard¨®n y que presidi¨® el jurado, a Ferrer Sala le sobran m¨¦ritos para el premio, porque de una u otra forma se ha involucrado en numerosas actividades culturales y cient¨ªfcas que abarcan desde la Fundaci¨®n Orfe¨®n Catal¨¢n hasta la Fundaci¨®n Espa?ola de Nutrici¨®n. El homenajeado aprovech¨® su intervenci¨®n para pedir al Gobierno "una nueva ley m¨¢s favorable" para el mecenazgo porque la actual es "insuficiente".

El orador invitado, que clausur¨® la ceremonia, fue Tietmeyer, de 66 a?os, cinco de los cuales lleva al frente del m¨¢s poderoso de los bancos centrales europeos sobre cuyo modelo est¨¢ calcado el BCE. Empez¨® celebrando que Espa?a est¨¦ en el euro pese a que algunos responsables alemanes temieron que su presencia debilitase la futura moneda. "Nosotros en Alemania nos sentimos contentos de que Espa?a haya podido satisfacer casi todos los criterios establecidos (...)", dijo. El "casi" es presumiblemente una alusi¨®n a la deuda p¨²blica que, como en otros muchos pa¨ªses aprobados, rebasa el 60% del PIB.

Para que el euro se convierta en una divisa comparable al d¨®lar debe "consolidarse como una moneda estable", se?al¨® Tietmeyer. Para alcanzar ese objetivo la pol¨ªtica monetaria del BCE "jugar¨¢ un papel de gran importancia (...) pero no ser¨¢ suficiente por s¨ª misma". Lograr una "confianza duradera" en el euro requiere "que no surjan excesivos conflictos sociales y pol¨ªticos en la zona euro". Tras esta primera advertencia vino otra de mayor calado para Espa?a. A diferencia de EE UU "en la zona euro no existir¨¢n mecanismos autom¨¢ticos de compensaci¨®n transfronteriza (...) que podr¨ªan amortiguar diferencias regionales en comportamientos c¨ªclicos de tasas de crecimiento y de empleo". Espero, prosigui¨®, "que no existan tentaciones en la utilizaci¨®n de pagos por transferencias comunitaria como ayudas en ajustes regionales".

Tietmeyer critic¨® tambi¨¦n el uso masivo de fondos p¨²blicos para tratar de resolver la crisis en Asia. Sugiri¨® que "en vez de dar cada vez m¨¢s ayuda econ¨®mica del Fondo Monetario Internacional ser¨ªa mejor involucrar a los acreedores privados (...) para solucionar la crisis".

Su razonamiento es meridiano: "Si est¨¢ realizando inversiones arriesgadas con el fin de conseguir mayores ganancias deber¨ªa aceptar las consecuencias en caso de p¨¦rdida (...) La reestructuraci¨®n voluntaria de la deuda entre acreedores privados y deudores es un camino m¨¢s adecuado que la aportaci¨®n de fondos p¨²blicos por parte de la comunidad internacional".