Jorge Oteiza supervisa la colocaci¨®n de su obra "La ola" frente al Macba
La escultura es una donaci¨®n del veterano artista guipuzcoano
Ayer, hacia media ma?ana, hubo un curioso traj¨ªn en la plaza dels ?ngels de Barcelona. El escultor guipuzcoano Jorge Oteiza (Orio, 1908) circulaba en silla de ruedas frente al Museo de Arte Contempor¨¢neo (Macba) para supervisar la colocaci¨®n de La ola, una imponente pieza de tres toneladas y media realizada con aluminio pintado de negro. Mientras, una nube de fot¨®grafos se arremolinaba a su alrededor.
El creador vasco mostraba un aspecto un tanto desmejorado, aunque evidenci¨® un talante afectuoso y jovial, y estuvo muy atento con los numerosos periodistas que le rodeaban.El panorama que ten¨ªa delante era el siguiente: una gr¨²a situaba la pieza en ¨¢ngulos diversos y la elevaba para determinar la altura de la base en la que se asentar¨¢ la escultura. Junto a Oteiza, su ayudante Ion Inchaustegui dirig¨ªa la operaci¨®n atendiendo a las instrucciones del maestro, que en diversas ocasiones se levant¨® de la silla para tener una adecuada visi¨®n de la obra. Blandiendo su bast¨®n comprobaba la relaci¨®n de la pieza con el entorno. Tambi¨¦n les acompa?aban el director del Macba, Manuel Borja, e Isabel Bachs, arquitecta del centro. "Todo est¨¢ en la ocupaci¨®n de los espacios. Puede suceder que la obra absorba el entorno, o viceversa. Yo pretendo ocupar un espacio con armon¨ªa", coment¨® el veterano escultor acerca de su tarea.
La obra de Oteiza se ha caracterizado desde siempre tanto por la invasi¨®n del espacio como por el estudio del vac¨ªo. La escultura La ola responde a esa l¨ªnea de trabajo, ya que su intenci¨®n es llenar el hueco que se crea en la plaza dels ?ngels, entre el museo y el antiguo convento.
La ola es una donaci¨®n del artista para la colecci¨®n del Macba. Su construcci¨®n, realizada en el taller de Pere Casanova, en la localidad barcelonesa de Matar¨®, ha sido financiada por la empresa Media Planing.
Cubos y poliedros
La ola est¨¢ inspirada en una escultura de bronce realizada en 1957. En aquellos a?os, Oteiza experimentaba con formatos peque?os, con cubos y poliedros con incisiones c¨®ncavas y convexas. ?stas son las que sugieren la forma de una ola. Antes de contemplar el estado actual de la pieza, Oteiza hab¨ªa visto una maqueta de madera a escala real. Adem¨¢s de la angulaci¨®n de la pieza, que a¨²n no puede considerarse definitiva, la obra puede sufrir cambios de tonalidad crom¨¢tica.La pieza lleva inscrita una dedicatoria al director de la Fundaci¨®n Museo de Arte Contempor¨¢neo: "A Leopoldo Rod¨¦s, artista del frontis, mecenas oculto de las dos paredes. Abril, 1998". A Rod¨¦s, dada su afici¨®n al deporte de la pelota vasca, Oteiza le llama "el pelotari que sabe de arte", coment¨® Ion Inchaustegui.
A pesar de que ayer reconoci¨® "haber perdido eficacia ofensiva" y que lo que m¨¢s valoraba en el momento de colocar su pieza era "estar rodeado de juventud", Oteiza, junto a su labor art¨ªstica, ha desarrollado un gran trabajo te¨®rico de reflexi¨®n sobre el papel del artista y del arte en la sociedad. Algunos de sus an¨¢lisis y teor¨ªas se publicaron en el libro La ley de los cambios. Sobre si le gustar¨ªa que Barcelona tuviera otra gran escultura p¨²blica suya, respondi¨®: "Creo que, con que tenga una, ya es bastante".
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