Al filo del cese de un investigador
A pesar de nuestros evidentes progresos en el campo de la investigaci¨®n, la frase ?Que inventen ellos! parece seguir estando de rabiosa actualidad. Aqu¨ª nos queremos referir al campo de la econom¨ªa, que algunos ni siquiera consideran como materia investigable -pues por lo visto tienen todas las respuestas-, mientras que otros perciben su investigaci¨®n como un acn¨¦ juvenil que se cura con los a?os. No nos enga?emos, la investigaci¨®n econ¨®mica en Espa?a es escasa y de modesta calidad. Por fortuna, ellos no cesan de inventar, ideas econ¨®micas tambi¨¦n, y nosotros las importamos con fruici¨®n y beneficio general. Sin embargo, la investigaci¨®n propia es en este ¨¢mbito al menos tan importante como en las otras ciencias (nadie estar¨¢ tan interesado, por poner un ejemplo, en entender nuestra alt¨ªsima tasa de paro como nosotros mismos). Por ello, resulta extraordinariamente preocupante que, de la noche a la ma?ana, se altere el curso de una de las pocas instituciones que han contribuido de forma continuada a la investigaci¨®n sobre la econom¨ªa espa?ola.Nos referimos a la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica, cuyo director ha sido recientemente relevado. En principio, nada hay de extraordinario en un cambio de director, y no habr¨ªa raz¨®n para este art¨ªculo si un investigador de prestigio hubiese sido reemplazado por otro investigador de prestigio. Pero no ha sido ¨¦ste el caso, y de ah¨ª surge la preocupaci¨®n de que el cambio pueda significar un alejamiento de la fundaci¨®n de las actividades investigadoras.
Julio Segura ha sido director del Programa de Investigaciones Econ¨®micas de la antigua Fundaci¨®n del INI desde 1974 y director de la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica desde 1983. Hasta el martes 30 de junio, en que fue cesado; aparentemente, al objeto de imprimir un cambio en la actividad de la fundaci¨®n, orient¨¢ndola en lo inmediato a la gesti¨®n de inversiones en las cuencas mineras asturianas.
No es ¨¦ste el lugar para relatar las m¨²ltiples actividades y logros de la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica. Nos queremos limitar a poner de manifiesto dos facetas, fundamentales y dif¨ªcilmente reemplazables, de la contribuci¨®n actual de la fundaci¨®n a la investigaci¨®n econ¨®mica en nuestro pa¨ªs.
En primer lugar, el Programa de Investigaciones Econ¨®micas de la fundaci¨®n, que tiene la caracter¨ªstica absolutamente excepcional de reunir a un grupo de economistas que a la vez analizan y obtienen datos sobre la industria espa?ola. La ciencia econ¨®mica se ha visto recientemente revolucionada por la disponibilidad de cantidades de datos que eran hasta hace poco tiempo inimaginables. La investigaci¨®n se ha hecho m¨¢s emp¨ªrica y ha cambiado el papel de la teor¨ªa econ¨®mica. Han empezado a aparecer resultados emp¨ªricos realmente convincentes y directos, con implicaciones claras para la pol¨ªtica econ¨®mica. No obstante, los incentivos de los economistas para dedicar sus esfuerzos a la producci¨®n de datos adecuados para el an¨¢lisis suelen ser escasos.
De ah¨ª la trayectoria singular de la actividad llevada a cabo por Julio Segura y su equipo. En una primera etapa, desarrollaron y analizaron un banco de datos sobre la industria espa?ola en torno a la Encuesta Industrial del INE, depur¨¢ndola y vincul¨¢ndola con otras fuentes estad¨ªsticas. En una segunda etapa, se embarcaron en un ambicioso proyecto de dise?o y realizaci¨®n de una nueva encuesta longitudinal a las empresas industriales espa?olas, la Encuesta sobre Estrategias Empresariales.
Esta encuesta, que se realiza anualmente a unas 2.000 empresas, tiene la rara caracter¨ªstica de estar dise?ada por economistas con el prop¨®sito expl¨ªcito de facilitar la investigaci¨®n econ¨®mica. La continuidad de la elaboraci¨®n y el estudio de esta encuesta es fundamental, y su rentabilidad futura -en conocimiento del comportamiento de las empresas-, incalculable.
En segundo lugar, la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica edita, produce y distribuye desde su inicio, en 1976, la revista Investigaciones Econ¨®micas, de la que Julio Segura fue primer director. No se trata de una revista de divulgaci¨®n econ¨®mica, sino de una publicaci¨®n cient¨ªfica en la que s¨®lo se aceptan aquellos art¨ªculos que superan un proceso de evaluaci¨®n an¨®nima por parte de especialistas.
Tras un esfuerzo de muchos a?os, esta revista se ha convertido en una herramienta imprescindible para la difusi¨®n y la certificaci¨®n de calidad de la investigaci¨®n, primordialmente de trabajos sobre la econom¨ªa espa?ola. Las revistas de este tipo son objetos valiosos pero fr¨¢giles. Que puedan cumplir su funci¨®n depende de su prestigio profesional, que cuesta mucho construir y es muy f¨¢cil dilapidar.
Claramente, la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica representa mucho m¨¢s que los aspectos que hemos esbozado aqu¨ª. Las Jornadas de Econom¨ªa Industrial que organiza anualmente son un punto de encuentro b¨¢sico de los estudiosos de la econom¨ªa en Espa?a. Su programa de Historia Econ¨®mica goza de alto prestigio y gran tradici¨®n; por no mencionar sus programas de becas y de formaci¨®n. Tanto aquellos como estos aspectos son una muestra del enorme cr¨¦dito que Segura merece por su dilatada etapa al frente de la Fundaci¨®n.
Lo que m¨¢s nos preocupa, no obstante, en tanto que investigadores econ¨®micos, es la incomprensible vulnerabilidad de instituciones de este tipo, tan escasas y tan importantes a largo plazo, a los embates de la administraci¨®n cotidiana de los asuntos pol¨ªticos.
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