Salvamento de altura
La Guardia Civil rescata al hijo mayor y al nieto de Jordi Pujol, que estaban atrapados en un barranco
Una llamada de auxilio efectuada desde un tel¨¦fono m¨®vil puso en marcha el pasado jueves a un equipo de rescate de monta?a integrado por hombres de los Bomberos de la Generalitat y de la Guardia Civil. Tres practicantes de barranquismo se hab¨ªan quedado sin cuerda a medio descenso y permanec¨ªan atrapados en un saliente del barranco de La Cova, en Ribes de Freser (Girona). Acostumbrados a sacar las casta?as del fuego a inexpertos monta?eros, los equipos de rescate no se sorprendieron ante el deficiente equipo que llevaban los barranquistas ni ante la temeridad que supone atacar un descenso sin un buen c¨¢lculo de la cuerda disponible para ello. A lo largo de su dilatada experiencia se han topado con casos mucho m¨¢s flagrantes. La sorpresa lleg¨® despu¨¦s de las cinco horas de rescate, cuando fue requerida la documentaci¨®n a los imprudentes excursionistas. El nombre de Jordi Pujol Ferrusola, de 39 a?os, no dejaba lugar a dudas, as¨ª como el del hijo de 9 a?os de ¨¦ste, Jordi Pujol Giron¨¨s. Acababan de rescatar al hijo y al nieto, respectivamente, del presidente de la Generalitat de Catalu?a.Ambos se hab¨ªan lanzado a la aventura monta?era en compa?¨ªa de Xavier Civit, director de la Entidad Aut¨®noma de Juegos y Apuestas, organismo que depende del Departamento de Gobernaci¨®n. Pese a su incontestable proximidad a los c¨ªrculos del poder de la Generalitat, los lamentos del Departamento de Gobernaci¨®n ante los elevados costes para el contribuyente que suponen los rescates de monta?a originados por excursionistas sin experiencia no parec¨ªan haber llegado a los o¨ªdos de los adultos del grupo. S¨®lo cabe esperar que el torcido desenlace de su acci¨®n y la factura del coste del servicio de los bomberos, que sin duda les har¨¢ llegar Gobernaci¨®n -como a todos los rescatados y s¨®lo con efecto y finalidad pedag¨®gica- contribuir¨¢ a mentalizarlos. La llamada de socorro efectuada desde el tel¨¦fono m¨®vil de Jordi Pujol Ferrusola, el primog¨¦nito del presidente de la Generalitat, a las 18.30 horas, advirti¨® a los bomberos que la cuerda no les llegaba para el ¨²ltimo rappel. ?stos comunicaron la situaci¨®n al puesto de monta?a de la Guardia Civil de Camprodon y un equipo formado por siete bomberos y dos guardias civiles, a los que m¨¢s tarde se a?adir¨ªan dos mossos d"esquadra, emprendi¨® la laboriosa operaci¨®n de rescate. El equipo se despleg¨® en tres grupos: unos acudieron al punto de partida; otros, al fondo del barranco, y un tercero consigui¨® llegar a la zona central a trav¨¦s de una pista forestal. La torrentera fue definida por un experto como de dificultad media o baja, siempre que se ataque con el material adecuado. El tramo que deb¨ªan superar los monta?eros era de unos 28 metros de ca¨ªda, pero su cuerda de 40 metros -para bajar en rappel se requiere cuerda doble- les habr¨ªa dejado colgados a ocho metros del suelo.
El equipo utilizado por los excursionistas fue definido como "un desastre" por un barranquista habitual de la zona. "Lanzarse por un ca?¨®n como ¨¦se en ba?ador y sin botas adecuadas es una temeridad", asegur¨®. Los bomberos participan en numerosos rescates por aquellos parajes durante el verano. Una lluvia intensa puede convertir el barranco en un cauce de agua fatal para un excursionista inexperto. Los bomberos recomiendan, adem¨¢s de un buen calzado y cuerda abundante, el uso de un traje fino de neopreno.
La Guardia Civil y los bomberos instalaron cuerdas fijas para que el grupo pudiera completar su descenso. A las 23.30 la operaci¨®n se sald¨® con un rotundo ¨¦xito, sin que nadie sufriera ni un rasgu?o y con el sobresalto de los rescatadores ante la identidad de los rescatados. Atemorizados ante tal descubrimiento, los miembros del equipo de rescate se lanzaron miradas de reconocimiento y repasaron la inconveniencia de algunos de sus comentarios. ?Qui¨¦n de los rescatadores hab¨ªa llegado a calificar de domingueros a tan ilustres rescatados? ?Qui¨¦n hab¨ªa osado recriminar a los barranquistas que hubieran metido en semejante berenjenal a un mocoso de nueve a?os? ?Habr¨ªan llegado a sus o¨ªdos tales comentarios? ?Cab¨ªa esperar alguna represalia o sabr¨ªan entender la broma? En el mejor de los casos, los rescatados, as¨ª como hab¨ªan hecho o¨ªdos sordos a los consejos de prudencia en la monta?a lanzados desde la Generalitat, puede que tampoco hubieran reparado en los reproches e iron¨ªas de sus salvadores.
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