"Los ingleses tienden a reclamar a Oscar Wilde como propio"
Liam Neeson no da tanto miedo. La enorme y casi torpe figura que vemos en pel¨ªculas como La lista de Schindler o en la actual Los Miserables, s¨®lo parece alta y delgada al natural, con unos rasgos faciales m¨¢s delicados que los de los amantes y luchadores a los que ha interpretado.Puede que s¨®lo estuviera cansado, algo comprensible teniendo en cuenta que era un viernes por la tarde y que se encontraba aproximadamente en el ecuador de las 14 semanas de representaci¨®n de la obra El beso de Judas (en cartel hasta el 2 de agosto), en la que hace el papel de Oscar Wilde en dos estados: condenado y exhausto. "Es duro", dice Neeson desde un reservado en la parte trasera del Caf¨¦ des Artistes en Manhattan. "Para m¨ª, supone realizar un gran viaje emocional cada d¨ªa. Wilde es pr¨¢cticamente un hombre destrozado, tras dos a?os de trabajos forzados".
Neeson se convierte en ese hombre destrozado ocho veces a la semana, cuando representa a Wilde en 1895 (acto primero), precisamente en el momento en que ¨¦ste toma la decisi¨®n de no huir de Inglaterra y quedarse para afrontar la condena de c¨¢rcel por haber cometido actos homosexuales, y m¨¢s tarde, en 1897, reci¨¦n salido de prisi¨®n. "No tienes m¨¢s remedio que meterte en ello", explica, refiri¨¦ndose a las exigencias psicol¨®gicas del papel. "Si no, no merece la pena hacerlo. Y a veces te compensa y a veces no".
Despu¨¦s de hacerlo, el reto consiste en despojarse del estado de ¨¢nimo del personaje cuando se baja el tel¨®n, para poder vivir como una persona cuerda al menos unas cuantas horas al d¨ªa. Neeson ha desarrollado un sistema para ello. "Me ayuda una camarera estupenda llamada Helen Toth", declara "y un vaso del mejor vino franc¨¦s tinto que pueda conseguir".
Pero, ?c¨®mo le ayuda exactamente Helen Toth? Neeson simula descorchar una botella. "Con una ceremonia encantadora, en la que ella hace saltar el tap¨®n justo cuando yo alcanzo la servilleta. Lo tenemos todo perfectamente sincronizado", explica. "Un vaso de eso te libra de Oscar Wilde". Por ahora, Neeson bebe s¨®lo Pellegrino, acompa?ado de tortilla de salm¨®n y cantidades ingentes de pan integral. Viste de manera informal, en modo alguno a lo Oscar Wilde -chaqueta azul marino, camisa gris, vaqueros negros y gafas sin montura- y est¨¢ deseando volver a casa para poder disfrutar de sus dos hijos que, con tres y casi dos a?os de edad, se encuentran en esa etapa de "corretear por todas partes".
Los ni?os son el centro de sus fines de semana, cuando ¨¦l y su mujer, Natasha Richardson, se los llevan al campo. Hace poco, hicieron sin embargo una excepci¨®n, con ocasi¨®n de la ceremonia de entrega de los premios Tony, celebrada el 7 de junio en el Radio City Music Hall, en la que ¨¦l hizo entrega de un premio y su mujer fue galardonada con el premio a la mejor actriz por su representaci¨®n de Sally Bowles en Cabaret. Esa misma noche, un poco m¨¢s tarde, los dos se abrazaron y besaron ante las c¨¢maras en una breve aparici¨®n durante la cena que tuvo lugar despu¨¦s de la ceremonia.
El hecho de que Neeson no fuera nominado a los Tony por su papel en El beso de Judas fue objeto de pol¨¦mica. Las cr¨ªticas en Nueva York hab¨ªan sido innumerables, describiendo su trabajo como sorprendente, cautivador y "la actuaci¨®n del a?o" por un lado, y por otro, como exagerado y "un tanto sopor¨ªfero". Estas cr¨ªticas alud¨ªan tambi¨¦n en ocasiones a la decisi¨®n de incluirle en el reparto ("desaf¨ªa descaradamente el estilo del personaje", "ligeramente perversa", "una calamidad"). La obra de David Hare tambi¨¦n dio pie a adjetivos contrapuestos (desde brillante, radiante e "inteligentemente el¨ªptica" a est¨¢tica y "aletargante").
Neeson se tom¨® a risa la pol¨¦mica sobre los Tony. ("Siempre bromeo sobre eso con Natasha", dice. "No me preocupan los Tony, pero estoy muy disgustado por lo de los Fany", un grupo de premios elegidos por gente de Nueva York) y alab¨® a su p¨²blico.
"El p¨²blico de Nueva York es muy sensible y demuestra un inter¨¦s incre¨ªble", afirma. En Londres, los aficionados al teatro acuden a veces con una idea preconcebida sobre c¨®mo era Oscar Wilde, esperando ver a un dandy, a un petimetre que va a salir con una de sus frases ingeniosas, y eso no es lo que David Hare ha escrito". A¨²n as¨ª, Neeson ve a Wilde como un personaje pintoresco y fascinante. De hecho, afirma que existe una apropiaci¨®n nacional del personaje y de "su amor por las palabras".
"Los ingleses tienden a reclamarlo como algo propio, pero no lo es", declara Neeson. "Era muy, muy irland¨¦s y hab¨ªa sido educado en una tradici¨®n muy arraigada de narraci¨®n irlandesa". "Su madre era una nacionalista irlandesa, inmensa y escandalosa, que fue un poco una figura de culto", prosigue Neeson, originario de Ballymena, en Irlanda del Norte. "Siempre ten¨ªa la puerta abierta para artistas y conferenciantes de visita. Por eso Wilde creci¨® en un mundo extraordinariamente cultivado, y no s¨®lo por los libros, sino porque se mov¨ªa entre gentes de toda condici¨®n".
El padre de Wilde, observa Neeson, era un eminente cirujano especializado en problemas de vista y o¨ªdo, que muri¨® siendo Wilde joven. De acuerdo con lo que Neeson llama "una de esas peque?as iron¨ªas del destino", Wilde muri¨® de una infecci¨®n de o¨ªdo, una de las que su padre habr¨ªa podido probablemente curar. Antes de interpretar a Wilde, Neeson fue a ver la representaci¨®n fuera de Broadway de La gran indecencia: los tres juicios de Oscar Wilde. "Supongo que quer¨ªa reducir mi investigaci¨®n", dice. "Pens¨¦ "bueno, si veo esta obra, y est¨¢ sacada de los textos, voy a ahorrarme la lectura de muchos libros aburridos". Me encant¨®. Me pareci¨® una producci¨®n genial. Era una especie de documental fascinante, que me emocion¨®".
Neeson cree que el que lo escogieran a ¨¦l para el papel provoc¨® algunas reacciones negativas. "Not¨¦ que hab¨ªa algo que ten¨ªa que ver con el mundo gay, con el hecho de que un heterosexual representara a Oscar Wilde", dice el actor. A Neeson este asunto le desconcierta. "No estamos hablando de especies diferentes", afirma, sorprendido de que alguien crea que representar el papel de una persona de orientaciones sexuales diferentes a las propias suponga un esfuerzo tan tremendo.
A Neeson se le relacion¨® con varias mujeres famosas (incluyendo a Helen Mirren, con la que mantuvo una larga relaci¨®n), antes de que ¨¦l y Natasha Richardson se enamoraran durante la producci¨®n de Anna Christie que hizo el Roundabout Theatre en 1993, en la que actuaron las dos estrellas. En julio de 1994 se casaron. Ella dejar¨¢ Cabaret en las mismas fechas en que Neeson finaliza sus actuaciones en El beso de Judas. Despu¨¦s, le tocar¨¢ volver a Londres para terminar de rodar La guerra de las galaxias. Nadie parece oponerse a que represente el papel de caballero Jedi.
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