Borges entre nosotros
La Puerta del Sol exhibe desde ayer una placa en el lugar donde residi¨® el escritor porte?o
Jorge Luis Borges, el escritor argentino m¨¢s universal, ampli¨® ayer su perennidad un poquito m¨¢s. El Ayuntamiento de Madrid, a trav¨¦s del alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, le dedic¨® una placa conmemorativa. La placa luce desde ayer en el muro de un hostal de la Puerta del Sol 11, el Hotel Americano, donde el poeta, ensayista y narrador porte?o pasara dos a?os de su mocedad, entre 1919 y 1921, en compa?¨ªa de sus padres y de su hermana, la pintora Nora Borges, de gran belleza.La familia Borges, acomodada y culta, de origen luso-irland¨¦s, regresaba a la saz¨®n de Suiza donde el mozalbete, de 20 a?os, hab¨ªa realizado sus estudios de bachillerato. Posteriormente, visit¨® Sevilla y de all¨ª se vino a Madrid. Corr¨ªa el mes de diciembre de 1919. En el Hotel Americano, el escritor ocup¨® la habitaci¨®n 84, en el piso principal, de tres balcones, con fachadas a las calles de Carmen y Tetu¨¢n, con un chafl¨¢n que daba a un estudio fotogr¨¢fico. En el mismo edificio donde Borges vivi¨® -explica Antonio Carbonell, empleado jubilado del hotel- se hallaban unos billares, am¨¦n del Caf¨¦ Oriente. No lejos de all¨ª, al otro lado de la Puerta del Sol, dos caf¨¦s m¨¢s, el de Pombo y El Colonial, habr¨ªan de ser recipiendarios de las visitas del entonces jovenc¨ªsimo poeta. En El Colonial Borges asisti¨® a la consagraci¨®n del movimiento literario ultra¨ªsta, cuyo primer fogonazo hab¨ªa deslumbrado en Sevilla desde las p¨¢ginas de la revista Grecia.
Se trataba de una corriente literaria surgida de una generaci¨®n que hab¨ªa glosado los motores y los ¨¦mbolos frente a los amores desgraciados; que odiaba el claro de luna y que intentaba, por todos los medios, arrumbar el modernismo de Rub¨¦n al que consideraba pariente pobre del simbolismo franc¨¦s. La divisa del ultra¨ªsmo bien pudiera ser La creaci¨®n por la simple creaci¨®n, tan cara al poeta chileno Vicente Huidobro, amigo luego de Borges. Las figuras de Rafael Cansinos Assens, de Pedro Garfias, de Adriano del Valle, dar¨ªan lustre a este movimiento. Ram¨®n G¨®mez de la Serna, el gran definidor, sentenci¨®: "No conviene confundir el ultra¨ªsmo con el altruismo".
Al calor de aquel ¨ªmpetu generacional, Borges escribi¨® en Madrid "sus primeros poemas publicables", seg¨²n se?al¨® ayer Marcos Ricardo Barnat¨¢n, autoridad principal en el estudio de la obra del escritor argentino e impulsor de su homenaje. Juan Antonio G¨®mez Angulo, concejal de Cultura, ley¨® un poema borgiano de gran belleza, dedicado a Espa?a, "m¨¢s all¨¢ de la pompa y la ceniza", que el alcalde aprovech¨® para hacer una glosa en clave hispano-espa?ola, tan del agrado del primer edil.
A Madrid le cabe pues el honor de haber sido el espacio en el que Jorge Luis Borges (1899-1986) descubri¨® y permiti¨® a otros descubrir su talante gozador de innovaciones, sus fantas¨ªa juguetonas con el lenguaje, sus cultismos, a veces ficticios, y sus primeras inquietudes metaf¨ªsicas: las mismas que signaron luego su escepticismo ante la realidad- tan impol¨ªtico- y sus certezas sobre el extrav¨ªo humano en el laberinto del pensar.
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