Saludos desde el planeta Tierra Una asociaci¨®n sit¨²a un pasillo de ovnis en un pueblo de Sevilla
"En una ocasi¨®n vine solo, porque me hab¨ªan dicho que aquella noche se hab¨ªa visto algo. Yo cog¨ª una linterna e hice tres se?ales luminosas al cielo. Un cuarto de hora despu¨¦s, me respondieron con tres se?ales id¨¦nticas a las m¨ªas. Me entr¨® tanto miedo que me fui corriendo". El que habla se llama Joaqu¨ªn Mateos, un t¨¦cnico de televisores y un apasionado del fen¨®meno ovni. Desde hace a?os observa el cielo con detenimiento, unas seis o siete anuales, a los pies de la Torre Mocha, una torreta ¨¢rabe muy cercana al municipio de Gerena (Sevilla), en la carretera que va a Aznalc¨®llar. Seg¨²n parece, esta zona es lo que se denomina un punto caliente, un lugar en el que con cierta asiduidad tienen lugar fen¨®menos extraterrestres. No se sabe exactamente cu¨¢l es la raz¨®n de este ir y venir de platillos volantes que tiene lugar desde hace por lo menos 40 a?os, pero Joaqu¨ªn, miembro de la sociedad Andr¨®meda, especializada en estudios paranormales y ufol¨®gicos, apunta la posibilidad de que tenga que ver con la gran cantidad de yacimientos arqueol¨®gicos que existen por estas tierras. "?sta es una zona por la que han pasado los iberos, los visigodos, los romanos y los ¨¢rabes", explica. Pero es que adem¨¢s, este lugar tiene una peculiaridad cient¨ªfica que lo hace diferente. "En un radio de 20 metros", cuenta Rafael Cabello, otro miembro de la sociedad, "hay una variaci¨®n de 15 grados en la br¨²jula y palabra que no s¨¦ por qu¨¦ sucede." "Vienen de "Ummo" Las personas que all¨ª se re¨²nen podr¨ªan narrar cientos de historias paranormales que les han contado de esta zona, e incluso aseguran que ellos mismos han sido testigos de fen¨®menos apasionantes. "Vienen de Ummo", explica Joaqu¨ªn. "Es un planeta situado en nuestra galaxia que est¨¢ a 14 a?os luz". Este t¨¦cnico electr¨®nico cuenta que los ummitas son pac¨ªficos y que est¨¢n estudiando la naturaleza terrestre y las costumbres humanas. De pronto se oye una voz nerviosa: "?All¨ª, hacia el norte, veo una luz que se mueve!". Todos se giran y miran hacia ese lugar, intentando ver algo anormal en un cielo completamente iluminado por la luna llena. Joaqu¨ªn saca de su coche una enorme bandera amarilla con un s¨ªmbolo extra?o, parecido a una hache may¨²scula. "Es el dibujo que llevan en las naves", dice. Falsa alarma, era un avi¨®n. "Por un momento se me han puesto los pelos de punta", asegura una mujer que reconoce que es la primera vez que viene. Varios radioaficionados, miembros de Protecci¨®n Civil que aprovechan este encuentro para realizar ejercicios de comunicaciones, llaman a los otros dos puntos de observaci¨®n en los que tambi¨¦n se sigue con detenimiento las incidencias del espacio y que se encuentran en Aznalc¨®llar y El Garrobo. Pero ellos no han visto nada. Estos dos pueblos y Gerena forman lo que estos uf¨®logos han llamado el tri¨¢ngulo magn¨¦tico. Aqu¨ª es donde sucede todo. Como aquella vez en la que un objeto luminoso, "algo as¨ª como un enorme mel¨®n de 40 metros", persigui¨® a un coche durante un buen rato. O aquella en la que se vio c¨®mo dos reactores del ej¨¦rcito de aviaci¨®n persegu¨ªan a otra esfera que logr¨® burlarles. La noche contin¨²a, entre bocadillos, cerveza, temores y esperanza. "Es realmente curioso", comenta un miembro de Protecci¨®n Civil, "pero es tambi¨¦n muy divertido, te lo creas o no".
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