Mil perdones

Quisiera pedir miles de perdones a los automovilistas madrile?os que alrededor del mediod¨ªa del pasado d¨ªa 1 tuvieron que dejar paso a un veh¨ªculo con matr¨ªcula de A Coru?a que segu¨ªa a un coche de la Polic¨ªa Municipal de Madrid en un largo trayecto desde la M-40 a la altura de Pozuelo hasta el hospital Gregorio Mara?¨®n. Para ellos fue un inconveniente m¨¢s que se a?ad¨ªa a las dificultades del tr¨¢fico en ese momento, pero para m¨ª fue la confirmaci¨®n de que todav¨ªa hay personas buenas en el mundo. Desesperado porque me hab¨ªa perdido en la mara?a de las carreteras de circunvalaci¨®n de Madrid y quer¨ªa llegar al centro hospitalario donde operaban urgentemente a uno de mis nietos, ped¨ª ayuda a un veh¨ªculo del 092 de la Polic¨ªa Municipal que encontr¨¦ en mi camino para que me indicaran c¨®mo llegar hasta el hospital. A partir de entonces no tengo m¨¢s que buenos recuerdos. Los dos agente me dijeron que les siguiera y, usando la sirena de su veh¨ªculo y sus propias manos, me abrieron el camino hasta la puerta del hospital infantil del Gregorio Mara?¨®n.Por si esto no fuera poco, los polic¨ªas hicieron gestiones en el centro para que me permitieran estacionar mi autom¨®vil en un recinto reservado.

Pido miles de perdones, una vez m¨¢s, a los automovilistas madrile?os y doy mi m¨¢s profundo agradecimiento a los dos polic¨ªas municipales.-