Territorio madrile?o y delicado
La iglesia y el claustro de San Jer¨®nimo el Real, emplazados en el lugar m¨¢s visible de Madrid y en uno de los enclaves m¨¢s visitados de Europa, afrontan fechas decisivas. Media iglesia sufre un agudo proceso de erosi¨®n. Su claustro plateresco permanece en ruinas. La ampliaci¨®n del cercano Museo del Prado puede contribuir a restaurarlos ambos. Pero a costa de segregar una de otro. Se trata pues de un territorio pol¨¦mico y delicado.El arquitecto autor del Plan Director del Conjunto de San Jer¨®nimo el Real es Francisco Jurado Jim¨¦nez, cordob¨¦s de 44 a?os, conservador de la iglesia desde 1985 y profesor de Estructuras en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Considera que su plan, encargado por la Comunidad de Madrid a quien corresponde la tutela monumental de San Jer¨®nimo, "ha sido tergiversado" por el marco se?alado para los nuevos planes de ampliaci¨®n del museo del Prado. As¨ª lo rubrica en una ponencia suya presentada ante un congreso sobre restauraci¨®n de catedrales g¨®ticas, celebrado en mayo en Vitoria. A juicio del arquitecto "siempre ser¨¢ mejor una ampliaci¨®n que el mantenimiento del claustro en ruinas", como actualmente se encuentra. "Pero", subraya, "en la futura ampliaci¨®n del Prado no se ha tenido en cuenta el Plan Director de 1993. Se mantienen las indicaciones volum¨¦tricas, pero los usos previstos en aquel plan han sido olvidados".
La cesi¨®n del claustro y su entorno al Prado consumar¨¢ la separaci¨®n de los dos ¨¢mbitos, que quedar¨¢n segregados, como si de piezas desintegradas se tratase, seg¨²n establec¨ªa Jurado en su ponencia congresual.
Sus quejas, seg¨²n afirma, las hace desde la base de haber sido uno de los primeros en proponer un plan para destinar un ¨¢rea de Los Jer¨®nimos a fines muse¨ªsticos. "Pero mi propuesta se refer¨ªa ¨²nicamente a la zona inferior del conjunto, y siempre bajo cota del claustro, no sobre cota, como las especificaciones de ampliaci¨®n del Prado ahora se?alan", dice. El desnivel existente entre la base del museo del Prado y la de San Jer¨®nimo es de unos quince metros. La oferta persegu¨ªa adem¨¢s la obtenci¨®n de elementos de financiaci¨®n p¨²blica para la restauraci¨®n del templo y del claustro, sobre el que el Plan inclu¨ªa un cerramiento acristalado.
Vecinos no
A juicio de Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, presidente del Patronato del Museo, "el Prado no puede tener como vecinos en la planta de arriba a los sacerdotes ni a los sacristanes. Ha de ocupar todo el espacio", se?ala. "El claustro de Los Jer¨®nimos y, sobre todo, su entorno, son b¨¢sicos para los servicios como guardarrop¨ªa, librer¨ªa, restaurante y salas de exposiciones que el Prado necesita. Igualmente, los talleres de restauraci¨®n ahora carecen de luz natural y cuando se instalen sobre esa zona, la tendr¨¢n en abundancia". Asimismo, destaca: "La ampliaci¨®n del Prado ha de ser sobre un espacio inmediato y esa condici¨®n s¨®lo la cumple el entorno de Los Jer¨®nimos".Entre tanto, la erosi¨®n amenaza gravemente los pin¨¢culos, crester¨ªas y g¨¢rgolas del templo. En la fachada Oeste, la zona m¨¢s visible de la iglesia que mira hacia el Paseo del Prado, los promontorios sobre el p¨®rtico se hallan o bien decapitados o bien decapitadas, con riesgo incluso para los viandantes.
Una parte importante de la cubierta, que incluye sus dos soberbias torres, fue sin embargo reparada y adecentada en 1993, bajo un proyecto de Francisco Jurado, que culmin¨® con la reposici¨®n de las dos torres neog¨®ticas, la restauraci¨®n tejada de la cubierta, la recuperaci¨®n de la crester¨ªa del ¨¢bisde, as¨ª como los revestimientos de paramentos, la iluminaci¨®n interior, el tratamiento de b¨®vedas y la reparaci¨®n y limpieza de las capillas laterales.
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