S¨®lo Pantani puede salvar el Tour
El escalador italiano, ¨²nico corredor capaz de desequilibrar las previsiones de Ullrich
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"Llegar¨¢ la contrarreloj y el alem¨¢n pondr¨¢ en fila a los contrarrelojistas; llegar¨¢ la monta?a y pondr¨¢ en fila a los escaladores". La previsi¨®n de Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, el hombre que condujo a Indur¨¢in a cinco Tours por el estilo, se cumpli¨® a la perfecci¨®n en su primera parte. Ahora llega la segunda, que es la m¨¢s interesante. ?Se arriesga el Tour, ya bastante tocado por el caso Festina, a un desarrollo plano y previsible, con la ley de Ullrich como ¨²nica norma y un juego de resistencia entre los dem¨¢s aspirantes para lograr la segunda plaza? Es un panorama aburrido, cuanto menos. Ausentes los Festina y sus aires de verbena y fuegos artificiales, todo parece condenado. A menos... Pero est¨¢ Pantani, vivito y coleando. Un rumor de excitaci¨®n recorre el pelot¨®n desde hace unos d¨ªas, un deseo que se acrecienta seg¨²n se acerca el Aubisque, el primer gran puerto del Tour. Se ha hecho clamor: "Pantani, por favor, vuela y salva el Tour". O el espect¨¢culo, por lo menos.Marco Pantani est¨¢ tan empapado de su papel que no var¨ªa una coma el gui¨®n a?o tras a?o, carrera tras carrera. ?l es el hombre m¨¢gico que aparece cuando todo parece estar perdido. Prepara su entrada en escena con mimo y teatralidad. Un a?o llora porque se cae en el primer puerto, finge amagos de abandono, discute con su director, pide ayuda a los compa?eros de equipo, la rechaza despu¨¦s, remonta y termina escapado, a punto de ganar la etapa (le enga?¨® Caca¨ªto Rodr¨ªguez). Aquel Tour 94 lo termin¨® en el podio, tercero tras Indur¨¢in y Ugrumov. La magia Pantani, que hab¨ªa debutado un mes antes en el Giro, comenzaba a asentarse. Otro a?o, el 97, llora porque le duele la garganta. Una ma?ana acude a la salida alpina con un pa?uelo al cuello y con voz af¨®nica dice que tomar¨¢ la salida s¨®lo por profesionalidad, pero que no extra?e a nadie si abandona en la primera dificultad. Poco despu¨¦s su equipo pone en fila a todo el pelot¨®n, lleva a todos los corredores con la lengua fuera a pie de Alpe d"Huez, lugar en el que Pantani, el escalador calvo, despliega sus alas y vuela. Gana esa etapa y dos d¨ªas despu¨¦s repite. Termina tercero en el podio de Par¨ªs, tras Ullrich y Virenque.
Este a?o, El Pirata no est¨¢ tan exagerado en sus demostraciones negativas, se ha pasado a un teatro m¨¢s conceptual, aunque siga siendo fiel a su personaje. "Un hombre solo en est¨¦ recorrido no puede marcar diferencias", dice. El ganador del ¨²ltimo Giro, el hombre que 10 a?os despu¨¦s de Delgado ha devuelto a los escaladores la fe en que pueden ser capaces de ganar una gran vuelta, expone s¨®lo dudas razonables. "No s¨¦ c¨®mo estoy... Ya veremos en la monta?a... Ser¨¢ dif¨ªcil ganar el Tour porque Ullrich tiene un margen muy grande... Sin los Festina animando la carrera, ser¨¢ dif¨ªcil un ataque de larga distancia... Si no hace calor ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil marcar diferencias... Este Tour est¨¢ dise?ado para Ullrich..." Ninguna respuesta espectacular, ning¨²n conejo sali¨® de la chistera del pesimismo.
Es un Pantani diferente. M¨¢s sensato. M¨¢s convencido, dicen los que hablan con ¨¦l en privado, de que ¨¦sta puede ser su mejor oportunidad de ganar el Tour. Est¨¢ a gusto con el car¨¢cter mesi¨¢nico que la victoria en el Giro ha dotado a su personaje. Sin embargo, puede que tenga raz¨®n. Puede que su funci¨®n desestabilizadora quede limitada por el recorrido.
De las dos etapas pirenaicas, s¨®lo la de hoy ofrece dificultades (Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde) capaces de forjar una cabalgada solitaria. La de ma?ana, la que termina en la subida a Plateau de Beille, lo ¨²nico que le ofrece es la posibilidad de una victoria en solitario con poca ventaja sobre los dem¨¢s. "Su t¨¢ctica debe ser ir eliminando a sus rivales por el podio uno a uno", dicen los t¨¦cnicos. "Por ello no esperen grandes hecatombes en los Pirineos, su aliado natural en la monta?a ser¨¢ Ullrich". Se ir¨¢ con el alem¨¢n, que empezar¨¢ a poner en fila a los dem¨¢s, contrarrelojistas (Olano, Riis), escaladores (Escart¨ªn, Jim¨¦nez, Julich, Casagrande, Blanco) y mixtos (Jalabert).
Pantani enjugar¨¢ las diferencias perdidas en Corr¨¦ze y se colocar¨¢ ah¨ª arriba. Esperando a los Alpes. Pensando en el Roche del 87 (el ¨²ltimo ganador de Giro, Tour y Mundial en el mismo a?o) o en el Indur¨¢in del 92 y el 93 (Giro-Tour). Pensando en engrandecer su personaje.
"Pantani, por favor, ven y salva el Tour". "El Tour ya est¨¢ muerto", responde, "pero intentar¨¦ resucitarlo".
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