Los j¨®venes y los mayores de 55 a?os son los m¨¢s castigados por el endurecimiento laboral
VIENE DE LA P?GINA 1 Las posibilidades de los j¨®venes para encontrar un puesto de trabajo tambi¨¦n se han deteriorado progresivamente en los ¨²ltimos a?os. En 1991, s¨®lo trabajaban en Catalu?a 384.700 j¨®venes, cuya edad oscilaba entre 16 y 24 a?os, lo que representaba s¨®lo el 77% de la poblaci¨®n activa de este segmento. Pero en 1997, la situaci¨®n laboral de este colectivo de la poblaci¨®n empeor¨®. El a?o pasado, s¨®lo estaban ocupados 304.900, que representaban el 67% de los que quer¨ªan trabajar. (Ver cuadro adjunto). L¨®gicamente, el n¨²mero de parados tambi¨¦n ha crecido espectacularmente entre los j¨®venes. Entre 1991 y 1997, el n¨²mero de parados que ten¨ªan entre 16 y 24 a?os ha pasado de 113.200 a 150.000. La mejora respecto a 1995 ha sido s¨®lo aparente. En los dos ¨²ltimos a?os, se ha registrado una reducci¨®n de 34.000 personas en este grupo de desempleados, pero no ha sido porque ¨¦stas han encontrado empleo, sino porque han desistido de buscar trabajo y figuran como inactivas. Ello se comprueba con la reducci¨®n de la poblaci¨®n activa en 37.500 j¨®venes. Inactivos a los 55 a?os En los ¨²ltimos a?os, tambi¨¦n se ha agravado la situaci¨®n de los mayores de 55 a?os, seg¨²n el estudio del IEC. El a?o pasado, s¨®lo trabajaban 259.000 personas mayores de 55 a?os, lo que representaba el 89% de los activos en este segmento. En 1991, el porcentaje de ocupados era del 92%. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s preocupante de este sector es que aumenta su n¨²mero por envejecimiento de la poblaci¨®n, pero que al mismo tiempo registra una disminuci¨®n de los ocupados por efecto de las cada vez m¨¢s frecuentes jubilaciones anticipadas. En 1991, el segmento de personas mayores de 55 a?os era de 1.612.600, de las cuales el 80% estaba inactivo y el 18,5% estaba ocupado. Sin embargo, el a?o pasado su n¨²mero creci¨® hasta 1.754.000, aunque el porcentaje de los inactivos hab¨ªa aumentado hasta el 83,5%, mientras que los ocupados s¨®lo representaban el 14,8% de la poblaci¨®n de este segmento. En realidad, la creaci¨®n de empleo registrada en los dos ¨²ltimos a?os ha sido m¨¢s moderada, seg¨²n este estudio, que lo que reflejan otras fuentes de informaci¨®n, como las cotizaciones a la Seguridad Social, que contabilizan igual el empleo fijo, el temporal -aunque se trate de unos d¨ªas- o el parcial -por unas horas-. Seg¨²n el trabajo del Institut d"Estad¨ªstica de Catalunya, de la Generalitat, el n¨²mero de ocupados en Catalu?a ascend¨ªa a 2.231.200 personas en 1997, es decir, 103.600 m¨¢s que hace dos a?os. Ello significa que la capacidad de generaci¨®n de empleo de la econom¨ªa catalana, en un buen momento como el actual, es de unos 50.000 empleos anuales, unos 20.000 menos que los previstos por el Gobierno de la Generalitat. A este ritmo, se precisar¨ªan nueve a?os de crecimiento sin desfallecimientos para acabar con el desempleo en Catalu?a y no uno como ha anunciado sin fundamento el presidente del Gobierno catal¨¢n, Jordi Pujol. Por otra parte, lo m¨¢s probable es que en los pr¨®ximos a?os tambi¨¦n se produzca alg¨²n momento de recesi¨®n y entonces se pierdan parte de los empleos ganados ¨²ltimamente. Hay que recordar que ahora, con una poblaci¨®n mucho m¨¢s envejecida, s¨®lo tenemos 8.000 empleos m¨¢s que en 1991. Tambi¨¦n es sorprendente la evoluci¨®n m¨¢s favorable de la ocupaci¨®n entre los empresarios con asalariados y los aut¨®nomos. Se trata de un sector que registra crecimientos en todos los casos, tanto en hombres como en mujeres (sobre todo ¨¦stas ¨²ltimas). En t¨¦rminos relativos el crecimiento ha sido espectacular, sobre todo en el caso de los empresarios con asalariados, que en el caso de los hombres registraron un crecimiento del 22%, mientras que las mujeres empresarias registraron un aumento del 64%. En el caso de los asalariados, la evoluci¨®n del mercado laboral masculino y femenino es diametralmente opuesta. Los hombres pierden terreno casi en la misma cuant¨ªa en que lo ganan las mujeres. Entre 1991 y 1997, el n¨²mero de asalariados varones se ha reducido en 64.600 personas, es decir, un 5,7%. Las mujeres, en cambio, han visto aumentados en 75.300 los puestos de trabajo, aunque, al tratarse de un colectivo menos numeroso, ello ha significado un aumento del 12,2%. Mayor competitividad Esta situaci¨®n pone de manifiesto un endurecimiento del mercado laboral. La incorporaci¨®n de la mujer al trabajo fuera de casa ha incrementado mucho la oferta. En otras palabras, ha aumentado el n¨²mero de candidatos para un mercado que sustancialmente mantiene el mismo nivel de oferta, al menos en lo que se refiere a los asalariados. El mayor aumento de la ocupaci¨®n femenina no deber¨ªa conducir a conclusiones equ¨ªvocas. Las mujeres siguen llevando la peor parte en el mundo laboral desde todos los puntos de vista: tasa de paro, tasa de subsidio, salarios y, sobre todo, dificultades para la promoci¨®n. El a?o pasado, el 55,7% de los desempleados eran mujeres, una tasa s¨®lo ligeramente inferior al 57,6% de 1991. La raz¨®n por la que el fuerte aumento de la ocupaci¨®n femenina apenas reduce su tasa de paro se debe al incesante crecimiento de la incorporaci¨®n de la mujer al trabajo fuera de casa. La discriminaci¨®n de las trabajadoras es especialmente significativa en la percepci¨®n del subsidio por desempleo. En 1991, s¨®lo percib¨ªan subsidio el 26,4% de las desempleadas. Pero este porcentaje no ha cesado de disminuir y, el a?o pasado, ya s¨®lo representaba el 15% de las paradas. En relaci¨®n con el empleo asalariado creado en los ¨²ltimos a?os, tambi¨¦n habr¨ªa que distinguir entre el creado por el sector publico y el generado por la empresa privada. Se da la circunstancia de que el sector privado ocupaba exactamente el mismo n¨²mero de asalariados en 1991 que en 1997 (1.491.000). Las ¨²nicas ganancias (unos 10.000) se han producido en el sector p¨²blico.
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