Una perla de Moldavia
Cuando menos uno se lo espera el quehacer y trajines veraniegos del ballet trae sorpresas desconocidas, y este es el caso del conjunto moldavo. Lo primero que hay que decir es que su director, Mijail Caftanat, procede de una ¨¦poca, quiz¨¢ la ¨²ltima, de estricta concienciaci¨®n acad¨¦mica dentro de los talleres coreogr¨¢ficos del Gran Teatro Bolshoi de Mosc¨², cuya escuela de remontaje de los cl¨¢sicos sufri¨® durante muchos a?os las aventuradas desventuras y la nefasta influencia de Yuri Grigorovich. Por suerte este montaje se atiene a las lecturas coreogr¨¢ficas decimon¨®nicas, las que cuida en pasos, estructura coral y estilo protorruso.El vestuario da una espl¨¦ndida lecci¨®n acad¨¦mica con medios modestos y los decorados, que han sido adaptados con calzador a las magras dimensiones esc¨¦nicas del Nuevo Apolo, tambi¨¦n sienten sobre s¨ª el a?ejo sabor de una escuela de pintores teatrales inigualable.
Ballet de la ?pera de Chisiniev
El lago de los cisnes. Petipa / Ivanov / Chaikovski. Director: Mijail Caftanat. Treatro Nuevo Apolo. Madrid, 28 de julio.
La gran sorpresa de la noche, la rar¨ªsima perla ha sido la joven Olga Gaico. Casi siempre son odiosas las comparaciones entre solistas de ballet de tiempos diferentes, pero el inspirado acento de Gaico recuerda sin duda alguna a la otrora admirada Maia Plisetskaia; el salto, el poder arm¨®nico de los brazos, el fuste hel¨¦nico y pujante del cuello, la espalda firme y el attitude de una elevaci¨®n y firmeza escult¨®rica conceden a esta bailarina el privilegio de poder ser no comparada pero s¨ª que permita recordar a la ya mencionada Plisetskaia.
La t¨¦cnica de Olga Gaico es muy moscovita, pues ella es dign¨ªsima en su Odette (cisne blanco), con una pose llena de riesgo y de l¨ªnea, con unos brazos que terminan matizando ricamente sobre las manos las frases del adagio, hasta llegar a su cisne negro, donde se acoge al temperamento t¨ªpicamente de escuela antigua, en la que no hay sobreactuaci¨®n sino intensidad; la artista control¨® con brillantez su dif¨ªcil variaci¨®n (vuelvo a Plisetskaia, id¨¦ntica lectura en tempo veloc¨ªsimo) y en su coda despleg¨® su arsenal dominando la escena. Vale la pena acercarse al Nuevo Apolo (estar¨¢n hasta mediados de agosto) y ver qu¨¦ es capaz de hacer esta mujer con el resto de un repertorio de tan variado registro como Cascanueces o Don Quijote.
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