Un estudio oficial descubre enfermedades caracter¨ªsticas del conductor profesional

Conducir un taxi, un cami¨®n, un autobus o una furgoneta implica un mayor riesgo de quedarse sordo del o¨ªdo izquierdo, padecer una enfermedad cardiovascular o sufrir de alcoholismo. En el caso de la sordera, el porcentaje se eleva espectacularmente. Estos datos figuran entre las conclusiones del macroinforme encargado por el Ministerio de Fomento sobre la patolog¨ªa de los conductores profesionales. Los resultados muestran que no existe una enfermedad espec¨ªfica de los que viven del volante, pero los incrementos en determinadas patolog¨ªas s¨ª son concluyentes.

El estudio forma parte del compromiso adquirido por el Ministerio de Fomento en los acuerdos que suscribi¨® con los sindicatos del transporte para poner fin a las contundentes movilizaciones del sector en febrero de 1997.Concluido en marzo pasado, el ministerio no se lo ha trasladado a¨²n oficialmente a los sindicatos, pero s¨ª a la patronal. A pesar de ello, los representantes sindicales conocen el contenido y opinan que es un trabajo s¨®lido y el primero que se hace con profundidad sobre los riesgos que el ejercicio de esta actividad implica en la salud.

El estudio dice textualmente en uno de sus apartados: "Probablemente ¨¦sta sea una actividad laboral que produce una amplia gama de enfermedades profesionales en mayor n¨²mero por el tipo de trabajo y por la falta generalizada de prevenci¨®n. Por otra parte, a pesar de que el estudio sobre patolog¨ªas excluye a los trabjadores aut¨®nomos (que son los que realizan su trabajo en peores condiciones) se detectan incrementos significativos sobre la poblaci¨®n normal (no conductores) en las siguientes enfermedades:hipertensi¨®n: +25%; varices: +43%; alteraciones cardiol¨®gicas: +150%; neumolog¨ªas: +50%; ¨²lceras estomacales: +25%; alcoholismo: +125%; sedentarismo: +24%; sordera media: +250%; y problemas de sue?o: +50%".

?Por qu¨¦ la sordera afecta casi siempre al o¨ªdo izquierdo?: "Es por la costumbre de conducir con la ventanilla abierta", dice N¨²?ez del Campo. Las afecciones asociadas a la columna, extremidades y pr¨®stata tambi¨¦n registran un porcentaje de casos muy superior en el gremio de conductores con relaci¨®n a la media de la poblaci¨®n.

Gracias al estudio se sabe por primera vez que el n¨²mero de conductores profesionales que hay en Espa?a-los que viven de la rosca, como se dice en la jerga del sector- es de 895.000; 184.000 conducen camiones, 607.000 furgonetas o veh¨ªculos ligeros para mercanc¨ªas; 34.000 autobuses y 70.000 son taxistas o ch¨®feres de veh¨ªculos para menos de nueve viajeros.

Aut¨®nomos

Santos N¨²?ez del Campo, responsable de Pol¨ªtica Sectorial de la Federaci¨®n de Comunicaci¨®n y Transporte de CC OO, destaca que aunque no exista una enfermedad espec¨ªfica asociada a la profesi¨®n de conductor, el estudio reconoce que se trata de una actividad de riesgo.La consultora que ha hecho el estudio ha analizado los historiales de 4.303 conductores asalariados (junto a otros 3.249 trabajadores de otras profesiones), que s¨®lo representan un tercio de quienes conducen los veh¨ªculos de transporte. Seg¨²n N¨²?ez del Campo, el transporte act¨²a de colch¨®n en las crisis econ¨®micas. Es muy frecuente que cuando un trabajador pierde el empleo abra un bar o se haga transportista aut¨®nomo. En esa condici¨®n, si padece una enfermedad se aguanta y no queda registrada en las mutuas, que han sido el ¨²nico banco de datos m¨¦dicos estudiado.

Otro dato singularmente relevante del estudio, que el sindicato Comisiones Obreras ha contrastado por su cuenta con los de Tr¨¢fico, es el referido a los accidentes mortales. Durante el a?o pasado fallecieron en accidentes 341 conductores profesionales, de los cuales 323 murieron en carretera y 18 en zonas urbanas.

Seg¨²n este c¨®mputo, resulta que la mortalidad en el transporte es superior en t¨¦rminos absolutos a la que se produce en el sector de la construcci¨®n (246), la pesca (46) y la miner¨ªa (39), actividades consideradas socialmente muy peligrosas. Casi cada d¨ªa las carreteras se cobran la vida de m¨¢s de un conductor profesional.

Seg¨²n N¨²?ez del Campo, el Gobierno espa?ol no computa estas muertes ni las transmite a la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT). La sociedad no es consciente del riesgo de esta actividad, al contrario que en los casos de la miner¨ªa o la construcci¨®n. "Es frecuente ver en las obras a un inspector de trabajo, pero ?qui¨¦n inspecciona a los conductores? Tr¨¢fico, no", asegura.

En el fondo late el problema del exceso de horas al volante. Seg¨²n testimonios deducidos de las encuestas realizadas a conductores, muchos trabajan entre diez y doce horas diarias; o 56 a la semana, cuando no es a destajo. Otro elemento que incide sobre su estr¨¦s es el marco legislativo espa?ol, que atribuye la responsabilidad de los accidentes directamente al conductor.

"La cadena de responsabilidades es diferente en Francia o Inglaterra. All¨ª a quien meten a la c¨¢rcel es al patrono despu¨¦s de inmovilizar el cami¨®n", a?ade N¨²?ez del Campo.

Comisiones Obreras defiende la implantaci¨®n de tac¨®grafos electr¨®nicos, vinculados a los propios veh¨ªculos, y que cada conductor lleve su propia tarjeta con el registro de sus horas de descanso y las trabajadas al volante.