Francesc Catal¨¤-Roca

Haber nacido en Triana, La Vi?a, El Palo, Par¨ªs, Iznatoraf, Roma o en Valls, Tarragona, un 19 de Marzo de 1922 da lo mismo si se tiene la universalidad en la mirada. Como Catal¨¤-Roca, el maestro de fot¨®grafos periodistas, extranjero de s¨ª mismo, de su tierra, del mundo. Muy capaz de extra?arse de todo lo que v¨¦ y transmitirnos lo que s¨®lo ¨¦l mira pero que est¨¢ a la vista de cualquiera. La memoria gr¨¢fica de la postguerra no existir¨ªa si este hombre no se hubiera echado su peque?a c¨¢mara al ojo y, como el que no quiere la cosa, jugar con lo que ve¨ªa para que todos participaramos de su gui?o con la Historia.Y la hizo. De la buena, de rebelde con causa, sin manierismos rotos, con lucidez extrema. Recorri¨® muchas veces Andaluc¨ªa creando im¨¢genes para la Revista y Destino. Sorprende su socarr¨®n sentido del humor, su capacidad para el contraste de planos, su narrativa limpia, su concepci¨®n mediterr¨¢nea de la luz. Es imposible conseguir, como lo hace en esta foto y en todas las suyas, mezclar los planos, sus personajes, sin estatismos, con un ritmo de v¨¦rtigo, sin pausas, llev¨¢ndonos sin remisi¨®n a lo que quiere que veamos para luego soltarnos, en libertad y poder mirar y creernos lo imposible: El piropo. As¨ª de sencillo.Es, sin embargo, uno de los retratos sociol¨®gicos mas fuertes de la sociedad franquista. Es un bofet¨®n de aire fresco. De poniente. Maestro, te la deb¨ªa.