Vaya corte
Aparentemente, un profesor de Lat¨ªn y una cocinera de un colegio no deben tener mucho en com¨²n. No es el caso de Juan Antonio Quir¨®s, 39 a?os, que ense?a la lengua de Virgilio en un instituto de Carmona, y Encarnaci¨®n Assa, 57, que lleva 19 cursos d¨¢ndole de comer a los alumnos del colegio V¨¦lez de Guevara de la sevillana barriada de Torreblanca. A los dos les han dado el mismo susto veraniego: un escrito de la subdelegaci¨®n del Gobierno en Sevilla en el que se les notifica la apertura de sendos expedientes con una multa de 250.000 pesetas cada uno ampliable a un mill¨®n como promotores de una manifestaci¨®n de vecinos de Torreblanca que termin¨® con corte de carretera en la A-92. Los hechos sucedieron el 16 de junio a las ocho de la tarde. El Bloom"s day les iba a salir caro. "Yo soy de los que ha empezado y termin¨¦ el Ulises de Joyce", dice Quir¨®s por la coincidencia literaria entre el d¨ªa de autos y la jornada en la que se desarrolla la acci¨®n en la novela del dublin¨¦s. Hace 20 a?os, Quir¨®s y Assa no s¨®lo eran 20 a?os m¨¢s j¨®venes. Ahora, el profesor milita en Izquierda Unida y la cocinera en el PSOE. Entonces, ambos militaban en Bandera Roja con el m¨ªtico cura Jos¨¦ Antonio Casasola. "Cambian las siglas, cambian los tiempos, pero tenemos que seguir cortando la carretera para que nos hagan caso", dice Quir¨®s, padre de dos ni?os de 9 y 7 a?os que estudian en el colegio Tierno Galv¨¢n de Torreblanca. "La sanci¨®n ha venido con una mala idea propia de los tiempos de la dictadura", dice esta cocinera, madre de tres hijos, hija de un emigrante portugu¨¦s, presidenta de la asociaci¨®n de vecinos de Torreblanca. Ante la falta de respuesta municipal, los vecinos eligieron los martes como d¨ªa de asamblea, manifestaci¨®n y corte de carretera. "La primera vez no vino ning¨²n polic¨ªa", dice Quir¨®s, "la segunda ya aparecieron por all¨ª; la tercera, hubo una conversaci¨®n entre el jefe de la polic¨ªa y la delegaci¨®n del Gobierno en la que alguien pidi¨® dos nombres de los manifestantes". Pasados los meses, en plena can¨ªcula, descubren sorprendidos que el PP les ha dado con la ley Corcuera en las narices. Los vecinos recogen firmas para autoinculparse del corte. Todo lo han conseguido en Torreblanca a base de cortes de tr¨¢fico: los pasos a nivel, un colegio, un centro de salud, un centro de formaci¨®n profesional. "Ten¨ªamos que cortar el tr¨¢fico hasta para presionar a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir para que bajara el nivel del canal y poder recuperar el cad¨¢ver de alg¨²n ahogado. El ¨²ltimo apareci¨® tras estar 12 d¨ªas en las aguas". Hace 20 a?os, Quir¨®s y Assa fueron igualmente detenidos cuando escoltaban en la lucha reivindicativa a aquel cura que un buen d¨ªa, tras el triunfo socialista, se fue a Nicaragua, se cas¨® con una ecuatoriana y gracias a una colecta popular de sus antiguos vecinos pudo regresar a Espa?a para estar junto a su padre enfermo. "En aquella ocasi¨®n", recuerda el profesor de Lat¨ªn, "nos ¨ªbamos pasando el meg¨¢fono Casasola, Ana y yo; la polic¨ªa nos iba deteniendo seg¨²n cog¨ªamos el meg¨¢fono". El profesor y la cocinera presentar¨¢n hoy un recurso contra la sanci¨®n en la delegaci¨®n del Gobierno. "No tiene sentido que 30 o 40 encapuchados destrocen locales en el Pa¨ªs Vasco y la gente mire para otro sitio", dijo ayer Carmelo G¨®mez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, "y multen a dos vecinos por manifestarse para que el Ayuntamiento cumpla lo que les prometi¨®. La gente va a pensar que no hay una sola vara de medir".
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