En el centro de la materia gris

El cerebro es objeto de investigaci¨®n de numerosos especialistas. Su estudio, en todas sus vertientes, est¨¢ encaminado a conocer su organizaci¨®n para descubrir los enigmas de las enfermedades cerebrales. El departamento de Neurociencias de la Universidad del Pa¨ªs Vasco lleva casi quince a?os estudiando las diferentes ¨¢reas de la estructura cerebral para ayudar a descubrir las causas de males tales como los tumores, la epilepsia o el Alzheimer. Su trabajo de investigaci¨®n se centra principalmente en el Sistema Nervioso Central. Qu¨¦ es, c¨®mo funciona o cu¨¢ndo se altera son preguntas encaminadas a resolverse por los diferentes investigadores del departamento. Dada la enorme complejidad del cerebro, sus trabajos se deben centrar en facetas muy concretas del mismo. Los profesores Matute y Mill¨¢n forman un grupo de investigaci¨®n con varios objetivos. Por un lado, estudia los mecanismos de excitaci¨®n de determinadas c¨¦lulas nerviosas que, ante un exceso de est¨ªmulos, pueden llegar a morir y dar lugar a un buen n¨²mero de enfermedades. Por otro lado, trabaja en las modificaciones de la plasticidad neuronal y de las consecuencias en las rupturas de las conexiones neuronales. Cuando el cerebro de una persona se ve afectado por un accidente, por ejemplo, las lesiones traum¨¢ticas pueden producir un corte en los est¨ªmulos neuronales que afectar¨¢n a alguna capacidad del individuo. El departamento realiza fundamentalmente trabajos de investigaci¨®n b¨¢sica, es decir, trata de conocer los diferentes mecanismos del cerebro, para que luego dichos conocimientos puedan ser utilizados en la consecuci¨®n de remedios concretos por medio de la investigaci¨®n aplicada. "En general se piensa que es la investigaci¨®n aplicada la que obtiene resultados", se?ala Concha Reblet, una de las investigadoras del departamento. "Pero sin la investigaci¨®n b¨¢sica la aplicada no tiene sentido, y los pa¨ªses que asumen este hecho son los que realmente obtienen avances". En concreto, Reblet estudia el desarrollo de la corteza cerebral en mam¨ªferos en la fase pre y postnatal. Dichos estudios se complementan con los del profesor Jos¨¦ Luis Bueno, que se encarga de estudiar la organizaci¨®n de circuitos neuronales en la corteza cerebral adulta. Ambos analizan el funcionamiento de los circuitos cerebrales y sus conexiones, as¨ª como el proceso de migraci¨®n de las neuronas. "El conocer c¨®mo se generan y migran las neuronas para buscar su ubicaci¨®n definitiva y formar los circuitos en la corteza cerebral, est¨¢ permitiendo obtener las claves de la g¨¦nesis de distintas enfermedades como el autismo o la epilepsia", dice Reblet. Colaboraci¨®n Para la realizaci¨®n de sus investigaciones, los profesionales de este departamento trabajan muchas veces conjuntamente con cient¨ªficos de otros centros y ¨¢reas de conocimiento. El equipo del profesor Pedro Grandes trabaja en colaboraci¨®n con un grupo de la Universidad de Zurich y las empresas farmac¨¦uticas Novartis y Glaxo-Wellcome. Sus estudios se centran en los receptores que median en la neurotransmisi¨®n, en concreto en los receptores metabotr¨®picos de glutamato. La funci¨®n cerebral se basa en la comunicaci¨®n entre las neuronas, que utilizan un sistema de emisi¨®n-recepci¨®n basado en componentes qu¨ªmicos. "Hace 13 a?os no se conoc¨ªa la existencia de estos receptores, y hoy en d¨ªa se han identificado 8 tipos, aunque es posible que pueda haber m¨¢s", comenta Grandes. El conocimiento de estos receptores y su funcionamiento podr¨ªa ayudar a curar enfermedades como la epilepsia, las consecuencias de la trombosis y las hemorragias cerebrales o el Alzheimer, de ah¨ª que la industria farmace¨²tica est¨¦ interesada en estas investigaciones. Por su parte, el profesor Jos¨¦ Vicente Lafuente trabaja en colaboraci¨®n con los Hospitales de Cruces, Txagorritxu y Aranzazu para el estudio de los tumores cerebrales. Su campo de trabajo analiza la forma en la que los tumores desarrollan vasos sanguineos con los que logran crecer y reproducirse. "La idea ser¨ªa atacar a estos vasos para que los tumores no puedan nutrirse y conseguir matarlos o por lo menos que se mantengan en un tama?o peque?o", dice. A pesar de ser 50 personas, entre becarios y cient¨ªficos, este equipo de investigaci¨®n cree que hace falta un esfuerzo mayor.