De profesi¨®n, ama de cueva
VERANO 98RETRATOS
Hace tres a?os, algunos directores de sucursal bancaria la consideraron una iluminada y le negaron los cr¨¦ditos que ped¨ªa. Dos a?os despu¨¦s era invitada por una caja de ahorros a intervenir, como ponente ejemplar, en una conferencia titulada C¨®mo ser empresaria y no morir en el intento. Semejante giro de veleta no fue fortuito. Inmaculada Puentes ha recuperado con ¨¦xito cinco t¨ªpicas cuevas para convertirlas en c¨®modos apartamentos que alquila a turistas. Pero el verdadero m¨¦rito de su iniciativa empresarial reside en haber invertido los ahorros de media vida en el Sacromonte, el barrio con leyenda negra de Granada y uno de los m¨¢s marginados de la ciudad. Leridana de 42 a?os, Inmaculada lleg¨® a Granada hace 15, buscando la monta?a que disfrut¨® de ni?a en el valle de Ar¨¢n, "pero con un poquito m¨¢s de calor". En el Sacromonte encontr¨® lo que buscaba: la calidad de vida del campo junto con las ventajas y servicios de una ciudad. De estas ventajas se benefician los clientes de las cuevas. Las hay de uno y dos dormitorios. Aunque sin lujos excesivos, cada una de ellas dispone de ba?o completo, una peque?a cocina y, en algunos casos, de chimenea. "La gente se queda maravillada, porque cuando le explicas que vienen a unas cuevas creen que son las de Cromagnon". Inmaculada no s¨®lo ha decorado el interior, sino que particip¨® activamente en su rehabilitaci¨®n. "Todas est¨¢n reforzadas con cemento proyectado, lo que les da resistencia y las a¨ªsla de la humedad, el fr¨ªo y el calor. Adem¨¢s tienen incorporado un eficaz sistema de ventilaci¨®n". La idea de las cuevas El abanico le surgi¨® de una revista, donde aparec¨ªa un hotel subterr¨¢neo en medio del desierto australiano. "Mi intenci¨®n era ofrecer un alojamiento de caracter¨ªsticas rurales a 15 minutos a pie del centro de Granada", recuerda. Hasta entonces, Inmaculada hab¨ªa llevado una vida algo bohemia. Dedicaba seis meses al a?o a fabricar marionetas de madera y trapo. Los seis restantes a viajar por todo el mundo para comprar artesan¨ªa que vend¨ªa a la vuelta. Conseguir el dinero para su negocio le ha supuesto a Inmaculada una hipoteca sobre su vivienda. "Cuando les dec¨ªa que quer¨ªa restaurar unas cuevas en el Sacromonte para explotarlas tur¨ªsticamente, en las cajas granadinas se echaban las manos a la cabeza. Y cuando les a?ad¨ªa que la hipoteca ser¨ªa sobre mi casa, que es tambi¨¦n una cueva, me denegaban el pr¨¦stamo de inmediato", explica. As¨ª que tuvo que buscar el dinero en un banco de Alicante, donde desconocen la leyenda negra del barrio. Casi todas las viviendas del Sacromonte son cuevas, habitadas en su d¨ªa por gitanos. Aqu¨ª naci¨® su rey, Chorrohumo, las zambras y la tortilla de sesos y criadillas. El asesinato de un taxista hace tres d¨¦cadas le colg¨® el sambenito de barrio conflictivo y peligroso. Desde entonces no ha levantado cabeza. "Hoy es una de las zonas con menos delincuencia de la ciudad, simplemente porque por aqu¨ª no viene nadie", dice Inmaculada. Con su iniciativa ha obtenido dos logros, reanimar la econom¨ªa del barrio y la cuadratura del c¨ªrculo: "S¨®lo alquilo las cuevas para al menos una semana, con lo que he conseguido el sue?o de cualquier hotelero granadino: que los turistas pernocten m¨¢s de una noche en la ciudad".
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