Los medios de comunicaci¨®n sustituyen la tarea de los padres, seg¨²n los educadores
"El adolescente de nuestros d¨ªas carece de modelo cr¨ªtico para enfrentarse a los mensajes que le llegan de los nuevos medios de comunicaci¨®n. La televisi¨®n, el cine o Internet est¨¢n funcionando como sustitutivos de la tarea educativa de los padres, sobre todo en las familias m¨¢s modestas econ¨®mica y socialmente. Estos mensajes llenan unos vac¨ªos de transmisi¨®n filos¨®fica, art¨ªstica y espiritual", piensa Jean-Michel Djian, director de Le Monde de l"?ducation. Es una cuesti¨®n claramente pol¨ªtica, a?ade, un problema de las democracias que debe tener soluciones pol¨ªticas.
Djian particip¨® ayer en el foro Horitzons de l"educaci¨®, organizado en Barcelona por la Fundaci¨®n Epson, que ayer estaba centrado el papel de la familia en la educaci¨®n. Junto al experto franc¨¦s, intervinieron el decano de Periodismo de la Universidad Pompeu Fabra, Josep Maria Casas¨²s; los psic¨®logos Jaume Funes y Federico Javaloy, el profesor de secundaria Vicen? Marrama y el decano de la Facultad de Psicolog¨ªa y Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad Ramon Llull, Jordi Riera. Cit¨® Djian una serie de estudios que muestran datos sorprendentes sobre el mundo de la educaci¨®n en nuestros d¨ªas, especialmente en lo que concierne a los adolescentes. "Hay una petici¨®n de autoridad", dijo, "pero no se da la capacidad de los padres de tener un peso espec¨ªfico en el proceso de transmisi¨®n de pensamiento, de conocimiento, de saber". En la sociedad actual, a?adi¨®: "Existe un vac¨ªo total de valores culturales, art¨ªsticos. Ya no se practica la religi¨®n en el seno de la familia, un elemento antes aglutinador a trav¨¦s del cual se transmit¨ªan los valores ya que ten¨ªa un papel compensatorio, aportaba conceptos como la tolerancia, la felicidad, y establec¨ªa una jerarqu¨ªa en el campo de la convivencia y en el de los valores". Pero este retrato, seg¨²n Djian, corresponde a las familias modestas. La educaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os, asegur¨®, "desresponsabiliza" a los padres, especialmente en los niveles sociales menos favorecidos, no s¨®lo econ¨®micamente, sino tambi¨¦n culturalmente. "El problema que plantea el futuro es si habr¨¢ un 80% de estudiantes que sepan leer, escribir y respetar al otro", sentenci¨®, ya que a juicio del especialista franc¨¦s, la diferencia "entre los que saben y los que no saben se est¨¢ ampliando al mismo nivel que la demograf¨ªa, ya que el aut¨¦ntico conocimiento, la formaci¨®n de la personalidad, la capacidad para entender la existencia est¨¢ cada vez al alcance de menos gente, de clases restringidas de poder adquisitivo y de base cultural". Jaume Funes, que fue director del Servicio de Asesoramiento de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n y Tutela de Menores, piensa que, igualmente, las diferencias sociales seguir¨¢n siendo claves para entender la educaci¨®n de los adolescentes. "Es cierto", admiti¨®, que "las familias obreras tienden a delegar m¨¢s en la escuela, pero ?cu¨¢ntos padres no saben ayudar a sus hijos a hacer los deberes?". Funes agreg¨®: "No todo el mundo recibe los mismos est¨ªmulos educativos ni tiene los mismos medios. Hoy en d¨ªa, educar quiere decir educar a trav¨¦s de las desigualdades. Cuando se dice diversidad se est¨¢ diciendo desigualdad. Lo cierto es que los problemas escolares, los fracasos escolares est¨¢n relacionados directamente con el nivel social y econ¨®mico de las familias". Djian record¨® el informe de la Unesco de hace una d¨¦cada en el que se determinaba que en 50 a?os se hab¨ªa pasado de que el 80% de los conocimientos fueran transmitidos por la escuela, a la proporci¨®n exactamente inversa. "El problema", a?adi¨®, "es saber qui¨¦n tiene la autoridad sobre la jerarquizaci¨®n de los valores y del conocimiento. Si es el maestro, entonces hay que darle este reconocimiento social, lo que en absoluto sucede en estos momentos en Europa. El maestro vive en el anonimato, hay una banalizaci¨®n de su papel, de la ense?anza en general".
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