"Vamos donde haga falta"

"La mujer del mar debe ser muy voluntariosa". Estas palabras de Fita, una de las representantes de la Asociaci¨®n de Mujeres de Marineros Rosa dos Ventos de Cangas do Morrazo (Pontevedra), resumen el papel que desempe?an las mujeres en el mundo de la pesca. Ellas trabajan, cuidan de los hijos, soportan la soledad y el desarraigo de vivir sin sus maridos la mayor parte del a?o y a menudo tienen que tomar en su ausencia las decisiones m¨¢s importantes. Su presi¨®n es clave cuando se pone en peligro el pan de sus hijos."Lo habitual es que hagamos protestas y, cuando pasa algo fuerte, nos reunamos para ir a la Administraci¨®n o donde haga falta". Por eso han acudido a ellas Nani Flores y Cinta Requena, las esposas de los dos marinos onubenses detenidos en Gambia. Les piden su apoyo, pero tambi¨¦n su experiencia en casos similares. "Hemos llegado a reunir unas 70.000 firmas para conseguir la liberaci¨®n de pescadores retenidos en Ir¨¢n", explica Fita. Una experiencia que quiz¨¢s no es larga en el tiempo -la asociaci¨®n naci¨® hace ocho a?os-, pero s¨ª en movilizaciones. "Decidimos unirnos despu¨¦s de la huelga general de la flota congeladora subsahariana. Dur¨® 45 d¨ªas y fuimos las mujeres las que retuvimos los barcos que volv¨ªan del banco para no ir a la huelga. Yo ten¨ªa entonces dos hijos peque?os y tuve que dejarlos a una amiga para que los cuidara", cuenta Fita.

Luego lleg¨® la decisi¨®n de formar la asociaci¨®n. "Nos unimos mujeres de muchos sitios: de Bayona, de Bueu, de Marin, de Cangas...". Desde entonces, se han movilizado por muchos causas: han luchado por la seguridad mar¨ªtima, por las cotizaciones, por las banderas mixtas... siempre por medidas que mejoren el trabajo que hacen sus maridos y , en el fondo, la situaci¨®n de sus familias.

Pero Fita lamenta que no sean m¨¢s. Ahora en Cangas s¨®lo hay 150 mujeres que pertenecen a la asociaci¨®n. "Muchas se marcharon en 1996. Fue cuando protestamos porque se pescaban peces peque?os. Ahora se est¨¢ viendo que ten¨ªamos raz¨®n y que no pod¨ªamos destruir nuestro sustento, pero entonces muchos hombres obligaron a sus mujeres a quitarse". Sin embargo, Fita no culpa a nadie: "Se resignan porque no tienen rebeld¨ªa. La gente es cautiva de una situaci¨®n".