El vendedor Schr?der

El socialdem¨®crata Gerhard Schr?der; a quien las encuestas de opini¨®n sit¨²an como vencedor del canciller cristianodem¨®crata Helmut Kohl en las elecciones generales alemanas del 27 de septiembre, ha hecho una magn¨ªfica labor de sondeo, moderna y pragm¨¢tica, con dulces promesas de una "tercera v¨ªa" que "ni es izquierda ni derecha", y se las ha ingeniado para mantener una vaga grandilocuencia en sus intenciones pol¨ªticas. (...) Una vez en el trono, dicen sus amigos, Schr?der se volver¨¢ m¨¢s franco, (...) m¨¢s libre para hacer, por el bien del pa¨ªs, cosas indudablemente dolorosas, que enojar¨¢n a la mayor¨ªa de los alemanes y que soliviantar¨¢n a sus aliados de izquierdas y a los verdes.

Sin embargo, la tibieza de Schr?der es un error. Para empezar, puede que no funcione como t¨¢ctica, al menos es indudable que no le proporcionar¨¢ la mayo r¨ªa que le permita no necesitar m¨¢s que a los verdes en la coalici¨®n de Gobierno. Con cuatro se manas de campa?a por delante, ser¨¢n muchos los alemanes que, aun convencidos de que el final de Kohl ha llegado, empiecen a dudar de la sinceridad de Schr?der para acceder al Gobierno. (...) Pero si Schr?der fuera tan blando en el poder como ha sido durante la campa?a, los problemas de Alemania se agravar¨ªan. (...) Schr?der es un pol¨ªtico de talento; puede que su coraz¨®n y su cabeza sepan lo que necesita Alemania. Y todav¨ªa tiene tiempo para decirles a los votantes algunas dolorosas verdades. (...)

29 de agosto