"Ciberm¨¢ster" universitario
Ser ciberanauta es uno de los requisitos para hacer el m¨¢ster m¨¢s novedoso de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). Profesores y alumnos, en vez de verse las caras varias veces por semana en un aula, como ocurre en los cursos de posgrado al uso, se re¨²nen en un aula virtual instalada en Internet. El curso versa sobre Derecho Ambiental. Fue la pasada primavera cuando la Junta de Gobierno de la Universidad p¨²blica vasca reconoci¨® este t¨ªtulo. Lo hizo con efecto retroactivo para que la veintena de alumnos que el a?o pasado se aventur¨® en ¨¦l pueda, una vez aprobado el examen final que se celebra estos d¨ªas, obtener un m¨¢ster en toda la regla. El codirector del curso, el profesor de Derecho Administrativo de la UPV Demetrio Loperena, asegura que "no hay" experiencias similares, ni en el resto de Espa?a, ni siquiera en Europa. Lo que s¨ª parece cierto es que la idea ha gustado a los profesionales que quieren especializarse en Derecho Ambiental, pero carecen de una agenda estable que les permita acudir a clase como se ha hecho toda la vida. Hasta ahora, al menos. La mayor¨ªa de los inscritos son jueces, funcionarios o abogados, seg¨²n Loperena. M¨¢s c¨®modo y barato Unas 40 personas han mostrado ya inter¨¦s por seguir el ciberm¨¢ster el curso que viene. De todos modos, no est¨¢ previsto admitir m¨¢s de 50 alumnos. Deber¨¢n pagar 300.000 pesetas por barba. Adem¨¢s de ser m¨¢s c¨®modo, cuesta la mitad que su hermano, el m¨¢ster "presencial" en Derecho Ambiental que la UPV ofrece desde hace una d¨¦cada. El sistema lectivo es aparentemente simple. El estudiante recibe cada semana por correo ordinario los apuntes (art¨ªculos cient¨ªficos, sentencias, bibliograf¨ªa, etc¨¦tera). La diferencia respecto a las clases universitarias corrientes y molientes estriba en que las preguntas se hacen v¨ªa Internet. En ocasiones, entre profesor y alumno hay un oc¨¦ano real, el Atl¨¢ntico. Tanto en los pupitres como en la tarima virtual hay latinoamericanos y espa?oles. La red posibilita incluso debates a los que los inscritos se van sumando cuando tienen un rato para dedicar al m¨¢ster. Estudiar navegando en la red tiene muchas ventajas. Pero de vez en cuando tambi¨¦n surgen inconvenientes. Qued¨® demostrado ayer, cuando los responsables del posgrado daban los ¨²ltimos toques al examen final para ponerlo on line, o sea, lanzarlo a la red para que los estudiantes pudieran demostrar lo que han aprendido en estos meses. Un fallo del servidor provoc¨® cierto retraso. Este imprevisto se produjo cuando ya se hab¨ªa encontrado soluci¨®n a un problema mayor: c¨®mo controlar que el alumnado hace la prueba en igualdad de condiciones. Los examinadores comprobar¨¢n que nadie mantiene abierta durante m¨¢s de cuatro horas la p¨¢gina web del examen. Los resultados deber¨¢n llegar por correo electr¨®nico a la sede, ubicada en San Sebasti¨¢n, antes del pr¨®ximo lunes. Aunque reconoce que es imposible saber a ciencia cierta qui¨¦n es el que se sienta ante la pantalla del ordenador, el profesor Loperena descarta que haya lugar para la picaresca. "No hay amiguetes que puedan contestar a preguntas tan espec¨ªficas", dice.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.