Los "yanquis" no volver¨¢n a casa
EE UU quiere extender su presencia militar en Panam¨¢ despu¨¦s del a?o 2000 para la lucha contra las drogas
ENVIADO ESPECIAL, El general retirado Rub¨¦n Dar¨ªo Paredes trabaja activamente contra la pr¨®rroga de la permanencia militar estadounidense en Panam¨¢ y, fracasada ¨¦sta, contra el Centro Multilateral Antinarc¨®ticos (CMA), cuya entrada en funcionamiento aplazar¨ªa de hecho la preceptiva retirada establecida en los tratados Torrijos-Carter. "Se trata de un proyecto blasfemo, irreal y antisoberano que lo que persigue es prolongar en nuestro territorio las bases norteamericanas despu¨¦s del a?o 2000, viol¨¢ndose as¨ª el pleno cumplimiento de los tratados", denuncia. Con argumentos irreprochables, como son todos los referidos a la imprescindible unidad de fuerzas contra el narcotr¨¢fico, los promotores del CMA pretenden establecer un centro de espionaje en Panam¨¢ con cobertura de toda Am¨¦rica Latina, apoyado por una flotilla de sat¨¦lites, buques, submarinos, aviones Awac, sofisticado equipo y un n¨²mero indeterminado de soldados, que fuentes no oficiales calculan en 2.000. Su objetivo declarado ser¨ªa combatir la producci¨®n, tr¨¢fico y consumo de drogas y actividades relacionadas con el blanqueo de capitales, pero en M¨¦xico -y otros pa¨ªses invitados a sumarse, entre ellos Brasil y Colombia- se teme que los radares y destacamentos puedan ser aprovechados tambi¨¦n para fines menos altruistas. El borrador del acuerdo alcanzado por los Gobiernos de Panam¨¢ y Estados Unidos, filtrado el pasado mes de enero al diario mexicano Excelsior, no convence a la Administraci¨®n de Ernesto Zedillo, y la oposici¨®n paname?a se ha empe?ado en darle cristiana sepultura. El grupo de funcionarios mexicanos encargado de estudiar los t¨¦rminos de instalaci¨®n y funcionamiento del centro, cuyo mando trabajar¨ªa desde la base a¨¦rea Howard, sede hasta hace cinco meses del Comando Sur del Ej¨¦rcito estadounidense, fue contundente: Panam¨¢ concede demasiadas prerrogativas a Washington cuando le entrega la seguridad de las dependencias m¨¢s importantes y permite que sus tropas ejecuten operaciones "de apoyo" en Panam¨¢ y en la regi¨®n. Adem¨¢s, los barcos, aviones y veh¨ªculos terrestres de EEUU que cumplan "deberes oficiales" podr¨¢n circular libremente por territorio paname?o, exentos de cualquier inspecci¨®n aduanera o de otro tipo. El acuerdo, por otra parte, limita el poder de decisi¨®n de los pa¨ªses invitados a formar parte del centro. Pr¨¢cticamente, seg¨²n la lectura mexicana, se les pide la adhesi¨®n porque ¨²nicamente Panam¨¢ y EEUU participar¨ªan en el acuerdo constitutivo del CMA. La incorporaci¨®n del resto no ser¨ªa en las mismas condiciones. El acuerdo de principios, en estos momentos bloqueado, dispone que el CMA tendr¨¢ una vigencia de 12 a?os, a partir del 31 de diciembre de 1999, prorrogable por periodos de cinco a?os. Los Estados que eventualmente decidieran entrar no podr¨¢n retirarse antes del a?o 2012."Hay que poner fin a la vieja relaci¨®n. La presencia militar estadounidense involucrar¨ªa retener bajo el velo del CMA antiguas bases militares en las costas de ambos oc¨¦anos, en detrimento del desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs", protesta el expresidente Jorge Illueca. Tambi¨¦n se opone el excanciller Carlos L¨®pez Guevara, miembro de la comisi¨®n negociadora de los tratados Torrijos-Carter, que fij¨® el mediod¨ªa del 31 de diciembre de 1999 para la devoluci¨®n del canal de Panam¨¢ y la retirada del ¨²ltimo de los 4.500 soldados acantonados en las bases de la zona del Canal, entre ellas Howard y Kobbe, levantadas en 5.000 hect¨¢reas de dos de las mejores fincas de Panam¨¢. L¨®pez Guevara advierte que la puesta en marcha de un centro contra el narcotr¨¢fico de perfil castrense, y su capacidad para controlar no s¨®lo el canal de Panam¨¢ sino los cielos y mares de todo el continente, puede llevar a EEUU a la intromisi¨®n en los asuntos internos ajenos y causar conflictos de competencias con los paname?os. "La lucha contra el narcotr¨¢fico no es militar, como pretende implementar EEUU", se?ala. El Gobierno del presidente Ernesto P¨¦rez Balladares, cuya derrota en el referendo de reelecci¨®n asesta un fuerte golpe al CMA, ech¨® marcha atr¨¢s hace alg¨²n tiempo, desdici¨¦ndose, seg¨²n fuentes estadounidenses, y reclama contraprestaciones a¨²n no satisfechas. Una de ellas es que en el plazo de tres o cuatro a?os ambos Gobiernos reconsideren si el centro cumple con los objetivos antinarcotr¨¢fico previstos y su funcionamiento corresponde a los respectivos intereses nacionales. Seg¨²n Ricardo Alberto Arias, ministro de Asuntos Exteriores hasta su renuncia este lunes, "ya no hay m¨¢s campo para negociar. Estamos en una etapa de decisiones. Es un poco tratar de determinar si la propuesta paname?a logra satisfacer los intereses de las distintas partes interesadas o no", declar¨® al diario Panam¨¢ Am¨¦rica.
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