Alma del Guadarrama
La mariposa 'Graellsia', s¨ªmbolo de la sierra, fue hallada hace 150 a?os en estas tierras de Peguerinos
En este 98 agobiado de monograf¨ªas, conferencias y exposiciones conmemorativas del cuarto centenario de la muerte en E1 Escorial del (para unos) prudente y (para otros) desalmado Felipe II, los visitantes del Real Sitio est¨¢n demasiado perplejos como para reparar en que tambi¨¦n se cumple el sesquicentenario del hallazgo de la Graellsia isabelae. No se les puede culpar. E1 edificio m¨¢s gr¨¢vido del orbe y el rey m¨¢s poderoso ejercen ta1 atracci¨®n que ni siquiera un Boeing 747 aterrizando en la lonja del monasterio desviar¨ªa un ¨¢pice el curso de los tours guiados. ?C¨®mo habr¨ªa de hacerlo una leve mariposa que s¨®lo exhibe sus galas en las noches del pinar!Existe, no obstante, una l¨¢pida, en la antigua casa de la Parra de San Lorenzo, que rememora este min¨²sculo gran descubrimiento. De ella sali¨® el naturalista riojano Mariano de la Paz Graells -catedr¨¢tico de Zoolog¨ªa en el Museo de Ciencias Naturales, director del mismo y del Jard¨ªn Bot¨¢nico-, cargado con todos sus b¨¢rtulos, para hallar, en el verano de 1848, emboscada en los Pinares Llanos del vecino t¨¦rmino de Peguerinos (?vila), una nueva especie de mariposa de la familia de los sat¨²rnidos, de unos ocho cent¨ªmetros de longitud, con sus cuatro alas de color verde pistacho, oceladas, venas alares de grueso trazo casta?o y largas colas curvas rematando las traseras. Muy pajarera, como se ve, para ser nocturna. Graellsia isabelae se llama. Graellsia, por su descubridor; isabelae, por hab¨¦rsela dedicado ¨¦ste a Isabel II, quien es fama que luci¨® un collar exornado con un ejemplar natural en un baile de palacio. Inauguraba as¨ª la reina, sin saberlo, una tradici¨®n decorativa: hoy esta mariposa baila estampada en camisetas, cubiertas de libros, boletines..., y es incluso el logotipo de asociaciones que ven en su belleza -a¨¦rea, fr¨¢gil y solitaria- un emblema cabal del Guadarrama.
Siguiendo los pasos de Gra-ells, vamos a acercarnos en coche al puerto escurialense de San Juan de Malag¨®n, donde nos echaremos a andar hacia la peque?a presa del Tobar, que est¨¢ a la vista, siguiendo para ello el camino que la rodea por la derecha. Al llegar junto al muro de contenci¨®n, el camino, algo desdibujado a partir de aqu¨ª, comienza a ganar altura por la ladera, corona una loma -ya se otea Peguerinos y el embalse de la Ace?a- y sigue por una calleja delimitada por dos cercas de piedra hasta extinguirse, como a una hora del inicio, ante una tosca portilla hecha con enrejado de varas de hierro. Rebas¨¢ndola, bajaremos por una trocha zigzagueante, a la sombra del pinar, hasta la orilla del embalse; muy cerca, a la derecha, surge una pista forestal que remonta el arroyo de Navalacuerda y que nos va a conducir, sumando una hora m¨¢s, hasta el antiguo albergue de la Casa de la Cueva. Junto a este caser¨®n pasa una pista asfaltada que, de seguirla sin parar en sentido ascendente, nos llevar¨ªa de vuelta al puerto en menos de una hora y media. Nosotros, empero, vamos a abandonarla en la primera curva cerrada para continuar de frente por el pinar hasta alcanzar el ruinoso refugio de la Naranjera, pues a su vera se alzan unas pe?as desde las que se divisa un curioso fen¨®meno orogr¨¢fico. Por un lado, la vertiente madrile?a cae a plomo desde los 1.600 metros a que nos hallamos hasta los 1.200 del Valle de los Ca¨ªdos; mientras que, por el otro, los Pinares Llanos abulenses hacen honor a su nombre explay¨¢ndose en un altiplano que frisa los 1.500.
Progresando a continuaci¨®n por la l¨ªnea de cumbres, hacia el sur, coronaremos el alto de San Juan y luego el Abantos, m¨¢xima altura de la jornada (1.753 metros) y atalaya de El Escorial. A tiro de piedra de este risco, por la parte de poniente, corre hacia el puerto de San Juan una pista forestal flanqueada por pinos albares. Son ¨¦stos los pinos de que se nutre la Graellsia: una mariposa que, como aqu¨¦lla del poema de Machado, es "el alma de estas sierras solitarias,/ de sus barrancos hondos/ y de sus cumbres agrias".
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