La Pasarela Cibeles rinde cuentas a la tecnolog¨ªa punta
Los modistas respiran tranquilos con las perspectivas de venta
La Pasarela Cibeles con las propuestas de primavera-verano 1999 ha cerrado con calma y buenas perspectivas de facturaci¨®n aunque, en este aspecto, los modistas no sueltan prenda. Como si se tratara de la llegada de una era cientificista, los tejidos tecnol¨®gicos y el desarrollo del patronaje industrial informatizado van dando un cariz de seriedad a casi todas las colecciones, si bien alg¨²n analista achaca a tales medios un relajamiento en la creatividad. La palabra aburrimiento ha aparecido una y otra vez calificando ropa casi siempre bien hecha, pero sin emoci¨®n en las entretelas.Las tendencias apuntan al blanco y el gris como dominantes y la moda de hombre se mostr¨® m¨¢s estable que las propuestas para la mujer, lo que es un hecho in¨¦dito en este sal¨®n mesetario del trapo. Esa moda masculina qued¨® a gran altura con Pedro del Hierro, Pedro Morago, Roberto Verino, Caramelo y Devota & Lomba.
Una t¨®nica de repetici¨®n lineal y estil¨ªstica se hizo ver en muchas firmas, donde las l¨®gicas reservas ante el mercado se sumaron a un cierto mimetismo sobre hallazgos for¨¢neos. Los ojos de algunos de los m¨¢s se?alados modistas espa?oles se vuelven ahora directamente a Norteam¨¦rica sin pasar apenas por Par¨ªs o Mil¨¢n, olvidando a ratos que mucho del ¨¦xito de aquellos del Nuevo Mundo depende de la extraordinaria factura y terminado que son capaces de sumar y que aqu¨ª a¨²n puede sonar a chino.
La revelaci¨®n con sorpresa generalizada fue la del valenciano Valent¨ªn Herraiz, que exprimi¨® al m¨¢ximo las posibilidades de esos tejidos artesanos y ricos que s¨®lo se ven ya hoy en los trajes de fallera; su colecci¨®n era muy valenciana, pero nada fallera, y hablando de miradas, oteando ambiciosamente sobre Galiano y demostrando que se puede saludablemente fantasear sin llegar al desvar¨ªo formal.
Gesto y rumores
M¨¢s de un miembro de la organizaci¨®n ha torcido el gesto ante el progreso de la moda masculina en la pasarela madrile?a, lo que no se comprende muy bien a estas alturas. De hecho, las colecciones masculinas han pasado con m¨¢s estabilidad y reconocimiento que las de mujer, con un apoyo directo al blanco y el gris en dos tejidos: el lino y la alpaca. En la moda femenina los tejidos se abren a las sedas tratadas o no, la organza, las ristras de lentejuelas pegadas, el bordado ocasional y el punto de seda o muy ligero dej¨¢ndose escurrir amablemente desde los hombros.Un rumor, entre otros que sobrevolaron los entreactos de los desfiles, es que un grupo de profesionales se est¨¢ planteando desmarcarse de Cibeles, proponer un sal¨®n alternativo y estudiar la conveniencia de retomar el arcano de un sal¨®n masculino en la capital. Notorias ausencias por motivos nunca revelados con claridad (Jes¨²s de Pozo, Purificaci¨®n Garc¨ªa, Nacho Ruiz) y un fantasma de reducci¨®n presupuestaria han animado los corrillos del modisteo. Oficialmente, aqu¨ª no pasa nada.
La Pasarela Cibeles ha ganado en organizaci¨®n en estas ¨²ltimas ediciones una vez superado el traum¨¢tico cambio de escenario (desde La Castellana al nuevo recinto ferial). Este a?o, por ejemplo, el casting de los modelos, despu¨¦s de algunos altibajos en ediciones precedentes, ha tenido elogios casi un¨¢nimes por parte de la prensa especializada y de los modistas, que son quienes finalmente usufruct¨²an las perchas de oro. La responsabilidad ha sido de Jaime Montoya, director art¨ªstico de la pasarela respaldado por la gesti¨®n de la agencia IC & M. Montoya asegura que "todo ha fluido adecuadamente, y lo he intentado hacer con total independencia". De hecho, ha contado con las mejores espa?olas (Nieves ?lvarez, Eugenia Silva, Martina Klein, Ver¨®nica Blume) y algunas revelaciones for¨¢neas. Como Mika, a quien Montoya descubri¨® al verla en la revista The Face: "Me encant¨® y fui a por ella. No me he equivocado de la intuici¨®n que surge al primer golpe de ver a alguien en una buena fotograf¨ªa". Mayka es otra novedad en Cibeles, habitual de Donna Karan, Calvin Klein o John Galiano; Pipsa, preferida entre otros por Kenzo y Missoni, tambi¨¦n hab¨ªa sido escogida antes de venir a Madrid por Narciso Rodr¨ªguez para su deb¨² milan¨¦s. Y Lavinia ser¨¢ un rostro ineludible en breve: de ello ya se han dado cuenta Yves Saint Laurent, Galiano y Lacroix y el enterad¨ªsimo p¨²blico madrile?o. Tambi¨¦n han dejado buena huella Juliane y Priska, esta ¨²ltima con su imponente planta eslava. Entre los chicos, Charles Andrews -habitual en Versace-, Jeremy Boesman y, de los locales, la mejor impresi¨®n la deja Iv¨¢n S¨¢nchez, que ya tiene en su haber varios Armani Jeans, Valentino y Hermes, y en quien destaca una naturalidad que es de verdad, lo que ayuda a colocar las prendas. Como reclamos privados, hay que recordar que Roberto Verino se trajo a su icono Cameron y a Mayte Garc¨ªa, flamante mujer de Prince, mientras Antonio Pernas tuvo el gesto nobil¨ªsimo y sentimental de dar a Laura Ponte la pista para su al parecer prematuro addio.
Babelia
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