La primera y la ¨²ltima
Patxi Franc¨¦s, de Orio, se retira a los 40 a?os y Borja Granjal, de San Pedro, se bautiz¨® el domingo en La Concha
Patxi Franc¨¦s dir¨¢ hoy adi¨®s, esta vez de forma irrevocable. Hizo votos para despedirse hace un par de a?os por estas mismas fechas, pero el gusanillo del remo le produjo un cosquilleo que le arrim¨® de nuevo a la trainera. Tras permanecer 17 a?os agarrado a un remo, los nueve ¨²ltimos en Orio, este fornido remero donostiarra (1,92 metros y 83 kilos) abandona. Borja Grandal, en cambio, se estrena. Bog¨® el pasado domingo en la trainera de San Pedro por primera vez en La Concha. Con 20 a?os (1,90 metros y 80 kilos), emprende su trayectoria como arraunlari (remero). La bah¨ªa donostiarra despide al primero y saluda al segundo. El de Orio dobla en edad y en experiencia al pasaitarra. "Yo le aconsejar¨ªa a Borja, pese a ser mi contrario, que no pierda nunca la concentraci¨®n antes de la regata y que en el agua le pegue duro al remo". La lecci¨®n parte de la acumulaci¨®n de 12 participaciones en La Concha y la obtenci¨®n de tres banderas en San Sebasti¨¢n (1982, 1996 y 1997). "Aunque es mi primer concurso en La Concha, comenc¨¦ a remar con 13 a?os", le replica Borja Grandal. La proximidad de la retirada no ha alterado una pizca la tranquilidad de Patxi Franc¨¦s porque afronta la regata donostiarra "con la misma ilusi¨®n que la primera vez. A diferencia de otros a?os, estoy m¨¢s distra¨ªdo y ajeno a la circunstancia de ser la ¨²ltima vez". Ayer repiti¨® el mismo plan de las v¨ªsperas de regatas: "Tengo la costumbre de alejarme de la Parte Vieja porque all¨ª tropiezo cada dos metros con la gente. Suelo subir al parque de atracciones de Igeldo con mis dos hijos y mi mujer para abstraerme". Borja Grandal no pudo despojarse del nerviosismo y se acurruc¨® a la sombra de los veteranos de su equipo, pese a lo cual confiesa que "las piernas te tiemblan y notas el peso de la responsabilidad. En cuanto soltamos la estacha s¨®lo pens¨¦ en llegar cuanto antes a la meta". Una semana despu¨¦s de su estreno a¨²n no se ha atrevido a encender el v¨ªdeo para revisar la regata porque "no he tenido tiempo y tampoco quiero llevarme una desilusi¨®n, pero la ver¨¦ porque de todo se aprende". Franc¨¦s viaja en la tercera tosta por la banda de babor y Grandal se sienta en la segunda por estribor. El de Orio ha sido marca (el que va delante del patr¨®n y marca el ritmo de la palada), pero nunca ha estado en los puestos m¨¢s pr¨®ximos a la proa porque "soy muy pesado". El sampedrotarra tambi¨¦n ha remado siempre m¨¢s cerca de la popa, aunque le gustar¨ªa probar en la zona opuesta de la trainera. Borja viste de morado desde la categor¨ªa cadete. El caso de Patxi Franc¨¦s, en cambio, es distinto dado que empez¨® a remar muy tarde, con 24 a?os y "por una casualidad". Ha estado en Fortuna, Donostia, Hondarribia, Zumaia, Donostia y Orio. Semejante bagaje le han dejado secuelas imborrables en su cuerpo. Entre otras, una cicatriz que recorre toda la extensi¨®n de las palmas de las manos, y el dedo me?ique de la derecha morir¨¢ haciendo un ¨¢ngulo recto. Cuando Patxi Franc¨¦s escucha hablar de San Pedro no esconde alabanzas para destacar el car¨¢cter "machac¨®n" de sus remeros: "Al comenzar la temporada yo ve¨ªa otro enemigo m¨¢s peligroso: Koxtape. Sin embargo, San Pedro ha dado el callo, lo que demuestra que es gente muy dura. Si les ganas, les ganas por muy poco. Con San Pedro como rival 20 segundos no son suficientes". Los elogios se devuelven desde la bah¨ªa pasaitarra. Borja Grandal califica a Orio como "una trainera muy completa, con gente muy fuerte. Lo m¨¢s destacado de Orio es su remada, una palada corta sin tumbarse tanto hacia la proa". Grandal coincide con Franc¨¦s al certificar el temperamento testarudo de San Pedro: "Aunque los entendidos no daban una peseta por nosotros, dentro de la trainera est¨¢bamos convencidos de nuestras posibilidades. En noviembre del a?o pasado ya se ve¨ªa que el bote iba muy bien, mejor incluso que el a?o pasado. Hicimos los mejores erg¨®metros de nuestra vida". En Orio ocurre que la motivaci¨®n que desprenden los remeros contagia: "el entusiasmo de la gente para entrenar. A nivel humano Orio es distinto a los dem¨¢s", asegura Patxi ranc¨¦s. En el seno de este club existe una m¨¢xima inquebrantable: "Mientras haya una competici¨®n en el agua, all¨ª tiene que estar Orio para ganarla, recuerda el remero donostiarra. Para redondear la faena librada el pasado domingo, Borja Grandal garantiza que San Pedro est¨¢ dispuesto a dar la sorpresa. En su pueblo las paredes est¨¢n decoradas con carteles recordando la haza?a lograda por la Libia en 1991, cuando lograron la Bandera de La Concha en la segunda jornada remontando una diferencia desfavorable semejante a la actual. En Orio est¨¢n preparando el modo de dedicar su tercer t¨ªtulo consecutivo en la bah¨ªa donostiarra a Batista Olviden (recientemente fallecido), que acumul¨® 13 banderas como remero.
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