Una sucesi¨®n que empieza a ser pol¨¦mica
21 de los 32 seleccionadores presentes en el pasado Mundial han dejado su cargo, un porcentaje demasiado alto como para dejarlo pasar. La crisis subsiguiente se ha resuelto m¨¢s o menos r¨¤pido y con m¨¢s o menos cicatrices. En casi todos los casos, la b¨²squeda de un sustituto ha sido r¨¢pida porque, por encima de los emolumentos, suele primar el prestigio y el honor de dirigir la selecci¨®n nacional. Se conoce un conflicto reciente, el de la selecci¨®n alemana. El otro, puede ser el de la espa?ola.Para el puesto de seleccionador alem¨¢n llegaron a competir tres candidatos. Breitner, Beckenbauer y Heynkens. Por diferentes motivos, los tres dijeron que no. Y, si en el caso de Heynkes hab¨ªa motivos personales de por medio, no fue ese el caso de Breitner y Beckenbauer. Luego se supo que ambos son bastante cr¨ªticos con la forma en que est¨¢ siendo gestionada la federaci¨®n alemana. La crisis sigue abierta y el puesto fue a parar al casi jubilado y obediente Erich Ribbeck.
La designaci¨®n de un sustituto para Clemente no parec¨ªa una tarea complicada. No hab¨ªa muchos candidatos y la pol¨¦mica parec¨ªa haberse alejado con la marcha del propio Clemente. La negativa de Luis Aragon¨¦s, un hombre que ha reconocido la ilusi¨®n que le hac¨ªa el cargo, obliga a pensar lo contrario.
La unidad de criterio entre Clemente y los principales dirigentes de la federaci¨®n era un hecho. Pero ahora la federaci¨®n pretende que el nuevo seleccionador entre a trabajar con el cuerpo t¨¦cnico que, en su d¨ªa, nombr¨® Clemente. La "oferta cerrada" no parece ser una propuesta aceptable a juicio de muchos t¨¦cnicos espa?oles, que no tienen porqu¨¦ seguir la l¨ªnea Clemente, que sigue siendo la l¨ªnea oficial. La suma de negativas puede abrir una crisis que afecte a la propia federaci¨®n. La diferencia es que, a partir de ahora, ya no estar¨¢ Clemente para detener los golpes.
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