Los dominios del Gato Negro

Los a?os cuarenta fueron otra historia. Para la mayor¨ªa de los mortales sobrevivir era un arte y muchos tuvieron que agudizar el ingenio para acallar al est¨®mago. El estraperlo, una salida arriesgada y en ocasiones la ¨²nica, comenz¨® a fraguar su leyenda por aquellos tiempos. Casi a la par que hombres de bien se iniciaban en lo que por entonces era el comercio ilegal, desafiando a la naturaleza y esquivando la vigilancia de la Guardia Civil, otros, no menos honrados, hicieron del monte su guarida. El Gato Negro era uno de esos hombres. En las provincias de Almer¨ªa y Ja¨¦n, algunos de los m¨¢s viejos del lugar a¨²n recuerdan aquel trasunto de Curro Jim¨¦nez. El Gato Negro se dedicaba a asaltar a quien encontraba en su camino. Aunque las reglas ¨¦ticas que observaba no eran del todo ortodoxas. En m¨¢s de una ocasi¨®n le birl¨® la merienda al viajero de turno, lo que no lo convert¨ªa en un alma gemela de Jos¨¦ Mar¨ªa el Tempranillo. Pero la historia est¨¢ ah¨ª y la Fundaci¨®n Horstmann -una entidad alemana sin ¨¢nimo de lucro dedicada al medio ambiente y con presencia en el parque natural almeriense de Sierra Mar¨ªa-Los V¨¦lez- ha querido recuperar la ruta del estraperlo que iba desde la Sierra de Mar¨ªa hasta el actual Parque Natural de Cazorla. El recorrido, que se extiende a lo largo de m¨¢s de 123 kil¨®metros, se realizar¨¢ en burro durante cuatro d¨ªas y en ¨¦l participar¨¢n ocho personas, cuatro alemanes y cuatro espa?oles. Las provincias de Almer¨ªa, Granada y Ja¨¦n son las protagonistas de la ruta que ha sufrido algunas modificaciones para poder cumplir con los objetivos del proyecto. "No existe una sola ruta original, porque el recorrido se cambiaba seg¨²n las circunstancias. Pero ¨¦sta es la ruta de estraperlo m¨¢s fiel a la original que hemos encontrado. No obstante hay algunos cambios. Los estraperlistas bordeaban los n¨²cleos de poblaci¨®n para evitar ser denunciados o encontrarse con la Guardia Civil. Nosotros entramos en los pueblos, porque queremos que se impliquen en un proyecto que puede ser un revulsivo para el turismo rural", explic¨® ayer Gin¨¦s Rodr¨ªguez, gerente de la sucursal de la Fundaci¨®n Horstmann en Espa?a. Adem¨¢s de tratar de rescatar uno de los atractivos de la zona, se pretende tambi¨¦n llamar la atenci¨®n sobre el burro, una especie en v¨ªas de extinci¨®n que la Fundaci¨®n Horstmann trata de recuperar. Gin¨¦s Rodr¨ªguez recordaba que "aunque parezca extra?o, hay menos burros que linces. La ocupaci¨®n tradicional de estos animales, que era el transporte, ya no tiene sentido. Por eso hay que buscar alternativas que contribuyan a su supervivencia". Otro de los objetivos de la Fundaci¨®n Horstmann, que cuenta en este proyecto con la colaboraci¨®n de la delegaci¨®n provincial de Medio Ambiente, es azuzar las econom¨ªas de los pueblos de sierra m¨¢s deprimidos. "Nuestra idea es que gente de la zona puede interesarse por este proyecto y rentabilizarlo. Nosotros estamos en disposici¨®n de ayudar a todos aquellos particulares o empresas que se muestren interesados por esta idea", asegur¨® Gin¨¦s Rodr¨ªguez. En esta experiencia piloto se han embarcado dos guardas forestales, dos periodistas alemanes, un pintor, un fot¨®grafo, un bi¨®logo y el gerente de una empresa alemana que se dedica a la importaci¨®n de vinos espa?oles. Estar¨¢n acompa?ados por dos burros y tres mulos. Todos ellos recorrer¨¢n entre ma?ana y el d¨ªa 24 aquellos lares por los que campa a sus anchas el Gato Negro, amenaza menor para los estraperlistas teniendo en cuenta el cerco al que la Guardia Civil les somet¨ªa estrechamente.