El malhadado asunto
No es la peor de las consecuencias del caso Marey la confusi¨®n y mezcla de conceptos, planos, hechos hist¨®ricos o invectivas pol¨ªticas que genera desde hace a?os, y ahora m¨¢s. Se utiliza el m¨¦todo Olendorf a tan gran escala que nunca se est¨¢ seguro de lo que a uno le est¨¢n contando o replicando. Algunas muestras:- La inocencia se presume seg¨²n la ley, y se pierde cuando se prueba que se ha perdido; un inocente es persona que no ha realizado los hechos (o los ha realizado en condiciones que no permiten la imputaci¨®n). Una cosa es la inocencia, y otra la oportunidad de una conducta, medida en t¨¦rminos de servicios al pa¨ªs. No ser¨ªa apropiado decir que el general De Gaulle, el presidente Mitterrand o la se?ora Thatcher eran inocentes en casos diversos de actuaci¨®n de sus servicios secretos. Introduce confusi¨®n notable la mezcla de la proclamaci¨®n de la inocencia de una persona con argumentos de car¨¢cter comparativo o de eficiencia pol¨ªtica que m¨¢s bien pueden hacer pensar en el car¨¢cter dudoso de esa inocencia: estas personas han prestado grandes servicios a la patria (se supone que con esas y otras acciones); gato blanco o gato negro, lo importante es que cace ratones; exoneraci¨®n de los se?ores Su¨¢rez y Calvo Sotelo, en cuyas ¨¦pocas de Gobierno, se dice, tambi¨¦n hubo episodios de guerra sucia anti-ETA; impunidad de algunos anteriores ministros del Interior, mientras que ¨¦ste ha sido condenado; si se hubiera acabado entonces con ETA, no estar¨ªamos aqu¨ª ante el tribunal, etc¨¦tera, etc¨¦tera. Todo lo cual, en vez de resaltar la inocencia, la difumina.
-La guerra sucia contra ETA existi¨® durante a?os; cierto. El GAL s¨®lo existi¨® desde el secuestro de Marey, y probablemente no fue otra cosa que un nombre que cubri¨® acciones heterog¨¦neas. La guerra sucia anti-ETA no fue un movimiento unitario; aparecieron en distintas ¨¦pocas personas, siglas y objetivos concretos, en cuanto se sabe; no puede decirse que fuera una guerra de los servicios de seguridad del Estado, aunque en ella aparec¨ªan personas vinculadas a dichos servicios, junto con otras muchas ajenas. Las autoridades gubernativas, la autoridad pol¨ªtica ha podido tener diferentes actitudes frente a esas actividades: tolerarlas, reprimirlas con m¨¢s o menos ¨¦xito, ampararlas, dirigirlas, disfrutarlas o sufrirlas; no siempre ha sido igual. Esas actuaciones que estuvieron ligadas, en ocasiones, a guerra sucia contra Gobiernos democr¨¢ticos. Que miembros de esos servicios act¨²en al margen o en contra de la autoridad de la que dependen no es nada extra?o; ejemplo n¨ªtido: el golpe de Estado del 23-F y otras acciones y conjuras. Dar por supuesta la responsabilidad de predecesores para resaltar la injusticia comparativa implica una denegaci¨®n clara de la inocencia proclamada (y una actitud al menos aventurada).
-En realidad, en este asunto es normal que la gente hable con valores entendidos de car¨¢cter pol¨ªtico, o sea, en t¨¦rminos de raz¨®n de Estado, pero sin nombrarla: nunca debi¨® llegarse al juicio, como dijo el se?or Pujol hace pocos d¨ªas; esto se arreglar¨¢ en el marco de la pacificaci¨®n del Pa¨ªs Vasco more irland¨¦s, como acaba de decir el se?or Maragall; es absurdo que el ministro del Interior que protagoniz¨® hechos antiterroristas est¨¦ en la c¨¢rcel cuando el terrorismo est¨¢ ah¨ª, vivo y coleando; y as¨ª. Ahora, eso s¨ª, casi todo el mundo, al emitir su opini¨®n, pol¨ªtica en definitiva, proclama lo imprescindible que resulta que siempre se cumpla a rajatabla la legislaci¨®n penal y procesal. Y as¨ª andamos, entre la incongruencia y la hipocres¨ªa; tambi¨¦n, por supuesto, la de los inquisidores.
-El manejo de este asunto, desde que comenzaron los primeros ataques contra el Gobierno de la ¨¦poca y los posteriores del mismo signo, no ha sido un ejemplo de nitidez, habilidad y perspicacia pol¨ªticas de los atacados; en estos casos, un peque?o pago a tiempo evita futuras ruinas. La autovictimizaci¨®n general de todo un partido, como actitud pol¨ªtica, es una manera inapropiada de mirar hacia atr¨¢s con ira. Pero es que, adem¨¢s, ese sentir de algunos o muchos militantes no coincide, creo, con el de las personas ajenas, que son la mayor¨ªa del cuerpo electoral. Yo tambi¨¦n deseo que los se?ores Barrionuevo y Vera est¨¦n pronto en la calle; y todos los dem¨¢s condenados que lleguen a prisi¨®n. Pero no creo que la confusi¨®n de planos y ¨®rdenes de razonamiento favorezca mucho esa deseada salida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.