Albania lucha al borde del abismo
El ex presidente Berisha boicotea la vida parlamentaria de un pa¨ªs con miles de armas en manos de la poblaci¨®n
ENVIADO ESPECIALEl orden p¨²blico parece restablecido en Albania, una semana despu¨¦s del asesinato del pol¨ªtico opositor Azem Hajdari, que provoc¨® dos d¨ªas de disturbios en la capital Tirana. No obstante, la calma puede resultar precaria y la vida pol¨ªtica se ha vuelto a polarizar dram¨¢ticamente. La oposici¨®n del Partido Democr¨¢tico, dirigido por el ex presidente Sali Berisha, ha elegido el camino extraparlamentario y llevar la lucha pol¨ªtica a la calle. Una delegaci¨®n de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), presidida por el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Bronislaw Geremek, conden¨® los intentos de llevar una lucha pol¨ªtica contra las instituciones y fuera de los cauces parlamentarios.
Esto puede resultar explosivo en un pa¨ªs donde se calcula que todav¨ªa se encuentran en poder de particulares 650.000 fusiles de asalto, 1.500 millones de balas (unas 500 por habitante), m¨¢s miles de armas anticarro y granadas de mano, procedentes de los arsenales militares saqueados durante la crisis de marzo de 1997. En aquella ocasi¨®n, Albania vivi¨® d¨ªas de caos con la crisis desencadenada por la quiebra de las sociedades financieras, aut¨¦nticas timbas de especulaci¨®n, basadas en los m¨¦todos de crecimiento piramidal, que llevaron a la ruina a much¨ªsimas familias albanesas.
Norte contra Sur, representada por las comunidades geg (norte) y tosk (sur); una oposici¨®n de derechas que acusa de "dictadura comunista" a la actual coalici¨®n de Gobierno; un ex-presidente Berisha enfrentado al actual primer ministro socialista, Fatos Nano, quien ya desempe?¨® el mismo cargo durante el ¨²ltimo gobierno comunista y ha recuperado a muchos pol¨ªticos de aquella etapa siniestra de la historia de Albania. La polarizaci¨®n no puede ser mayor en un pa¨ªs de menos de 30.000 kil¨®metros cuadrados, donde viven 3,5 millones de habitantes, todav¨ªa traumatizados por los sucesos de marzo del a?o pasado, cuando el Estado y todos sus aparatos se licuaron y desaparecieron, hasta dejar Albania durante d¨ªas en manos de las turbas. Se calcula que m¨¢s de 2.000 personas pagaron con su vida la revuelta.
El asesinato hace una semana de Hajdari, seguido de dos d¨ªas de disturbios, hizo temer que volviera a repetirse el caos. El dirigente de la oposici¨®n Berisha vio la ocasi¨®n de capitalizar el asesinato y derribar por la fuerza a su enemigo Nano, jefe de Gobierno tras las elecciones del 29 de junio del a?o pasado, cuando los socialistas (ex comunistas) recuperaron el poder. Nano estaba preso y sali¨® de la c¨¢rcel en medio de los des¨®rdenes de marzo de 1997. Berisha tuvo que dimitir de su cargo de presidente de Albania. Su Partido Democr¨¢tico ha boicoteado el Parlamento casi todo el tiempo desde el d¨ªa que perdieron las elecciones. La votaci¨®n para levantar la inmunidad parlamentaria a Berisha, el pasado viernes, se celebr¨® con la ausencia completa del Partido Democr¨¢tico y los otros partidos que forman la coalici¨®n de oposici¨®n. La inmunidad de Berisha se levant¨® sin un solo voto en contra, mientras ¨¦l y unos 4.000 seguidores se manifestaban por el centro de Tirana contra Nano.
A las puertas de la sede del Partido Democr¨¢tico, en el centro de Tirana, apenas 20 metros del lugar donde cay¨® asesinado Hajdari, Alfred, de 33 a?os, un alban¨¦s del norte, de la ciudad de Skodra, que emigr¨® en 1989 a Canad¨¢ para huir del comunismo y vivi¨® all¨ª exiliado, explica que ha regresado a Albania "para participar en este dif¨ªcil momento" y "actuar en favor de la democracia, que los antiguos comunistas ponen en peligro al asesinar a sus enemigos pol¨ªticos". A su lado, su amigo Tom Shala, de 37 a?os, explica que con Hajdari asesinaron a un s¨ªmbolo del movimiento estudiantil que luch¨® contra el comunismo y por la democracia.
Hajdari, asesinado a los 36 a?os, era un pol¨ªtico de discurso demag¨®gico, muy popular entre las clases bajas, elegido cuatro veces diputado del Partido Democr¨¢tico, aunque sus relaciones con su partido y el propio Berisha no siempre fueron fluidas. Durante la presidencia de Berisha y el gobierno del Partido Democr¨¢tico Hajdari no se mord¨ªa la lengua a la hora de criticar y jactarse de su popularidad.
Ariete contra Nano
Berisha intenta utilizar el cad¨¢ver de Hajdari como ariete contra Nano, incluso en el sentido literal del t¨¦rmino. El d¨ªa del entierro, el pasado lunes, los seguidores de Hajdari llevaron el f¨¦retro hasta las puertas de la sede del Gobierno, de donde Nano hab¨ªa desaparecido. El periodista Mero Baze considera esto como un gesto simb¨®lico y explica que Hajdare procede de una familia tradicional geg del norte alban¨¦s, donde sigue vigente el kanun, los c¨®digos de conducta que rigen la vida de los clanes, con normas tales como la venganza de sangre. Baze advierte sobre la presencia del hijo de 13 a?os de Hajdari en las manifestaciones de estos d¨ªas en Tirana.No obstante, los intentos de Berisha de movilizar a Albania contra la dictadura comunista de Nano no han tenido ¨¦xito. Apenas 4.000 seguidores se han manifestado estos d¨ªas en Tirana, en medio de la indiferencia de una poblaci¨®n que parece hastiada de des¨®rdenes y deseosa de salir adelante en lo que las estad¨ªsticas se?alan como el pa¨ªs m¨¢s atrasado de Europa.
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