Los alemanes ya no ven el euro como un peligro
Sobre el tel¨®n de fondo de las turbulencias en los mercados emergentes y las ca¨ªdas en picado de las bolsas, en Alemania se est¨¢ produciendo un cambio psicol¨®gico importante. La imagen de la moneda ¨²nica europea se est¨¢ transformando de acuerdo con las pulsiones profundas del pa¨ªs: el euro est¨¢ dejando de verse como una aventura de riesgo y aparece m¨¢s bien como una isla de salvaci¨®n en un mundo agitado. En este contexto, no se consolida el conservadurismo econ¨®mico, y cada vez m¨¢s sectores empresariales abogan por una actitud m¨¢s abierta a los riesgos sin perder la identidad propia.
La cautela reina hoy en los centros de an¨¢lisis. Para una econom¨ªa que se basa en la exportaci¨®n, como la de Alemania, las crisis financieras en el sureste asi¨¢tico, Rusia y Latinoam¨¦rica son una grave se?al de alarma, aunque el instinto inicial de los pol¨ªticos haya sido el de quitar importancia al impacto de las sacudidas.Los efectos de la crisis se est¨¢n haciendo sentir, aunque los datos son parciales y es dif¨ªcil tener una visi¨®n de conjunto. Con una exportaci¨®n de 241.000 millones de marcos (20 billones de pesetas) y una importaci¨®n de 205.100 millones de marcos (17 billones) durante el segundo trimestre de este a?o, Alemania increment¨® en un 9% y un 7,1%, respectivamente, estas dos partidas en relaci¨®n al mismo periodo de 1997.
Sin embargo, las exportaciones a Jap¨®n disminuyeron en un 14,4%; a los pa¨ªses en desarrollo, en un 8,8%, y al sureste asi¨¢tico, en un 26,1%. Con estos abruptos descensos, todo indica que el comercio alem¨¢n va a reforzar su dimensi¨®n europea y occidental. Si se except¨²a China, adonde la exportaci¨®n alemana creci¨® un 29,3% durante el segundo trimestre de este a?o, los mayores aumentos se han dirigido a Estados Unidos (un 18,1%); a Francia (16,2%), a los pa¨ªses en transici¨®n del este de Europa (18,7%) y a Espa?a (15,5%).
Crecimiento estancado
El crecimiento de la econom¨ªa alemana pr¨¢cticamente se estanc¨® durante el segundo trimestre del a?o. El producto interior bruto (PIB) aument¨® en un 0,1% en el segundo trimestre respecto al primero, y en un 2,9% en el primer semestre respecto al mismo periodo de 1997.Las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento mundial cuestionan los objetivos de crecimiento fijados por los pol¨ªticos, aunque los estamentos oficiales, de momento, mantienen la previsi¨®n de un crecimiento del 2,9% del PIB en 1998 (en 1997 fue de un 2,2%). Los pron¨®sticos, sin embargo, pueden variar tras las elecciones del 27 de septiembre, que, hoy por hoy, condicionan el discurso econ¨®mico.
El paro, que, con un porcentaje del 10,6% de la poblaci¨®n activa, segu¨ªa por encima de los cuatro millones de personas en agosto, es el mayor desaf¨ªo para el Gobierno que surja tras las elecciones del pr¨®ximo domingo. El problema es particularmente acuciante en el Este, a¨²n no recuperado del desmantelamiento de la industria de la RDA. Las modernas infraestructuras que el Gobierno federal ha financiado en el Este, sobre todo en el terreno de las telecomunicaciones, no se han traducido en puestos de trabajo suficientes para acercar los niveles de paro del Este (17,1%) a los del Oeste (9%).
La reducci¨®n del paro experimentada en los ¨²ltimos meses se debe, en gran parte, a medidas pol¨ªticas de creaci¨®n de empleo. Seg¨²n el ¨²ltimo informe mensual del Bundesbank, 470.000 puestos de trabajo eran sostenidos a base de subvenciones oficiales en julio y agosto.
Los analistas constatan que la econom¨ªa alemana ha perdido dinamismo. A pesar del aumento de la exportaci¨®n en t¨¦rminos absolutos, la participaci¨®n alemana en el conjunto de las exportaciones de los pa¨ªses industrializados era de un 14,7% en 1996, en comparaci¨®n con el 15,3% de 1980. Los pol¨ªticos de los grandes partidos identifican como problemas los elevados costes de producci¨®n, la burocracia que asusta al inversor extranjero y una estructura de impuestos complicada y gravosa.
A la hora de las recetas, discrepan en los acentos, pero en v¨ªsperas de elecciones nadie quiere abordar en serio el problema de la reforma de la econom¨ªa social de mercado, que tanto bienestar ha proporcionado a Alemania, hasta que la incorporaci¨®n del este del pa¨ªs evidenci¨® que el sistema de prestaciones existente era insostenible y no se pod¨ªa pagar.
Para mantener la competitividad de los productos alemanes en el mundo, tanto democristianos como socialdem¨®cratas hacen hincapi¨¦ en el mantenimiento de los est¨¢ndares de calidad, la capacidad innovadora y su desarrollo tecnol¨®gico. Pese a que la financiaci¨®n oficial a la investigaci¨®n y el desarrollo ha hecho perder posiciones relativas a Alemania en el mundo, en los ¨²ltimos tres a?os el pa¨ªs ha reducido su desventaja respecto a Jap¨®n y Estados Unidos en el mercado mundial de bienes de consumo de tecnolog¨ªa intensiva, y ha pasado de una cuota de mercado del 16,2% en 1993 al 17,1% en 1997. En el campo internacional, la gran empresa alemana da muestras de gran vigor, como lo prueba la expansi¨®n del grupo de supermercados Metro, del grupo asegurador Allianz, la fusi¨®n de Daimler-Benz con Chrysler y la expansi¨®n del consorcio de medios de comunicaci¨®n Bertelsmann al mercado estadounidense con la compra de Random-House.
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