El centro es la clave
Los socialdem¨®cratas se presentan en estas elecciones sin un programa alternativo claro, con un difuso eslogan de campa?a -el nuevo centro-, y una ¨²nica obsesi¨®n: acabar con los 16 a?os de Gobierno de Helmut Kohl. El SPD trata de explotar el hast¨ªo del electorado con un Kohl y una coalici¨®n entre los democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP), que parece agotada.Quien espere respuestas a los desaf¨ªos de la globalizaci¨®n de la econom¨ªa, a los problemas que pueda plantear la introducci¨®n de la moneda ¨²nica europea, los modelos para reformar (recortar) los beneficios de la Seguridad Social, las perspectivas de la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea al Este o las posibilidades de Alemania de asimilar o integrar a los ciudadanos de otras culturas, no las encontrar¨¢ en los m¨ªtines del candidato del SPD a la Canciller¨ªa federal, Gerhard Schr?der. Tampoco en los de Kohl, quien se limita a sacar sus viejos recursos del anticomunismo de toda la vida y solazarse en los logros de sus a?os de Gobierno.
Tres ideas b¨¢sicas
En sus m¨ªtines y entrevistas de estos d¨ªas, Schr?der ha reducido a tres puntos esenciales su mensaje pol¨ªtico: conservar la estabilidad econ¨®mica; asegurar la seguridad interior, a base de dureza contra la criminalidad, y continuidad en la pol¨ªtica exterior. En estos tres puntos esenciales Schr?der dice que no est¨¢ dispuesto a realizar concesiones a un eventual socio de coalici¨®n.Esto lleva impl¨ªcito un claro mensaje hacia los potenciales aliados, el partido ecopacifista de Los Verdes. Si Los Verdes no entran por el aro, Schr?der se sentir¨ªa con las manos libres para negociar con sus rivales democristianos (CDU-CSU) la formaci¨®n de una gran coalici¨®n, siempre en el supuesto de que el SPD consiga la haza?a de ser el partido m¨¢s votado como pronostican los sondeos.
La propaganda democristiana y liberal se ha centrado en acentuar el riesgo que correr¨ªa Alemania en manos de un Gobierno de coalici¨®n rojiverde (SPD-Verdes). Por ese motivo, el SPD y su candidato, Schr?der, se abstienen de mencionar cualquier posible coalici¨®n con Los Verdes, para evitar asustar al ya de por s¨ª temeroso y conservador electorado alem¨¢n.
En el medio siglo de historia de la Rep¨²blica de Bonn, la surgida de la II Guerra Mundial, nunca los votantes han derribado a un canciller en las urnas. Ha sido necesario siempre un cambio de pareja en la coalici¨®n. Por eso Schr?der conseguir¨ªa una victoria hist¨®rica si el domingo consigue derrotar a Kohl. Para ello, nada mejor que reclamar el centro y guardar en el ba¨²l de los recuerdos todo lo que huela a izquierda.
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