Refriega en el Ecofin por la propuesta de una pol¨ªtica ¨²nica en la UE
Despu¨¦s del euro, ?qu¨¦? Una solemne refriega entre Austria y Alemania reactiv¨® ayer esta discusi¨®n en el Ecofin (Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la Uni¨®n Europea) informal de Viena. La presidencia semestral austriaca lanz¨® una propuesta escrita en favor de una pol¨ªtica econ¨®mica europea com¨²n tan avanzada o m¨¢s que las planteadas hasta ahora por el Gobierno socialista franc¨¦s. Alemania se opuso, defendiendo la ortodoxa primac¨ªa de la pol¨ªtica monetaria. Izquierdas contra derechas.
?Qui¨¦n dijo que han periclitado las diferencias entre socialdem¨®cratas y liberales? La primera sesi¨®n del Ecofin de ayer demostr¨® que sigue habi¨¦ndolas. El presidente de turno, el socialista austriaco Rudolf Edlinger, y el secretario de Estado alem¨¢n de Econom¨ªa, el liberal G¨¹nther Rexrodt, chocaron abiertamente sobre qu¨¦ alcance debe tener la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas en la era del euro.En su calidad de presidente, Edlinger present¨® a sus hom¨®logos un documento en el que pr¨¢cticamente propugna una pol¨ªtica econ¨®mica ¨²nica de los Once que acceden a la moneda ¨²nica. Una pol¨ªtica orientada hacia el crecimiento y el empleo y en la que el Banco Central Europeo (BCE) y la pol¨ªtica monetaria desempe?ana un papel si no de comparsas, s¨ª de actores nunca ¨²nicos. Un texto que parec¨ªa escrito por el m¨¢s incisivo Jacques Delors, y similar a otros producidos entre los Quince, pero nunca en el sagrario de la ortodoxia, el Ecofin de los ministros de Econom¨ªa y Finanzas.
Entre las ideas de Edlinger destacan:
Objetivos. "El planteamiento de la futura pol¨ªtica econ¨®mica debe guiarse hacia el crecimiento, la estabilidad y un alto nivel de empleo".
Instituciones. "El nivel de di¨¢logo y coordinaci¨®n entre el Ecofin y el BCE y los interlocutores sociales en la UE y en los Estados miembros ser¨¢ introducido o reforzado". "Una coordinaci¨®n reforzada de la pol¨ªtica, incluyendo un di¨¢logo continuo entre los ministros y el BCE y en determinados casos una acci¨®n conjunta, ser¨¢ indispensable".
Pol¨ªtica monetaria. Conducida por el BCE, "deber¨ªa apoyar las pol¨ªticas econ¨®micas generales con el prop¨®sito de contribuir al cumplimiento de los objetivos" de la UE, tal como los dise?a ampliamente el art¨ªculo 2 del Tratado de la Uni¨®n.
Nuevas obligaciones. Edlinger propone que "las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica" de la UE deber¨ªan "organizarse en torno" al documento anual de Grandes orientaciones de pol¨ªtica econ¨®mica, que ya se publica actualmente. La "creciente necesidad de una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha dentro de la uni¨®n monetaria" suscita la necesidad de que esas orientaciones "se conviertan en m¨¢s obligatorias, en el sentido de que propongan actuaciones efectivas por parte de cada Estado miembro".
Pues bien, esas propuestas le sentaron a Rexrodt (su jefe, Theo Waigel, estaba enzarzado en la campa?a electoral y llegar¨¢ hoy aprovechando su jornada de reflexi¨®n) a cuerno quemado. "Hay que evitar confusiones entre el BCE y el Ecofin", protest¨®, contra la idea austriaca de dar mayor contrapeso pol¨ªtico institucionalizado al banco. "El Euro11 no puede ser tan importante como el Ecofin y el BCE", alert¨®, defendiendo que el Consejo de Ministros de los Once sea un mero ap¨¦ndice o antesala del Ecofin y no un motor activo de ¨¦ste.
Estabilidad de precios
Y tambi¨¦n se opuso a que entre los objetivos del BCE puedan figurar otros distintos a la estricta estabilidad de precios, como impone una interpretaci¨®n estricta del tratado. Frente a la propuesta austriaca -que reitera conocidas ideas francesas- de que el BCE coloque en su cuaderno de bit¨¢cora los objetivos del crecimiento y del empleo, igual que figuran en los estatutos de la Reserva Federal de EEUU, Rexrodt afirm¨® que "la coordinaci¨®n para elaborar la pol¨ªtica monetaria no puede tener otro objetivo que la estabilidad de precios".Con esta interesante discusi¨®n -y otras m¨¢s concretas a iniciar ma?ana sobre armonizaci¨®n fiscal-, los ecofines se desperezan de la siesta a la que se hab¨ªan entregado tras la cumbre del euro, el pasado 1 de mayo. Perfilan el marco de pol¨ªtica econ¨®mica global en que se desenvolver¨¢ la moneda ¨²nica.
Pero el debate no es s¨®lo para adentro. Se complementa con un doble debate afuera. Doble, porque los Once empezaron ya a discutir cu¨¢l debe ser la representaci¨®n exterior de la zona euro en organismos internacionales tales como el G-7 o el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y porque ya empezaron a definirse -Holanda lo apoy¨®- sobre el apasionante documento presentado por Francia, que propugna, esta vez con menos ret¨®rica y con m¨¢s detalles, un Gobierno econ¨®mico mundial y una regulaci¨®n -aunque suave- del sistema financiero internacional.
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