M¨¢s all¨¢ de la sospecha
La muerte de Florence Griffith reaviva el probable dopaje generalizado de los a?os ochenta, que mantiene a¨²n la mayor¨ªa de r¨¦cords mundiales
Fue el d¨ªa de la emisi¨®n del v¨ªdeo de Clinton. La muerte de muchos otros grandes deportistas precisamente en una fecha as¨ª, y en Estados Unidos, hubiera pasado casi inadvertida. Pero la de Florence Griffith-Joyner, no. Imposible. Incluso en su propio pa¨ªs, donde el atletismo es mucho menos importante que los deportes profesionales, como el b¨¦isbol, el f¨²tbol-rugby, el baloncesto o el hockey sobre hielo, ella traspas¨® todas la barreras de la popularidad. No s¨®lo hab¨ªa sido, y a¨²n es, la mujer que ha corrido m¨¢s velozmente de la historia, sino que su calidad, su encanto y su misterio hab¨ªan ido mucho m¨¢s all¨¢ del puro asombro atl¨¦tico. Todos quedaron fascinados por sus haza?as y por sus extravagancias o innovaciones, pero tambi¨¦n atra¨ªdos por las sospechas sobre sus logros. Una mezcla explosiva. Una carrera con muchos signos de admiraci¨®n, pero tambi¨¦n con muchos interrogantes. No ha sido la ¨²nica, pero su fallecimiento a tres meses de cumplir los 39 a?os, ha abierto a¨²n m¨¢s los ojos a quienes ingenua, o hip¨®critamente, creen a¨²n que el deporte de alta competici¨®n es un para¨ªso de estrellas limpias. Al contrario. Est¨¢ siempre m¨¢s all¨¢ de la sospecha.Aunque no se compruebe fehacientemente nunca (y es lo m¨¢s probable), que FloJo muri¨® por las drogas, ella ha sido la punta de lanza de un movimiento oscuro del atletismo (como de otros deportes), que alcanz¨® su cima en los a?os ochenta, cuando los controles antidopaje no se hab¨ªan perfeccionado tanto o no se hab¨ªan instaurado a¨²n los controles por sorpresa, que comenzaron justamente despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l, en 1988, al retirarse FloJo.
Que en la lista de r¨¦cords femeninos del atletismo permanezcan a¨²n 13 sin superar desde la d¨¦cada anterior, es m¨¢s que significativo. Y esa cifra realmente se puede considerar superior porque entre las 23 pruebas oficiales no pueden contarse las tres recientemente incorporadas (salto con p¨¦rtiga, triple y lanzamiento de martillo), y la sospecha alcanza a la ¨²ltima variante china de los a?os noventa en las tres pruebas de medio fondo y fondo, (1.500, 5.000 y 10.000). Apenas se salvar¨ªan as¨ª, aparte de la marcha, los r¨¦cords de marat¨®n y 400 vallas (prueba tambi¨¦n bastante nueva y de l¨®gica mejor¨ªa).
No s¨®lo est¨¢n en otra galaxia los r¨¦cords de 100 y 200 metros de FloJo en 1988 (10.49 segundos y 21.34, en una mejor¨ªa ins¨®lita de medio segundo en un a?o), y a los que se ha acercado m¨¢s que nunca en 1998 la tambi¨¦n estadounidense Marion Jones (10.62 y 21.62). Incluso ¨¦sta, en longitud, ha hecho 7,31, pero el r¨¦cord mundial de la ex sovi¨¦tica Galina Chystiakova, de 1988 est¨¢ en 7,52. S¨®lo Jacky Joyner-Kersee, la cu?ada de FloJo, y tambi¨¦n bajo sospecha en la cuadra del t¨¦cnico Bob Kersee (su marido), as¨ª como la incombustible ex RDA Heike Drechsler han rozado los 7,50 fuera de los ochenta.
Pero hay otras marcas cada vez m¨¢s escandalosas. Y, lo que es quiz¨¢ m¨¢s elocuente, en las pruebas respectivas, entre los cinco o diez mejores registros de todos los tiempos, a¨²n queda una mayor¨ªa de los logrados en los a?os ochenta.
Sarcasmo
Que a¨²n sigan vigentes cuatro r¨¦cords mundiales de la RDA, por ejemplo, es un sarcasmo cuando se ha descubierto que todo el deporte alem¨¢n oriental era un immenso laboratorio de dopaje. Ben Johnson fue el ¨²nico cabeza de turco, pero sus 9.79 de Se¨²l s¨ª fueron borrados. Se equivoc¨® en el tratamiento y sigui¨® con anabolizantes m¨¢s de la cuenta (menos de un mes antes de las pruebas), sin cambiar a la hormona del crecimiento que entonces no se detectaba.Precisamente la ex alemana oriental Marita Koch y la ex checoslovaca Jarmila Kratochvilova son dos buenos ejemplos de la sospecha. Sus r¨¦cords de 400 (47.60 segundos, 1985) y 800 metros (1.53.28 minutos, 1983) dejan 13 y 15 a?os despu¨¦s todav¨ªa a casi dos segundos a las mejores especialistas actuales. La nigeriana Charity Opara ha hecho 49.29 en 1998 y la mozambique?a Mar¨ªa Mutola 1.56.11. Kratochvilova, con su anterior r¨¦cord de 47.99 en 400, en 1983, tiene a¨²n la segunda mejor marca mundial de la historia.
Y en otras pruebas, aparte del dominio general de los ochenta en la lista absoluta, sigue la expresiva diferencia entre la plusmarca mundial y la mejor de este a?o cuando ha pasado m¨¢s de una d¨¦cada: 100 vallas: Donkova (Bulgaria), 12.21 segundos, 1988-Alozie (Nigeria), 12.44. Relevos 4 x 100: RDA, 41.37, 1985-Estados Unidos, 42.00. 4 x 400: URSS, 3.15.17 minutos-Alemania, 3.24.20. Altura: Kostadinova (Bulgaria), 2,09 metros, 1987-Veneva (Bulgaria), 2,03. Peso: Lissovskaia (URSS), 22,63, 1987-Pavlish (Ucrania), 21,69. Disco: Reinisch (RDA), 76,80, 1988-Sadova (Rusia), 67,85. Jabalina: Felke (RDA), 80, 1988-Damaske (Alemania), 70,10. Heptatl¨®n: Joyner-Kersee, 7.291 puntos-Belova (Rusia), 6.466.
En hombres, donde las mejoras, por su mayor veteran¨ªa, han sido m¨¢s constantes, los problemas se han reducido, casualmente, a los lanzamientos, los m¨¢s proclives al dopaje, y a los 400 metros, donde el estadounidense Harry Butch Reynolds mantiene sus 43.29 segundos desde 1988, pero protagoniz¨® despu¨¦s del caso Ben Johnson el mayor esc¨¢ndalo del dopaje al pleitear con la Federaci¨®n Internacional tras ser suspendido en 1990 por dar positivo con esteroides. Randy Barnes, el plusmarquista de peso con 23.12 metros desde 1990, incluso acaba de estar implicado en otra sanci¨®n. Todo es una gran mentira en el filo de la navaja.
M¨¦xico 68 fue escenario de grandes r¨¦cords que se mantuvieron durante muchos a?os. El del longitud, los 8,90 metros de Bob Beamon, 23 a?os hasta que lo bati¨® Mike Powell en los Mundiales de Tokio, en 1991, con 8,95. El de 400 metros, los 43.86 segundos de Lee Evans, hasta Reynolds, 20 a?os. El de 4 x 400 fue igualado en Se¨²l 88 y s¨®lo batido en Barcelona 92. La altitud influy¨® decisivamente, como en el de 200 de Pietro Mennea en la Universiada de 1979, que permaneci¨® 17 a?os hasta los 19.32 de Michael Johnson en Atlanta 96. Y en el pasado, el legendario Jesse Owens mantuvo 35 a?os el de longitud, 8,21 desde 1935, y 20 a?os sus 10.2 en 100 metros de 1936. O en mujeres, se mantuvo 17 a?os el r¨¦cord de 800 metros y 16, curiosamente, el de 200 de Stella Walasiewicz (aunque ella se demostr¨® que era un hombre). Pero era el pasado y aunque cabe dudar de todo es el presente cercano el que supera la sospecha.
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