Los primeros en comprar
Miles de personas llenan la tienda de Marks & Spencer el d¨ªa de su apertura en Bilbao
Para un reci¨¦n llegado a Bilbao, el aspecto que ofrec¨ªa ayer por la ma?ana la acera de la Gran V¨ªa a la altura del n¨²mero 20 era m¨¢s propio de un estreno de cine o de la presencia de estrellas del mundo del espect¨¢culo o la canci¨®n que de lo que realmente se trataba: la apertura del primer centro en Euskadi de la firma brit¨¢nica Marks & Spencer, el mayor que la cadena posee en Espa?a. Un par de centenares de personas se agolpaban en la puerta de entrada desde m¨¢sde una hora antes de su apertura colapsando el paso de los transeuntes por la acera. Esperaban la oportunidad de ser los primeros en ver la ropa que ha dado fama a estos grandes almacenes en todo el mundo. Al final de d¨ªa, los responsables de la firma cifraban en m¨¢s de 25.000 el n¨²mero de personas que hab¨ªan entrado en el establecimiento. Con puntualidad brit¨¢nica, las puertas de Marks & Spencer se abrieron a las once de la ma?ana, aunque a partir de hoy mismo su horario de apertura ser¨¢ una hora antes, a las diez. Un par de minutos antes y en el interior de la tienda a¨²n cerrada, el alcalde de Bilbao, el peneuvista Josu Ortuondo, cortaba la cinta que la declaraba oficialmente inagurada. El d¨ªa anterior, la firma hizo una fiesta nocturna, en la que se pod¨ªan adquirir productos a la vez que se degustaba un ¨¢gape, con asistencia de personalidades y famosos como los periodistas Mercedes Mil¨¢, quien, por cierto, adquiri¨® un camis¨®n; y Andr¨¦s Aberasturi, el actor Patxi Bisquert, muchos rostros conocidos de ETB y el propio primer edil. Las gotas de lluvia que cayeron en Bilbao ayer por la ma?ana no consiguieron aguar el ¨¢nimo de se?oras, se?ores y j¨®venes con carpeta bajo el brazo que esperaron pacientemente para luego poder decir a sus amistades: "Yo ya he estado all¨ª; y adem¨¢s el primer d¨ªa".
?A por los bollos de mantequilla!
Riadas de gente sub¨ªan y bajaban por las escaleras mec¨¢nicas como si visitasen un museo
Vanessa, que atiende la cafeter¨ªa de la librer¨ªa Topbooks, colindante con la nueva tienda, no daba cr¨¦dito al mogoll¨®n que acudi¨® a la inauguraci¨®n y, en la espera, desayun¨® en su establecimiento. "La cafeter¨ªa ha estado a tope toda la ma?ana. Normalmente, a partir de las once ya estoy marcando libros y hoy son las doce y ni he empezado. Ha habido una pasada de gente. Yo, en cuando salga a las tres, voy a gastarme los cuartos", dec¨ªa. Marks & Spencer recibi¨® a curiosos y compradores con unos mimos que desde la misma calle daban una bienvenida alegre. En la planta baja, un terceto de cuerda amenizaba el tumulto que no dej¨® de llegar al establecimiento en todo el d¨ªa y, en la planta de caballeros, hac¨ªa lo propio un pianista. Hoy y ma?ana continuar¨¢n estas atracciones. Muchos de los clientes ya conoc¨ªan los centros que la firma tiene en Madrid y Londres, y que r¨ªan comprobar que el de Bilbao les tra¨ªa recuerdos de sus compras en los otros locales. Chantal, una francesa residente en Algorta, llevaba dos bolsas llenas de productos s¨®lo una hora despu¨¦s de la apertura. "?ste es un sitio donde encuentro mi talla y en ropa moderna, bonita. Y, adem¨¢s, la calidad es excelente. Mi marido y mi hijo tienen unos jerseis que les compr¨¦ hace seis a?os en Londres y est¨¢n como nuevos. Yo me he comprado hoy un jersei largo con una falda a juego, cosas de comida y calzoncillos para mi hijo". Chantal llevaba tres paraguas verdes que la firma regalaba a los primeros compradores: "Es que yo he sido de las primeras en tres secciones". En las escaleras mec¨¢nicas no cab¨ªa un alfiler. Riadas de gente sub¨ªan y bajaban como si realizaran una visita a un museo: admirando las obras, en este caso las prendas de vestir y los accesorios, desde el pasillo, en filas bastante ordenada. Aunque en la planta baja apenas se pod¨ªa caminar, el resto estaba algo m¨¢s desahogado. Una de las secciones m¨¢s visitadas fue, como era de esperar, la de lencer¨ªa. Apolonia y Amaia, madre e hija, que no conoc¨ªan la marca, admit¨ªan haberse quedado sorprendidas por la ropa interior femenina. "No sab¨ªamos que ten¨ªan esto, tan elegante y tan barato", se?al¨® Amaia. A Antonio, un hombre en la cincuentena, no le parec¨ªan unos precios tan ajustados, pero no le importaba porque hab¨ªa descubierto que los pantalones de caballero vienen con tres largos distintos. "Es que, como soy bajito, luego tengo que cortarlos y quedan horribles. Es una buena idea". M¨®nica, una universitaria morena, no pod¨ªa menos que acercarse. "Mi casa est¨¢ aqu¨ª al lado y he vivido la remodelaci¨®n del edificio a diario. Incluso han trabajado algunas noches para acondicionarlo. Ha sido un suplicio, pero ya est¨¢ terminado". Ella conoc¨ªa los productos de la firma de otros centros de Marks & Spencer en Londres. "Lo mejor es la alimentaci¨®n". Como ella deb¨ªa pensar el resto de los compradores que abarrotaban la zona de alimentos. Un producto que se agot¨® en pocas horas son unos paquetes de bollos de mantequilla, con y sin pasas. Muchos compradores los cog¨ªan de cinco en cinco, como si el establecimiento no fuera a reponer sus productos para hoy. Las cajeras no daban abasto y repet¨ªan continuamente: "Pueden pagar sus compras en cualquier caja. Hay alguna m¨¢s despejada". Pero nada, en alimentaci¨®n parec¨ªa que regalaban todo. Aunque para gustos hay colores. Margarita, bilba¨ªna de 41 a?os, comentaba tajante a su amiga: "Todo lo que he visto me parece horrible".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.