Saber estar
JAVIER P?REZ ROYOLa democracia consiste ante todo en la aceptaci¨®n de determinados principios que no pueden ser siquiera sometidos a discusi¨®n. Es la indiscutibilidad de unas pocas cosas lo que permite discutir todo lo dem¨¢s y resolver la discusi¨®n a trav¨¦s de la regla de la mayor¨ªa. Pues la democracia no es simplemente la regla de la mayor¨ªa, sino dicha regla operando con base en unos principios indisponibles para ella. Estos principios son los derechos fundamentales y la estructura del Estado. Ni los unos ni la otra se pueden discutir. Lo que no quiere decir que no se planteen problemas en el ejercicio de los primeros y dificultades en la puesta en pr¨¢ctica de la segunda. Pero el acuerdo subyacente a la constitucionalizaci¨®n de los derechos y de la estructura del Estado no puede ser puesto en cuesti¨®n, sin que se resienta la convivencia pac¨ªfica entre los ciudadanos. En lo que a los derechos se refiere, no tenemos problemas. El acuerdo es pr¨¢cticamente un¨¢nime. Por el contrario, no ocurre lo mismo en lo que a la estructura del Estado ata?e. El pacto que se alcanz¨® en 1978 est¨¢ siendo puesto en cuesti¨®n en estos ¨²ltimos meses. Como acaba de decir Jordi Pujo ante el Parlamento de Catalu?a hemos entrado en una fase "constituyente". De manera abierta o solapada, pero constituyente. En esta situaci¨®n es importante que Andaluc¨ªa sepa situarse. Y para ello es indispensable que sea consciente del lugar que ocupa en la estructura del Estado. Andaluc¨ªa no es una comunidad uniprovincial. Sin Andaluc¨ªa no se pudo definir la estructura del Estado en el momento de la inicial puesta en marcha de la Constituci¨®n y tampoco se la podr¨¢ reformar ahora. No hay, por tanto, por qu¨¦ situarse a la defensiva. Andaluc¨ªa no tiene por qu¨¦ ir contra nadie. Simplemente tiene que defender lo que considere que debe defender. Son los dem¨¢s los que tendr¨¢n que situarse frente a la posici¨®n que aqu¨ª se defina y no a la inversa. Para que as¨ª sea, es importante que no se repita el error de 1980. No debe reproducirse la divisi¨®n que se produjo entre las fuerzas pol¨ªticas andaluzas en torno al refer¨¦ndum del 28 F. Dicha divisi¨®n no impidi¨® que Andaluc¨ªa acabara imponiendo una interpretaci¨®n de la estructura del Estado en clave "nonacionalista", pero si ha marcado de manera negativa la vida pol¨ªtica andaluza desde entonces y ha hecho que nuestra posici¨®n en el Estado no haya sido tan s¨®lida como habr¨ªa podido serlo. En este terreno no tiene por qu¨¦ haber la m¨¢s m¨ªnima diferencia entre los diferentes partidos pol¨ªticos. Si los principios que definen la estructura del Estado tienen que estar por encima de toda discusi¨®n, m¨¢s todav¨ªa debe estarlo todo lo relativo a la posici¨®n de Andaluc¨ªa en cuanto tal en dicha estructura del Estado. El enfrentamiento entre la derecha y la izquierda carece de todo sentido dieciocho a?os despu¨¦s del acceso a la autonom¨ªa por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n. Esto es ya un patrimonio com¨²n de todos los andaluces y como tal deber¨ªa ser defendido por todos. No deber¨ªa haber la m¨¢s m¨ªnima discrepancia entre los partidos en torno a esto.
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